Las ayudas para libros caen un 84% en tres años

Muchos niños y niñas de los 436.500 que, aproximadamente, comenzaron este lunes las clases en los colegios sostenidos con fondos públicos de la Comunidad Valenciana flanqueaban la puerta del colegio mientras sus familias, con graves problemas económicos, seguían esperando ayudas individuales pendientes para libros de texto, recordaba ayer Federación de Padres de Alumnos de la provincia de Valencia (FAPA) en su balance del inicio de curso.

Recordaba también esta federación mayoritaria en la enseñanza pública que en tres cursos se había reducido un 84% el presupuesto de la Generalitat para ayudas a la compra de libros de texto. Se ha pasado de los 42,4 del curso 2011-12 a los poco más de siete millones dispuestos para este año. Una cantidad que la consejera de Educación no ha acabado de explicar cómo y en qué proporción va a administrar para ayudar a las familias más necesitadas, único consuelo ofrecido en el primer curso que ha arrancado sin convocatoria de subvenciones para este fin.

Vicent Ripoll, coordinador de la Asociación de Directores de Infantil y Primaria de Valencia, aseguraba que el problema de los libros condiciona mucho a los centros, “porque se reducen las ayudas, pero la crisis continua”. Si en algún momento llega una partida de la consejería “podríamos articular un banco de libros propio del centro para facilitar los textos a los niños que carecen de ellos”, dijo. Su compañero de Castellón, Victorino Bartoll, sin embargo, no estaba por la labor: “Yo no soy un asistente social, ¿cómo voy a saber valorar quién lo necesita más?”.

Educación pagó este lunes 11 millones de las ayudas del bonolibro que debía desde 2011

La Consejería de Educación pagó este lunes 11 millones de las ayudas del bonolibro que debía desde 2011 a las familias para la adquisición de textos y 4,6 que adeudaba a los libreros, aseguraron fuentes oficiales. Al mismo tiempo, 1.000 alumnos de quinto de Primaria iniciaban las clases en centros públicos con una tableta digital en la mochila que anunciaba el relevo de los libros de texto. Es el primer curso que de forma experimental se implanta su uso en 24 centros de la Comunidad Valenciana. La coordinadora de Esquerra Unida, Marga Sanz, criticó la medida “para esconder la supresión de becas para libros”.

A pesar de ello, este curso es ya el de los libros usados. Los escolares valencianos han pasado de estrenar una mayoría de libros de texto cada año a llenar las mochilas con manuales reciclados en este 2013-14. Libros usados que se pasan entre amigos, que se canjean a través de librerías, kioscos o Internet, o que se redistribuyen por medio de bancos de libros impulsados por las asociaciones de padres y madres. Centro hay en el que han calculado un ahorro a las familias en torno a los 7.000 euros a través del banco de libros.

El impago y la falta de ayudas para libros de texto fue precisamente el problema que destacó en el inicio de curso la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública, a través de su portavoz, Eva Grimaltos, presidenta de FAPA, en la concentración efectuada en el colegio público Cavite de la Malva-rosa en la ciudad de Valencia. “Nos consta que hay padres que han llegado al colegio y se han dejado la dignidad en la puerta porque no han podido pagar los libros para empezar el curso”, manifestó en un acto simbólico que reivindicaba “el prestigio de la escuela pública", cuyo trabajo no se reconoce bastante y ante “el intento de desmantelamiento" que padece.

La Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública defiende en un acto el "prestigio" del sistema público

También estaban representados a las puertas del Cavite los sindicatos STEPV, Fete-UGT y CC OO, así como Escola Valenciana y la Federación de Asociaciones de Vecinos de L’Horta, entre otros Colectivos y entidades sociales. “Hemos querido comenzar el curso igual que acabamos el anterior, con un acto simbólico en señal de apoyo a la educación pública, contra los recortes y la nueva ley educativa. En las próximas semanas coordinaremos con la plataforma estatal nuevas concentraciones y acciones más contundentes”, añadió.

También es este el primer curso que comienza con una convocatoria de becas de comedor para la enseñanza privada concertada, cuyo resultado no se ha hecho aún público, lo que llevó ayer a María Dolores Tirado, presidenta de la confederación de Ampas Gonzalo Anaya a exigir a la consejera de Educación “honestidad y transparencia en las cifras oficiales sobre las ayudas al estudio”. Pide claridad pública sobre “los importes que se destinarán a las becas de comedor escolar, el número de alumnos beneficiarios de becas de comedor y transporte y su distribución entre pública y privada”.