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Los niños de Ourense tienen que ir a Vigo para operarse por las tardes

El Sergas desmantela el servicio de cirugía pediátrica en esa provincia

Hospital de Ourense
Hospital de Ourense NACHO GÓMEZ

Los niños ourensanos que necesitan someterse a una intervención quirúrgica fuera del horario de mañana —o en sábado, domingo o festivo— son, desde el pasado mes de septiembre, trasladados a Vigo, a más de 100 kilómetros de distancia, que se elevan a más de 200 en los casos de los que proceden de Valdeorras o de Monforte, incluidos en esa área sanitaria. La gerencia del hospital de Ourense ha optado por el recorte de medios en esta especialidad reduciendo a la mitad el número de cirujanos pediátricos. Quedan dos de los cuatro que llegó a haber y uno de ellos “lleva años sin operar, dedicado a la medicina rural”, explican alarmados “el desmantelamiento del servicio” los representantes de la plataforma sanitaria, los integrantes del comité de centros del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) y los facultativos consultados por este diario. La alarma social recorre colegios, redes sociales, asociaciones y sindicatos.

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Mientras la sociedad se vuelca en una campaña de firmas para pedir a la Consellería de Sanidade que “resuelva de forma inmediata esta carencia” del servicio pediátrico del CHUO y los partidos de la oposición registran iniciativas en las instituciones con idéntica reclamación, el Sergas va ampliando sus argumentos. En este momento, con más de 5.000 firmas recogidas en apenas 24 horas en change.org, un portavoz del Sergas ha asegurado a este diario que hay abierta una negociación con los cirujanos generales y con los de urología para que asuman las tareas que el mermado servicio pediátrico no puede atender. Es decir, las urgencias que están provocando los traslados a Vigo. Aunque aún no hay acuerdo, el Sergas da por hecho que “antes de fin de año” estos facultativos se harán cargo de una especialidad “similar a la suya” con lo que “habrá personal cualificado más que suficiente” en el CHUO para evitar los traslados a Vigo.

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“Si un martes a las seis de la tarde a tu hijo le diagnostican una apendicitis, lo trasladan a Vigo obligando a su familia a viajar con él, con el coste de tiempo que ello conlleva y con el coste de alojamiento y comida que muchas familias hoy no pueden asumir”. Así comienza Ana Mateos, la madre de uno de los niños que estrenó el recorte del servicio de cirugía pediátrica en Ourense, la petición colgada en la página web change.org dirigida a la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, para que frene el desmantelamiento de esta especialidad en el complejo hospitalario ourensano. La respuesta ha sido abrumadora: 5.000 firmas recogidas en apenas 24 horas.

La gerencia del CHUO se queda sola en su intento por defender un recorte sanitario que afecta a una población especialmente sensible, la de los menores de 15 años, por más que insista en asegurar que la situación “se va a arreglar ya” mediante la incorporación a las urgencias pediátricas de los cirujanos de adultos. Una medida que, según los especialistas consultados por este diario, no evitará los traslados a Vigo ya que los cirujanos generales “no están capacitados para las intervenciones de neonatos y solo podrían asumir las de niños con más de 30 kilos de peso”.

Los representantes sindicales alertan de que, al margen de que “contraviene la normativa”, si los cirujanos generales aceptan la propuesta de la gerencia de cubrir las guardias pediátricas “lo harán forzados y, lo que es peor, inseguros, porque atenderán patologías a las que, salvo las apendicitis, no están habituados”. Para los colectivos sanitarios la fusión del servicio ourensano con el vigués solo contribuirá a derivar a los pacientes a los hospitales concertados teniendo en cuenta que en Vigo “hay solo seis cirujanos y una considerable lista de espera”.

Hace 15 días, cuando el clamor popular contra el recorte de este servicio pediátrico apenas empezaba a asomar, el Sergas manejaba otro argumento: anunciaba la creación de una unidad de referencia “compartida” interprovincial (Vigo-Ourense) para el sur de Galicia que, decía, “favorecerá el desarrollo” de la cirugía pediátrica. Entonces, como ahora, Sanidade apelaba a la escasa población infantil de Ourense y Vigo (30.000 y 70.000 menores de 13 años, respectivamente) y al dato de que la media mensual de urgencias de cirugía pediátrica atendidas en el CHUO no sobrepasa los ocho casos “por lo que los dos cirujanos son más que suficientes”. Al mismo tiempo, precisaba que el complejo hospitalario ourensano asume 40 intervenciones urgentes pediátricas al año de las que, “por sus características o complejidad, solo 12 deben ser atendidas en Vigo”. Con esta “limitación de la actividad resulta complejo tanto el mantenimiento de la continuidad asistencial como la garantía de calidad”, precisaba el Sergas en un comunicado d el pasado 4 de octubre bajo el título de La gerencia de gestión integrada apuesta por el mantenimiento y garantía de la continuidad de la cirugía pediátrica. Líneas abajo, aclaraba que la continuidad quedaba vinculada al traslado a Vigo de las urgencias.

El Sergas no ha renunciado a su apuesta por esa unidad compartida interprovincial, solo que a esta añade ahora, en medio de un creciente clamor popular, el anuncio de la atención de las urgencias por los cirujanos generales y de urología de Ourense. Una medida cuestionada por varios médicos consultados, que sostienen que “si existe la especialidad de cirugía pediátrica es por algo”. “El Sergas argumenta a salto de mata”, replica Fernando Rivas, miembro del comité intercentros del CHUO por la CIG. Los delegados sindicales de los trabajadores del complejo hospitalario aseguran que no tienen noticias de este “nuevo apaño [el refuerzo del servicio con los cirujanos generales] para justificar el recorte”. Rivas afirma que cuando el Sergas dejó de cubrir las dos últimas vacantes (una jubilación y un traslado) y la cirugía pediátrica del CHUO se quedó con un solo especialista, la comisión de centros alertó a la gerencia “de la gravedad” de la situación. “Pero nos dijeron que estaban en contacto con un cirujano de Sevilla y otro de Oviedo, aunque finalmente incorporaron en verano a un especialista que no opera porque lleva tiempo sin ejercer y necesita un periodo de adaptación”. De los dos cirujanos pediátricos que quedan “uno está exento de guardias por problemas de salud”, recalcan los delegados sindicales.

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