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Cierval toma Feria Valencia

La patronal asume el control de la institución ferial tras la dimisión de Alberto Catalá

Miquel Alberola
José Vicente González, presidente de la patronal Cierval.
José Vicente González, presidente de la patronal Cierval. JESÚS CÍSCAR

Tras 14 años en el cargo y en uno de los momentos más delicados de la institución, Alberto Catalá, deja hoy la presidencia de Feria Valencia. Presentó hace unos días la dimisión a la presidenta del patronato de Feria Valencia, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y comunicó asimismo su decisión al presidente de la Generalitat. Los motivos oficiales que la sustentan son los “problemas familiares” derivados de la situación que está atravesando su empresa textil, Rafael Catalá, que requiere mayor dedicación de la que hasta ahora le dedicaba.

Este miércoles Feria Valencia celebrará un comité ejecutivo para elegir a su sustituto. Según los estatutos, el cargo que deja Catalá debe ser ocupado por uno de los vicepresidentes del comité ejecutivo (el vicealcalde Alfonso Grau o el presidente de Cierval, José Vicente González). Como es lógico, será el presidente de la patronal valenciana el que tome el relevo de Catalá, aunque, en el caso de aceptarlo, queda por despejar si sería solo hasta el patronato que Feria Valencia celebrará este diciembre o hasta diciembre de 2015, que es cuando expiraba el mandato de Catalá.

La sombra de Gürtel

El entorno de Alberto Catalá se apresuró este martes a desvincular su dimisión al frente de Feria Valencia con la situación económica y judicial en la que se encuentra la institución. Sus contratos con Orange Market, la empresa de Álvaro Pérez, El Bigotes, centraron las críticas de la oposición en su reelección en el cargo en 2011. “Orange Market ha sido un gran proveedor y muy buen proveedor de Feria Valencia”, había reconocido unos meses antes en una entrevista.

Dos años después, Feria Valencia tendría que remitir al juez instructor del caso Gürtel dos facturas con este proveedor por valor de 1.038.000 euros, aunque troceadas (una por 580.000 y otra de 458.000) por una precampaña de la edición de 2008 de la feria Hábitat (el contrato hacía referencia a servicios integrales de mercadotecnia, publicidad y promoción). La relación con la trama era tan fluida que Feria Valencia contrató a Cristina Olmeda como directora de marketing en febrero de 2008 por recomendación expresa de El Bigotes. Ayer no eran pocas las fuentes que relacionaban la súbita dimisión de Catalá con inminentes consecuencias derivadas del caso.

En cualquiera de los dos casos, según fuentes empresariales, la patronal sería la que elegiría a la persona que debería reemplazar a González. Los empresarios toman el control de la institución con la intención de reorientarla y sanearla económicamente. La etapa de Catalá al frente de Feria Valencia, cargo al que llegó de la mano de Barberá, se ha caracterizado por una ambiciosa ampliación de las instalaciones a la que pilló el cambio de modelo de ventas introducido por Internet y las nuevas tecnologías, así como la asunción de la promoción de las propias empresas a través de showrooms. A ello se añadió el deterioro de los sectores productivos tradicionales por la globalización y la irrupción de la crisis económica.

Feria Valencia cerró el año pasado con pérdidas, le sobra espacio y tiene pendiente la devolución de la deuda de la ampliación, que se presupuestó en 325 millones y ha acabado costando más de 600, y a la que no puede hacer frente sin la ayuda de la Generalitat. En julio solicitó al Consell que avalase un crédito de cuatro millones para poder mantener el gasto corriente de la institución.

La penetración de González en Feria Valencia empezó en febrero de 2012, cuando el secretario de Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Enrique Soto, fue nombrado director general de la institución sustituyendo a Carlos Vargas, una persona próxima a Rita Barberá cuya gestión se desarrolló en uno de los períodos considerados como menos transparentes de una institución que había recurrido a Orange Market como proveedor en diversas ocasiones. Soto es un hombre de la máxima confianza de González. Con él trabajó en la reorganización financiera de CEV, que entonces presidía González, en un momento en que arrastraba deudas millonarias heredadas por la mala gestión de los cursos de formación de su antecesor. El nombramiento de Soto ponía de relieve el interés de los empresarios por ganar peso en la feria y atajar su desbarajuste económico.

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El vicepresidente y portavoz del Consell, José Ciscar, mostró este martes su agradecimiento a Catalá por su labor al frente de Feria Valencia, así como el “respeto” por su decisión: “Si hay unos motivos personales como él ha alegado, hay que respetarlos”. Sobre su probable sustituto, Ciscar fue cauto: “Estamos convencidos de que la persona que lo sustituya continuará haciendo una labor importante en Feria Valencia”.

Barberá afirma que González no es el relevo provisional sino definitivo

Más explícita fue la presidenta del patronato, Rita Barberá, quien justificó la marcha de Catalá en que “quiere dedicarse de lleno a su empresa”. La regidora destacó su entrega y dedicación, pero enseguida subrayó los valores de quien toma el relevo: “[José Vicente González] introducirá ese matiz que necesita la feria para externalizarse”. “Estamos ante un relevo normal, en cuanto a que un empresario sucede a otro y ambos son muy conocedores de la institución”, agregó. Barberá se mostró convencida de que González no es un relevo provisional sino definitivo.

La portavoz de Esquerra Unida en las Cortes Valencianas, Marga Sanz, lamentó que Catalá abandone Feria Valencia después de ejecutarse un expediente de regulación de empleo “y de hacerse público un rosario de denuncias de irregularidades”. En ese sentido, registró este martes la solicitud para la creación de una comisión de investigación sobre Feria Valencia. “Hay una sombra de irregularidades muy evidente en la gestión de Feria Valencia y, singularmente, en la figura de su expresidente”, criticó.

Sanz recordó que su partido ya denunció los pagos en negro por parte de la trama Gürtel a una directiva de la entidad, así como los viajes privados de una empresa de Catalá con cargo al presupuesto de la institución.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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