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Dos presos con largas condenas, beneficiarios del fin de la ‘doctrina Parot’

Los magistrados de la Audiencia Provincial, pendientes de revisar de oficio las condenas o esperar el recurso de los abogados

F. Javier Barroso
Pablo Manuel García Ribado.
Pablo Manuel García Ribado.

Los magistrados de la Audiencia Provincial se enfrentan a la eventual puesta en libertad de dos de los presos más peligrosos de la región. El desestimiento por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de la llamada doctrina Parot puede dejar en libertad en breve al llamado violador del portal, Pablo Manuel García Ribado, condenado a 2.970 años de prisión por cometer 153 delitos entre 1990 y 1993. En la misma tesitura se encuentra el denominado hombre de los dos rostros, Joaquín Villalón Díez, sentenciado a 58 años por matar a dos transexuales en 1992. Además, estaba cumpliendo otra condena por descuartizar a su novia en 1981.

El principal problema que tendrán que solventar los jueces de la Audiencia es ver si deben resolver los casos de oficio o, por el contrario, deberán esperar a que sus abogados pidan la excarcelación inmediata. Esta se produciría si se acogen a la reciente del TEDH que prohíbe aplicar las reducciones de pena sobre el global de la condena.

Fuentes judiciales explicaron que el presidente de la Sección 6ª, Pedro Javier Rodríguez, tiene encima de su mesa el caso de García Ribado. Este exmecánico, ahora con 44 años, protagonizó el mayor proceso por violación de la historia judicial madrileña. Se le consideró culpable de atacar entre el 24 de diciembre de 1990 y el 9 de octubre de 1993 a 53 mujeres en La Estrella, Buenavista y Ventas, a las que asaltaba junto con otros dos compinches. Fue condenado por violación, atraco, agresión sexual, robo con rehenes y lesiones.

Según constaba en autos, la primera violación la cometieron a las cuatro de la madrugada del 24 de diciembre de 1990, cuando el condenado y su compinche Antonio Barroso Mingo abordaron a una mujer en su portal. Tras taparla la boca para que no chillara, obligaron a la víctima a que les llevara hasta su coche y condujera a un descampado de Chamartín. Allí la forzaron ambos. Después la robaron las 7.000 pesetas (42 euros) que llevaba en el bolso. También la arrebataron una cartera de piel y una tarjeta de crédito. Le exigieron que les diera el número secreto para sacar dinero, pero la mujer ya había sacado ese día el máximo posible. Regresaron de nuevo al descampado, donde García Ribado abusó de nuevo de ella.

La pista que permitió la detención del llamado violador del portal se produjo dos días después de la última violación, la madrugada del 11 de octubre de 1993. La policía detuvo en un control rutinario a García Ribado. Cuando le pidieron el carné de identidad, los agentes se percataron de que llevaba las uñas negras de suciedad, a consecuencia de su trabajo como mecánico. Este dato había sido señalado por diversas víctimas. Los policías le dejaron marchar, pero sometieron al sospechoso a una estrecha vigilancia. Fue detenido junto con su compinche y entonces vigilantes de seguridad Antonio Barroso Mingo, al que visitaba frecuentemente el 14 de octubre. En un principio, ambos arrestados confesaron su participación en los hechos.

Joaquín Villalón Díez, durante el juicio.
Joaquín Villalón Díez, durante el juicio.SANTOS CIRILO
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La Sección 3ª de la Audiencia Provincial tampoco ha tomado una decisión sobre Joaquín Villalón, de 57 años. Este fue sentenciado en febrero de 1995 a 58 años de prisión después de que se le considerase autor de los asesinatos de los transexuales Darío José I., apodado Carmen, y Juan Manuel M., Joanna. En el primer caso le declararon culpable de asesinato y de robo con homicidio, robo con fuerza y estafa en el segundo. En ambos se apreció la agravante de reincidencia porque había descuartizado a su novia en 1981.

La Sección 3ª calificó como asesinato la muerte de Carmen, por el que le condenó a 28 años y 10 meses de prisión. El crimen se produjo el 27 de septiembre de 1992 en el apartamento que la transexual tenía en el paseo de La Habana para prestar los servicios a sus clientes. Se inició una discusión entre ambos. El condenado roció con un aerosol a su víctima, le ciñó unas cadenas al cuello y, ya en el suelo, cubrió las piernas con telas y las prendió fuego. Carmen moría dos semanas después en el hospital, tras haberle sido amputadas ambas piernas.

El segundo crimen ocurrió unos días después, también en piso de Juan Manuel, en el barrio de Lavapiés. El fallo considera probado que Joaquín Villalón le golpeó con fuerza y le dejó inconsciente. Así lo llevó al cuarto de baño donde le metió la cabeza en la bañera, que estaba llena de agua. Después le robó las tarjetas de crédito, con las que se apropió de más de dos millones de pesetas (12.000 euros).

Los forenses describieron a Villalón como “un psicópata que sufre un trastorno antisocial de la personalidad con rasgos esquizoparanoides, con altas cotas de narcisismo y pervesión sexual, tal es el travestismo”. Destacaron su frialdad afectiva, su insinceridad, su utilitarismo, su egoísmo y su megalomanía. "Todo ello condiciona su actuación, sin comprometer sus facultades cognoscitivas y volitivas", concluyó la sentencia.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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