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El Centro Acuático acumula siete años de retraso y un sobrecoste del 40%

Dragados ha exigido una indemnización de 12 millones y desvincularse de la obra

El Centro Acuático, en obras, durante la visita la pasada primavera del Comité Olímpico Internacional a Madrid.
El Centro Acuático, en obras, durante la visita la pasada primavera del Comité Olímpico Internacional a Madrid. uly martín

“La única regla es que no hay reglas”. Esa explicación de la alcaldesa, Ana Botella (PP), para justificar la derrota olímpica de Madrid sirve para ilustrar el descontrol en coste y plazos de ejecución de las infraestructuras construidas por el Ayuntamiento para conseguir los Juegos. Y ya no se trata sólo de la Caja Mágica, que costó el doble de lo presupuestado. La otra gran instalación olímpica, el Centro Acuático, arrastra ya un sobreprecio del 40% pese a que las obras aún están a medias, y como mínimo tardará en construirse el triple de lo previsto, sin contar los tres años en los que ha estado paralizado a la espera de conocer el desenlace olímpico.

Quiebra municipal

»Madridec ha quebrado este año y en diciembre será liquidada debido al excesivo endeudamiento al que fue sometida por el anterior alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.

»La empresa municipal deja un agujero de 400 millones al Ayuntamiento, que deberá rescatar el centro acuático y los anticuados recintos feriales de la Casa de Campo.

»Pese a que la empresa se disolverá en tres meses, CC OO denuncia que se está obligando a los trabajadores, afectados ya por un ERE, a negociar un nuevo convenio que teme que sea su puntilla.

Ese parón le ha costado ya al Ayuntamiento más de un millón de euros, pero la constructora le ha exigido 12 millones más como indemnización, y ha pedido desentenderse de una obra maldita. El Centro Acuático depende de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec) como le sucede a la Caja Mágica, pero su trayectoria amenaza con ser más tortuosa si cabe.

El Ayuntamiento decidió construir esta instalación acuática, ubicada junto al estadio de la Peineta, en el distrito de San Blas-Canillejas, cuando en 2000 presentó su primera candidatura olímpica.

El arquitecto Juan José Medina ganó el concurso en verano de 2002 con un proyecto (bautizado como Quiero saltar al agua para caer al cielo) de 118.000 metros cuadrados de superficie y aforo para 15.000 espectadores.

Las obras se adjudicaron a la unión temporal de empresas de Dragados y el Grupo Ortiz. Con un presupuesto de 136,7 millones, debían empezar en noviembre de 2004 y terminarse en 27 meses.

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El Centro Acuático comenzó dependiendo del Ayuntamiento directamente, pero en septiembre de 2006 se transfirió a Madridec, cuya deuda no computaba como municipal. Apenas unos días después, se modificó el proyecto, el presupuesto se disparó hasta los 164 millones de euros y el plazo de ejecución subió a 41 meses.

El edificio debía estar listo así en abril de 2008. Cumplido ese plazo, se amplió hasta julio. Llegado julio, se amplió dos años más, y se incrementó de nuevo el presupuesto, hasta los 185,5 millones de euros, para adecuar el edificio a los requisitos olímpicos, pese a que ese era su objetivo inicial.

La nueva fecha límite era julio de 2010. Cuatro meses antes, ante la “preocupación” municipal por los retrasos, según reza la documentación interna a la que ha tenido acceso EL PAÍS y adelantada por eldiario.es, la constructora planteó la “necesidad ineludible de introducir nuevas partidas presupuestarias en el proyecto”.

Llegado julio, se optó por la “suspensión temporal de las obras” hasta abril de 2011 “debido a las circunstancias económicas actuales y a las políticas de contención y recorte del gasto”.

La Caja Mágica, un fiasco

Hasta ahora, el símbolo del descontrol asociado a la candidatura olímpica era la Caja Mágica.El Ayuntamiento dio el visto bueno a su construcción de este pabellón de tenis en el distrito de Usera en la primavera de 2002. Entonces, el coste estimado por el arquitecto, Dominique Perrault, era de 30 millones, que se convirtieron en 120 al presentarse el primer presupuesto.

Las obras debían comenzar en el otoño de 2004, pero se fueron retrasando y, cuando Madrid 2012 cayó derrotada en el verano de 2005, se paralizaron. Se retomaron en 2007, tras lanzarse Madrid 2016, y se finalizaron en la primavera de 2009, con un presupuesto estimado de 160 millones. Sin embargo, la empresa municipal Madridec admitió en 2010 que el coste real ascendía a 294 millones de euros. “Es un proyecto que se ha prolongado muchos años y eso lo encarece. Ha contado con muchas modificaciones desde el punto de vista técnico y funcional”, explicaban entonces fuentes municipales.

Madridec ha quebrado este año y está en liquidación. En sus informes, considera que la Caja Mágica “no ha logrado alcanzar la cuota de mercado que le correspondería, está en un lugar inconveniente y su mantenimiento es carísimo”.

El Ayuntamiento aprovechó la paralización para revisar el presupuesto y elevarlo a 192,5 millones de euros, es decir, un 41% más que el coste inicial. Además, el plazo de ejecución se incrementó en 24 meses más, con lo que los 27 meses iniciales se convirtieron en 86 meses, y eso sin contar el plazo de paralización temporal.

Llegado abril de 2011, se acordó mantener parada la obra medio año más, hasta septiembre. Llegado septiembre, el Ayuntamiento impuso otra prórroga de seis meses (de hecho, las obras siguen aún paradas), ante lo que la constructora se plantó, pidió desvincularse y exigió una indemnización de 12,24 millones.

La constructora “ha manifestado su intención de no acceder a una nueva prórroga de la suspensión temporal de las obras en las condiciones actuales. No quiere continuar con la posesión de la obra ejecutada dado que, con el paso del tiempo, puede sufrir un deterioro importante y no puede determinar los daños, implicaciones y costes derivados de la suspensión”, asegura un informe interno de Madridec. El coste de mantenimiento y vigilancia de la obra ascendió a 725.000 euros de julio de 2010 a octubre de 2012, última fecha en la que se hizo público ese gasto, a petición del edil de Izquierda Unida Ángel Lara. Hace un año, el Ayuntamiento negaba haber pagado la indemnización requerida por Dragados.

Tras la derrota de Madrid 2020 el 7 de septiembre, Botella prometió retomar la construcción del Centro Acuático pero con modificaciones para convertirlo en un edificio “versátil”. Según el último proyecto aprobado, las obras iban a requerir de 93 millones más y dos años de trabajo adicional a partir del momento en el que se retomaran.

Tras la quiebra de Madridec, el Ayuntamiento se ha hecho cargo del proyecto, aunque no ha desvelado aún cómo y cuándo pagará lo necesario para que deje de ser un esqueleto varado junto a una Peineta desguazada, en un descampado de barro, materiales de construcción y sueños rotos.

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