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El plan de viabilidad de Fagor garantiza cerrar 2014 con resultados positivos

La cooperativa ve futuro con 2.500 empleados menos y sin la mitad de las plantas

Mikel Ormazabal
Manifestación de trabajadores de Fagor que recorrió este jueves las calles de Mondragón.
Manifestación de trabajadores de Fagor que recorrió este jueves las calles de Mondragón. JAVIER HERNÁNDEZ

Fagor Electrodomésticos, la mayor cooperativa industrial de España, que se encuentra al borde de la quiebra, asegura tener en su poder la fórmula para evitar el cierre definitivo al que parece estar abocada en los próximos días. Se trata de la aplicación de un plan de reestructuración interna “muy duro”, pero “efectivo” que ha presentado a la Corporación Mondragón, a las instituciones y a los bancos.

La hoja de ruta que marca dicho plan indica que Fagor podría cerrar el ejercicio de 2014 con un resultado operativo (cash flow) positivo tras acometer el cierre del 50% de sus plantas industriales y reducir 2.500 trabajadores, según han asegurado a EL PAÍS fuentes de la propia cooperativa. El proyecto de salvación de Fagor tiene todos los visos de ir a quedarse en papel mojado tras el no rotundo y unánime recibido anteayer del grupo Mondragón, del que fue embrión en 1956. La corporación ha rechazado concederle más financiación —Fagor necesita 170 millones para salvar su negocio— al considerar que el plan de viabilidad presentado en septiembre pasado “no es factible” y no serviría para garantizar su futuro.

La cooperativa, que cuenta con 13 plantas en cinco países (España, Francia, Polonia, Marruecos y China), considera que su supervivencia es posible. Estaba dispuesta a afrontar un proceso “muy radical” de reorganización interna, según las mismas fuentes, que iba a culminar en tan solo seis meses de plazo, desde hoy hasta abril de 2014. De acuerdo con este plan de viabilidad, al que han dado la espalda todas las cooperativas de la corporación, Fagor tenía previsto cerrar las plantas ubicadas “en países de alto coste”, desinvertir aquellas actividades con poco margen industrial y concentrar su negocio en la línea de cocción y encastre, en la que es líder.

El estudio prevé una fuerte reducción de los costes de mano de obra por efecto de la deslocalización 

La plantilla bajaría de los 5.642 operarios actuales a prácticamente la mitad. De esta manera, la compañía garantiza llegar al cierre de 2014 con un cash flow (resultado del negocio sin contar amortizaciones ni gastos financieros) positivo. Ello vendría a “resolver”, aseguran fuentes de Fagor, uno de los principales problemas: la continua destrucción de la caja operativa que ha ido arrastrando la compañía desde 2006. La planificación de Fagor, abortada en su propia corporación, prevé una fuerte reducción de los costes de mano de obra por efecto de la deslocalización de los centros de producción en países de bajo coste, además de la considerable bajada de la masa salarial por el recorte en la plantilla.

Este fue el dibujo de futuro que la dirección de Fagor Eléctrodomésticos planteó a sus acreedores para obtener las ayudas económicas necesarias para reflotar la empresa. Estuvo en manos del Gobierno vasco, afirman dichas fuentes, lo que contrasta con la insistencia con que los representantes del Ejecutivo autónomo han presionado a la firma para que presentase un plan “viable, factible, detallado y ejecutable”, como llegó a exigir aún este pasado martes la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia. La corporación declinó su apoyo porque la inyección económica al nuevo plan de Fagor iba a “poner en riesgo” al resto de cooperativas, que a lo largo de los últimos años ya le han ayudado con un total de 300 millones, según el grupo.

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Unas 200 personas trabajaban ayer en las oficinas de la sede central de Fagor Electrodomésticos, en Mondragón, una cifra que irá paulatinamente disminuyendo con el paso de los días. La compañía insiste en que el proyecto resulta viable y podría evitar su liquidación. Pese a no disponer apenas de oxígeno para seguir adelante, sus dirigentes aseguraron estar buscando “nuevas vías de financiación” para hacer efectivo su nuevo esquema organizativo, aunque también reconocieron que obtener recursos va a ser “complicado”, sobre todo después de presentar en un juzgado donostiarra un concurso de acreedores para su filial polaca, Fagor Mastercook.

Fuentes de la empresa aseguran que el documento estuvo en manos del Gobierno vasco

La próxima semana podría suceder otro tanto con la francesa Brandt, lo que, de producirse, llevaría irremisiblemente a todo el grupo a la suspensión de pagos. De hecho, Fagor Electrodomésticos comunicó oficialmente anoche a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CMNV) que, si no obtiene los fondos que necesita, “no descarta” solicitar el concurso de acreedores antes de agotar el plazo de cuatro meses que le permite su situación de preconcurso. Mientras, la corporación aseguró que está trabajando en buscar soluciones al problema de los cerca de 2.000 socios y trabajadores de Fagor y Edesa, la planta de Basauri, que están en el paro. Continúa con la tarea de definir los perfiles, los programas de empleabilidad para los socios y evaluar las posibles prejubilaciones, aunque la oficina de empleo que anunció aún no está operativa. “Lo que nos preocupa realmente a nosotros, desde un punto de vista corporativo, es el empleo”, indicaron fuentes de la corporación.

En otro intento de última hora, el próximo lunes está prevista una reunión que tendrá como principales actores a la Corporación Mondragón, Fagor Electrodomésticos, el Gobierno vasco y la Diputación guipuzcoana para analizar la situación y tratar de hallar soluciones. Pero todo juega en contra. La CNMV decidió ayer suspender cautelarmente la emisiones de renta fija al concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones sobre dicho valor.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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