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El Museo de Lugo pierde su valiosa colección de joyas prerromanas

Las negociaciones para mantener la colección se rompieron de forma el pasado viernes

El Torques de Burela
El Torques de Burela

Los responsables de Cultura de la Diputación de Lugo y del Museo Provincial se toparon ayer a primera hora de la mañana con una desagradable sorpresa. Sin previo aviso, representantes de la familia de Álvaro Gil y un notario les esperaban a las puertas del recinto museístico para retirar de la institución la colección del mecenas lucense, compuesta por 40 piezas de orfebrería prerromana —entre ellas el valioso Torques de Burela— y varios cuadros. La visita de los herederos del mecenas se produce al día siguiente de que la Xunta iniciara los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) el conjunto y darle protección.

El origen del conflicto está en una sentencia judicial que permitió a la familia de Álvaro Gil solicitar la retirada de las piezas del Museo Provincial en el que permanecían desde hace 40 años. El plazo para llegar a un acuerdo con la Diputación de Lugo y evitar que la institución se quedase sin las piezas no finalizaba hasta hoy.

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Las negociaciones para mantener la colección en el museo se rompieron de forma definitiva el pasado viernes, cuando la familia no aceptó las condiciones de la Diputación de Lugo. La institución había propuesto pagarle a los parientes de Álvaro Gil 2.350.000 euros por la colección y otros 600.000 euros más que se abonarían en concepto de daños y prejuicios.

El diputado de Cultura Mario Outeiro ha querido dejar claro que se mantiene la oferta a la familia, con el objetivo de volver a recuperar la colección para el museo de Lugo, donde ha permanecido casi 40 años. El pasado miércoles la Consellería de Cultura publicaba en el Diario Oficial de Galicia la incoación del expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural de la colección de joyas de oro y plata prerromanas de Álvaro Gil, un conjunto “único por sus valores artísticos, estéticos e históricos”. La mayor parte de las piezas fueron adquiridas por el coleccionista lucense Álvaro Gil a los herederos de Ricardo Blanco-Cicerón. El conjunto incluye joyas tan emblemáticas como el Collar de Chaos de Barbanza, el Carnero Alado de Ribadeo, las gargantillas de tiras de Monte dos Mouros y el Torques de Burela.

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