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18.000 multas por botellón

El Ayuntamiento de la capital impone en el primer año una media de 53 sanciones al día para combatir el consumo de alcohol en la vía pública La cuantía de las multas llega hasta los 600 euros

F. Javier Barroso
La Policía Municipal multa a un joven por consumir alcohol en la calle.
La Policía Municipal multa a un joven por consumir alcohol en la calle.Luis sevillano

Una media de 53 denuncias al día. Eso es lo que arroja el balance de los once primeros meses de entrada en vigor de la nueva ordenanza del Ayuntamiento de Madrid que prohibía con multas muy altas el consumo de alcohol en la vía pública. Desde agosto de 2012 a junio de este daño (los datos de julio aun no están cerrados), los policías municipales de la capital han firmado 18.047 boletines de denuncia por esta infracción administrativa. En tan solo 50 casos se han aceptado las alegaciones de los denunciados y se ha revocado la sanción, según datos aportados por el Consistorio.

La ordenanza entró en vigor el 16 de julio de 2012 y en ella se decía que toda persona que consumiera bebidas alcohólicas en la calle fuera de las terrazas veladores o de las zonas de fiestas sería sancionada. La multa es de 600 euros (360 si se paga en periodo voluntario) para los adultos y de 500 (300 en el tiempo voluntario) para los menores de edad. Esta cuantía es más elevada que la vigente por conducir ebrio un coche, lo que resultaba para muchos jóvenes una aberración.

Los datos arrojan una radiografía muy clara de dónde se produce el botellón o, al menos, dónde denuncia la policía. El distrito de Centro es el que más denuncias ha acumulado. Con 8.080 multas supone el 44% de los casos. Zonas como los jardines del Palacio de Oriente, en la calle de Bailén, las plazas de Chueca y los alrededores del Tribunal Supremo son las escogidas para este tipo de consumo de alcohol. El distrito de Moncloa-Aravaca le sigue con 3.652 multas (20,2%). Este inmenso área acoge la Ciudad Universitaria, el parque del Oeste y los alrededores de los colegios mayores en los que se concentra gran parte de los jóvenes, en especial durante los viernes y los sábados. Muchas concentraciones comienzan a primera hora de la tarde y se prolongan hasta altas horas de la madrugada.

Por el contrario, Barajas solo ha tenido 36 casos (0,2%). En algunos meses, como septiembre y octubre del año pasado, no hubo ninguna denuncia.

Los menores de 18 años son los que menos problemas han causado a la policía: solo han supuesto 453 casos (2,5%). La franja de edad entre los 18 y los 24 años es la que se lleva más denuncias, el 69,1%. Le sigue el grupo de los que tienen entre 25 y 30 años (14,4%). Además, estas cifras permiten calcular el mínimo que ha podido ingresar el Ayuntamiento. Este correspondería al pago en el periodo voluntario, en el que se aplica el descuento del 40%. Solo los menores han supuesto al erario 135.900 euros. Lo recaudado de los adultos suma por ahora 6,3 millones de euros. La cantidad sería mucho alta en caso de que los expedientes se concluyeran en la vía de apremio o incluso por el embargo.

Por meses, la llegada del buen tiempo también implica un incremento del botellón en la calle. Abril, mayo y junio (2.471, 1.992 y 2.181, respectivamente) son los más activos. Y eso pese a que este año ha sido especialmente frío y con numerosas precipitaciones. Fuentes municipales explicaron que en los meses de verano muchos estudiantes se marchan fuera durante las vacaciones o las fiestas patronales en los municipios de la región. También ayuda la llegada de los exámenes finales de junio y la Selectividad. El frío rebaja, pero no tanto, las cifras del botellón: 887 denuncias en enero y 1.162 en febrero.

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Seis de cada diez denuncias puestas en los últimos 11 meses eran a residentes de la capital. El resto de denunciados había viajado hasta la capital para pasar ratos de ocio: 10.991 madrileños frente a 7.046 forasteros, según los datos del Ayuntamiento.

¿Significa esto que se ha terminado el botellón en la capital? La realidad es que no. Muchos vecinos se quejan de que los fines de semana se convierten en un verdadero quebradero de cabeza. Debajo de sus ventanas se concentran decenas de jóvenes con los coches abiertos y la música a gran volumen. También se quejan de las montañas de desperdicios que se encuentran a la mañana siguiente. “Lo que es fundamental es que la gente se dé cuenta de que las sanciones se ponen y se cobran. Esperamos que el boca a boca vaya corriendo y que el botellón se acabe cuando la gente vea lo que supone beber en la calle”, concluyen fuentes policiales.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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