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Diada reivindicativa

Mas confía que el éxito de la cadena humana acelere el diálogo con Rajoy

El presidente catalán llama a no apartarse “ni un milímetro” del plan soberanista y apela a la democracia, el civismo y la legalidad

Foto: reuters_live | Vídeo: El País-LIVE!
Miquel Noguer

El Gobierno catalán confía en que la cadena humana por la independencia que varios grupos soberanistas han convocado para este miércoles en Cataluña marcará un antes y un después en el proceso de autodeterminación que impulsa Artur Mas. El presidente catalán confía en el éxito de la iniciativa, y que ello obligue a Mariano Rajoy no solo a sentarse a negociar una salida dialogada para consultar a los catalanes, sino también para que la negociación no se demore excesivamente.

Este martes, como preludio de los actos de la Diada del Onze de Setembre que se celebra hoy, Artur Mas se dirigió a los catalanes en su tradicional discurso televisado. Utilizó el escaparate para redoblar sus peticiones al Gobierno de Mariano Rajoy para que Cataluña pueda celebrar el año que viene una consulta de autodeterminación. Mas aseguró que la consulta acabará por celebrarse, pero pidió evitar las prisas de los sectores más soberanistas que piden ya una declaración unilateral de independencia. “No debemos apartarnos ni un milímetro de la hoja de ruta, pero tampoco de la vía catalana, de nuestra manera de hacer". Por "vía catalana", Mas entiende un estilo de entender la política basado, según enumeró en la democracia, el diálogo, la legalidad, el civismo, el espíritu pacífico y las decisiones tomadas sobre mayorías amplias.

Diez consejeros participarán en la denominada Via Catalana

Artur Mas no estará presente en la cadena humana que este miércoles tiene previsto cruzar Cataluña de punta a punta y que ha sido organizada por Assemblea Nacional Catalana y quye con el apoyo explícito del Gobierno catalán y los medios de comunicación afines. Sin embargo, el presidente catalán volvió a aprovechar el discurso para apoyar la iniciativa, que en su opinión es una “gran muestra de patriotismo, civismo y compromiso”. En este sentido, el presidente de la Generalitat confió en que “cientos de miles de personas” participen en la cadena humana para “expresar este anhelo de libertad, paz, democracia y justicia social”. Mas no dudó en comparar la cadena humana con la masiva manifestación que tuvo lugar el año pasado en el centro de Barcelona.

El gran reto de la movilidad

La cadena humana que cruzará Cataluña de punta a punta supone un gran reto para la movilidad en la comunidad, que verá como dos de sus vías gratuitas principales estarán cortadas para albergar a los manifestantes. La N-II y la N-340 estarán cerradas parcialmente hasta las 18.00 horas. Para compensar, en aquellos tramos donde no hay más alternativas las autopistas levantarán las barreras de peaje. Una medida destinada no solo como un desagravio a los conductores sino a mejorar la movilidad: a los desplazamientos privados se unen los más de 1.500 autobuses fletados por la Asamblea Nacional Catalana, entidad organizadora, para cubrir todo el territorio.

El tráfico también se verá afectado en Barcelona, con las principales vías cortadas por el paso de la Via Catalana. Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) reforzará la frecuencia del Metro para minimizar las afectaciones en los autobuses, con unas 60 líneas de bus que verán variado su recorrido. El Ayuntamiento de Barcelona ha pedido a los ciudadanos que no utilicen el transporte privado para evitar los colapsos.

La Generalitat desplegará 2.465 Mossos d'Esquadra para tener controlados todos los detalles de seguridad. La ANC preparaba ayer los últimos flecos e intentaba cerrar los últimos detalles: los organizadores tendrán 5.000 voluntarios en las carreteras catalanas para asegurar que todo sale según lo previsto.

Aunque en ningún momento del discurso utilizó la palabra "independencia" ni tampoco la expresión "Estado propio" para Cataluña, el presidente catalán quiso dejar claro que no tiene intención de dar marcha atrás. Lo dijo dicho después de que la semana pasada apuntara a que todo el proceso podía retrasarse hasta 2016 si el Gobierno impedía la consulta. “El pueblo de Cataluña debe ser consultado el año que viene sobre su futuro político. Tan firme es mi compromiso con el derecho a decidir del pueblo catalán que estoy dispuesto a utilizar todos los instrumentos democráticos y legales que estén en mis manos para facilitar que los ciudadanos de Cataluña puedan decidir su futuro como país”, dijo.

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En su discurso, el presidente se remitió a los catalanes de 1714 que, tras la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas, “no renunciaron a lo que eran” y, pese a que fueron “derrotados, vencidos y con sus libertades aniquiladas”, el pueblo se mantuvo “firme en su voluntad de ser y constante en su esfuerzo”. “En un momento como el actual se deben tener presentes las lecciones que da la historia. Como nos recuerdan las lecturas de los clásicos, una gota de agua no perfora la roca por su fuerza, sino por su perseverancia”, añadió.

CiU intenta fijar el ritmo del proceso frente a la prisa de algunos sectores

Pese a no organizar la cadena humana directamente, la necesidad de que ésta sea un éxito es tan grande para Artur Mas que el Gobierno catalán se implicará a fondo. Hasta diez consejeros del Gobierno de Artur Mas participarán en la iniciativa, incluida la vicepresidenta, Joana Ortega, quien acudirá al acto pese a que su partido, Unió, no secunda oficialmente la cadena.

Para calentar motores y buscar presencia internacional el Gobierno de CiU inició ayer una nueva ofensiva mediática. Además de su discurso institucional, el presidente de la Generalitat publicó un artículo en el diario New York Times en el que defiende la viabilidad de una Cataluña independiente, asegura que un eventual estado catalán sería la octava economía de Europa y reclama la celebración de la consulta. “En Europa los conflictos se resuelven de forma democrática, esto es todo lo que pedimos”, reza antes de concluir que lo que busca el pueblo catalán es “justicia”. El consejero de Presidencia, Francesc Homs, hizo también una encendida defensa de la consulta en otro artículo en el británico The Guardian.

Homs cuestiona ahora que Rajoy tenga voluntad real de diálogo

El propio Homs, en la conferencia de prensa semanal posterior a la reunión del Ejecutivo, aseguró que lo que espera hoy la Generalitat es que la cadena humana tenga un “impacto internacional de primera magnitud” y que ello “tendrá consecuencias”. Se refería así a la convicción que reina en Convergència i Unió de que el Gobierno de Mariano Rajoy tenga que dar un paso al frente para canalizar las demandas catalanas o al menos parte de ellas.

Sin embargo, Artur Mas no quiere repetir el error del año pasado de dejarse arrastrar por la euforia popular de la manifestación de la Diada. Aquella euforia le llevó a convocar unas elecciones cuyo resultado no respondió ni de lejos a las expectativas de CiU. Por esta razón, Mas tampoco participará este año en la cadena humana. Homs también dejó claro que actos revindicativos como este no marcan la agenda del Gobierno de CiU, sino que sirven para apoyar su agenda. La cadena humana tendrá un carácter de “refuerzo del proceso” más que abrir nuevas vías, aseguró el consejero de Presidencia. “Se verá que hay un pueblo que se moviliza”, reiteró.

El Gobierno catalán ya no oculta que el diálogo con Mariano Rajoy comienza a ser fluido pero, ya sea porque no hay avances o porque no quiere que sus bases electorales se desmovilicen, ayer lanzó el mensaje de que es imposible negociar acerca de la consulta. “De negociación no hay nada de nada”, aseguró ayer Francesc Homs tras haber dicho hace apenas una semana que notaba un cambio de actitud por parte del Gobierno central.

El Gobierno de CiU desdeña los primeros guiños del PP sobre Cataluña

Pero de momento la Generalitat prefiere abonar el discurso catastrofista frente a los guiños que, aunque muy escasos, surgen del Gobierno. Sin ir más lejos Homs se negó a valorar ayer las palabras del ministro José Manuel García-Margallo, partidario de reformar el título VIII de la Constitución para facilitar el encaje de Cataluña en España. Para CiU García-Margallo es un ministro que actúa por libre y que no sigue la tesis oficial del Partido Popular.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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