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Las molestias de los bares de copas soliviantan a los vecinos de Alicante

Miles de personas acaparan las terrazas por la tarde y prolongan la fiesta hasta la madrugada

Una de las terrazas de la Calle Castaños.
Una de las terrazas de la Calle Castaños.PEPE OLIVARES

La fiesta en Alicante los fines de semana se vive en la calle, es casi permanente, y los vecinos ya no pueden soportar tantas molestias. Hace unos meses se puso de moda lo que ya se conoce como el tardeo.

Y eso se traduce en que miles de personas, con edades comprendidas entre los 30 y 50 años, quedan los sábados al mediodía en el mercado para tomar unas cañas, luego pican algo para comer y siguen toda la tarde de copas y fiesta en alguna de las numerosas terrazas de la calle Castaños y adyacentes. Y cuando llega la noche toman el relevo las pandillas de adolescentes, que practican botellón y siguen de fiesta hasta ver la luz del día.

El fenómeno se empieza a desmadrar. El número de terrazas se ha disparado durante los últimos meses, de hecho, en octubre el Ayuntamiento autorizó 27 nuevos veladores, y en junio pasado otros 19. Los propietarios de bares y cafeterías buscan contentar a sus clientes, que puedan fumar al aire libre y charlar tranquilamente.

El Ayuntamiento, gobernado por el PP, asegura que intenta hacer cumplir la norma, y promociona el tardeo como un atractivo turístico, a través de un vídeo promocional que se ha difundido hasta en el extranjero, que sitúa a Alicante como destino ideal para ir de copas. De hecho, las despedidas de soltero se han multiplicado, y los hosteleros cifran entre 2.500 y 3.000 las personas de la provincia que se desplazan hasta la capital para tardear con los amigos.

Sin embargo, los que no están nada contentos son los que sufren las molestias que genera tanta concentración de gente en la calle. Ocho asociaciones de vecinos de Alicante han pedido el amparo del Síndic de Greuges ante lo que consideran “una actitud displicente” de las concejalías de Seguridad y Ocupación de Vía Pública, del Ayuntamiento, ante el incumplimiento de las ordenanzas municipales “de consumo de alcohol de forma masiva”. En un comunicado, las asociaciones de vecinos de Ciudad de Asís, Ciudad Elegida, San Gabriel, La Florida, San Blas, Gran Vía Sur, Virgen del Remedio y Centro Tradicional, denuncian que el consistorio permita “la masiva ocupación en aceras y calles peatonales, sin control alguno”.

Las asociaciones vecinales recaban firmas y colgarán pancartas
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Alcázar Moreno, presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional, lamenta que estas calles peatonales sean el escenario “de un gran botellón cada fin de semana”. Un grupo de afectados explicó ayer a EL PAÍS, que lo único que reivindican es “el derecho al descanso”, y exigen que se cumpla la normativa. Otra vecina lamenta que la zona sea un “sinvivir continúo, empezamos a por la tarde y terminan de madrugada los sábados”. Y al día siguiente en los portales de sus casas: botellas vacías, vasos y otros malos olores.

En las terrazas los bares colocan más mesas de las autorizadas, los horarios de apertura se prolongan, en el caso de los discobares hasta las cuatro de la mañana y en las discotecas hasta las siete, y la Policía Local ante el desfile continúo de gente en la calle de madrugada, según los vecinos, asegura que “no puede hacer nada”.

María Dolores Pereto, presidenta de la Asociación de Vecinos Casco Antiguo, advierte de que la situación se ha vuelto “un polvorín” porque la “gente está indignada” por esta “fiesta continua”. Las ocho asociaciones de vecinos que han firmado este manifiesto entienden que se “está promocionando el consumo incontrolado de alcohol en las calles y plazas, en lo que ellos quieren disimular llamándolo el tardeo”.

Los vecinos, que han presentado 150 denuncias individuales por incumplimientos de la norma y molestias, remarcan que quieren “una ciudad racional ordenada y responsable” en la que se pueda “pasear por aceras, calles y plazas, libremente y sin obstáculos”, ya que en caso de emergencia no se podría intervenir, según recalcan. Ante este panorama, los afectos a partir del viernes colgarán en sus balcones pancartas reivindicativas, están recogiendo cientos de firmas y acudirán al Síndic de Greuges.

Bien distinta es la opinión de Lalo Díez, presidente de la Asociación de Locales de Ocio de Alicante, quien asegura que cada fin de semana las brigadas municipales de Urbanismo y de Ocupación de Vía Pública hacen inspecciones y “sancionan al que no cumple con la norma”. Díez considera que no hay que confundir el “botellón, que perjudica a todos, con al tardeo, que dinamiza la economía y genera empleo”. Y los comerciantes del centro tampoco tienen tan claro esos beneficios ya que tanta gente en las terrazas “espanta” a los clientes que van a de compras a las tiendas.

El PP discrepa y la oposición exige más control

El PP defiende los intereses de los hosteleros de la zona y “no comparte” las quejas vecinales, según admitió ayer la portavoz del equipo de Gobierno, Marta García-Romeu.

La edil, en rueda de prensa, aseguró que el Ayuntamiento mantiene hace  reuniones “constantes” con los colectivos implicados para “dar soluciones a los problemas que plantean”. Sin embargo, los representantes de la asociación de vecinos del Centro Tradicional aseguraron ayer que meses se reunieron con García-Romeu en la Mesa del Ruido, y que con el único concejal que mantuvieron una reunión hace poco fue con Juan Seva. La concejal del PP reconoce que “siempre se puede hacer más”, pero se hacen inspecciones regulares.

Los vecinos denuncian, en por escrito, que las concejalías competentes "no cumplen ni con la propia y ni con la escasa normativa que ellos en solitario aprobaron en pleno. No respetan a las Juntas de Distrito, ni el tiempo para que podamos informarnos y en su caso presentar alegaciones, las asociaciones de vecinos afectadas en cada zona, a las nuevas concesiones de veladores". Y es que el PP modificó la normativa recientemente para dar más facilidades a bares y cafeterías para sacar sus mesas a la calle.

Y la oposición, en bloque, hace el mismo diagnóstico de la situación: falta control y se está haciendo la vista gorda.

Miguel Ull, portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento, admite que no se oponen al tardeo pero "hay que respetar el derecho al descanso y hacerlo compatible con el interés de los hosteleros". Miguel Ángel Pavón, portavoz de Esquerra Unida en el Ayuntamiento, lamenta que el fenómeno se haya "desmadrado" al generar tantas molestias. "El Ayuntamiento tiene que incrementar los controles policiales y atender las denuncias vecinas", asegura Pavón, que recuerda que el éxito de esta zona está provocando el declive de otras como la conocida como Ruta de la madera, el barrio o el puerto.

Y el portavoz de UPyD, Fernando Llopis, resume que toda esta polémica demuestra que “el PP no es capaz de hacer cumplir con la normativa vigente”. La oposición exige al Ayuntamiento que destine más medios para controlar que los bares cumplen con la normativa y sus clientes no molestan a los residentes.

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