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“Trias, ven a vivir al barrio, no solo a tomar copas”

Los vecinos critican la reurbanización del antiguo mercado del Born El comisionado de participación: “Las protestas no respetan la historia”

Camilo S. Baquero
Concentración de protesta de vecinos del Born, ayer en la inauguración del nuevo equipamiemto.
Concentración de protesta de vecinos del Born, ayer en la inauguración del nuevo equipamiemto.ESTEFANIA BEDMAR

Los invitados a la inauguración del Centro Cultural del Born se encontraron ayer con un peaje al acceder al mercado. Unos 150 vecinos y empleados de Sapic —la empresa de construcción de la obra, que denuncian tres meses de impagos— se concentraron en la alfombra roja del evento para protestar contra la reurbanización del sector. Ellos temen que la gran plaza se llene de terrazas, que la masificación turística que atraiga el equipamiento acabe con el ya débil equilibrio del barrio y denunciaron la pérdida de plazas de aparcamiento.

Sobre las 19.30, los vecinos formaron un pasadizo por el que los invitados tenían que pasar obligatoriamente. “No al eje turístico de franquicias y suvenires”, “No a la masificación turística”, decían algunas de las pancartas hechas por los miembros de la Comisión Vecinal de Afectados por el Proyecto Urbanístico del Born y la Asociación de Vecinos del Casc Antic. Con cacerolas, pitos y gritos, recibieron uno a uno a los políticos, figuras del mundo de la cultura y autoridades que se aceraron al mercado. Los vecinos aseguran que han perdido 370 plazas de aparcamiento y rechazan el plan de usos de Ciutat Vella, aprobado por CiU y PP.

Algunos asistentes, sin embargo, quisieron entrar por el lado y evitarse el baño de realidad. Uno de ellos fue el diputado y ex secretario general de Convergència Oriol Pujol, que intentó ahorrarse la alfombra roja. Se encontró, sin embargo, con la oposición de un guardia de seguridad que le indicó la fila. Pujol insistió en ingresar, señalándose así mismo. En ese momento, su padre, Jordi Pujol, entraba por el sitio indicado, aguantando el chaparrón de gritos. Padre e hijo se miraron y Oriol terminó por entrar por el acceso previsto, entre gritos.

El alcalde de la ciudad, Xavier Trias, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, también fueron blanco de los abucheos. “Trias, ven a vivir al barrio, no solo a tomar copas”, le gritaron. Las protestas siguieron durante toda la ceremonia y el ruido de ollas y pitos se colaba dentro del recinto. Tanto así que Trias y Mas tuvieron que subir el volumen de sus voces durante sus intervenciones. La concentración generó malestar dentro del Gobierno, que no esperaba que fuera nutrida. Carles Agustí (CiU), el máximo responsable de la participación ciudadana en el Ayuntamiento, afeó la protesta: “Supongo que los que protestan deberían saber escoger el cuándo, el cómo y el qué. Hoy no es el caso, por respeto al espacio, lo que representa y la historia”, aseguró en Twitter.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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