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Un pantano tóxico, abandonado en el Parque Regional del Guadarrama

El fiscal investiga el origen de los 300.000 metros cúbicos de lodos con metales, hidrocarburos o materia orgánica, que llenarían un tercio del Bernabéu

Esther Sánchez
Presa del embalse del Aulencia en el Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama
Presa del embalse del Aulencia en el Parque Regional del Curso Medio del GuadarramaE. Sánchez

Los 300.000 metros cúbicos de lodos contaminados con metales y materia orgánica que ocupan el 80% del vaso de la presa del río Aulencia, ubicada entre los municipios de Colmenarejo y Valdemorillo y dentro del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, llevan años esperando que alguien acometa su limpieza. En 2006, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), organismo del Ministerio de Medio Ambiente y responsable de su mantenimiento, anunció que estaba estudiando el mejor sistema para deshacerse de los residuos. Siete años después, el fango tóxico (que llenaría un tercio del estadio de fútbol Santiago Bernabeú) continúa en el mismo lugar, dos kilómetros por debajo de la potabilizadora del pantano de Valmayor. En sus orillas siguen también los carteles que prohíben el baño por tratarse de aguas cenagosas.

El agua de la presa rebosa cuando se producen fuertes precipitaciones

La Fiscalía de Medio Ambiente de Madrid, encabezada por Antonio Vercher, ha abierto una investigación de oficio que trata de concretar la procedencia de los lodos y las razones por las que se produjeron. Las diligencias practicadas se dirigen a diferentes instituciones, entre las que se encuentran el Canal de Isabel II y la CHT. Fuentes de la Confederación explican que están a la espera de que la Fiscalía finalice sus indagaciones.

El embalse está prácticamente colmatado por el fango.
El embalse está prácticamente colmatado por el fango.

Un informe del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), encargado por el Patronato del Parque Regional, advirtió del estado de las aguas en 2005. En ese momento, se detectaron restos de 12 metales (como cadmio, cromo, cobre, hierro o manganeso), 74 contaminantes (derivados de jabones, hidrocarburos, disolventes y productos textiles, entre otros) y 31 compuestos en el residuo sólido, como hidrocarburos o azufre. Los residuos habían inutilizado el estanque, eliminando la fauna piscícola, además de producir malos olores.

Su naturaleza, añadía el texto, “parece corresponder” a restos procedentes de la estación potabilizadora que trata las aguas del embalse de Valmayor y de las residuales de Colmenarejo. El Canal de Isabel II niega que hayan salido lodos de la planta en ningún momento. La CHT mantiene, sin embargo, que esas son la procedencias de los contaminantes, que llegaron al embalse después de que la presa, construida en 1945 para abastecer de agua potable, se cerrase en 1975 al entrar en servicio el embalse de Valmayor.

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En el último control de la calidad físico-química de las aguas del presa, que la CHT realiza periódicamente, se aprecia que el exceso de concentración de manganeso se ha ido reduciendo hasta llegar a cero en la última campaña, “posiblemente debido a la no remoción de fangos”. Al mismo tiempo, fuentes del organismo indican que la carga contaminante del embalse no se transmite por vía subterránea y que el estado ecológico del tramo fluvial del río ubicado aguas abajo de la presa es calificado como bueno o muy bueno. Tampoco existe peligro en cuanto al abastecimiento de agua potable, porque los municipios ya no se nutren del embalse, dicen.

“Teóricamente los lodos se quedan abajo, pero cuando hay lluvia fuerte o tormenta las aguas rebosan y salen aguas abajo”, mantiene Carlos González-Amezúa, concejal de Alternativa por Colmenarejo y miembro de Ecologistas en Acción. Se queja de que: “El fango sigue ahí a pesar de las denuncias que se han interpuesto a lo largo de los años". Santiago Martín Barajas, de la misma organización conservacionista, añade que si la presa se rompiera por el empuje los lodos, estos invadirían el cauce del Aulencia, afluente del Guadarrama, que desemboca en el Tajo. “Sería un desastre”, asegura. Y si alguna persona cayera al embalse, no podría salir debido a que los lodos se lo impedirían.

Los ecologistas advierten del peligro si los lodos se escaparan

La alcaldesa de Colmenarejo, Nieves Roses, del PP, aclara que han hecho todo lo posible dentro del ámbito municipal para la recuperación de la presa. Valdemorillo también se suma a la petición de rescate del embalse. Todo el mundo está de acuerdo en que hay que limpiar los lodos. Ahora queda saber quién lo hará, de qué forma y la fecha concreta.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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