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El IVAM, en el fin del mundo

El museo abonó los viajes de 16 personas a una bienal argentina Pagó el desplazamiento de una delegación de seis para la exposición de un peluquero en Cascais

Consuelo Císcar, en el IVAM el pasado año.
Consuelo Císcar, en el IVAM el pasado año. MÒNICA TORRES

Ushuaia suele promocionarse como la ciudad más austral del mundo. Está en los confines de Argentina. No en vano, organiza la llamada Bienal del Fin del Mundo. Hasta allí fue una delegación del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) en 2011, cuando su directora, Consuelo Ciscar, fue nombrada a título personal comisaria de la cita.

Se llevó a algunos de sus colaboradores de confianza, como el arquitecto y miembro del consejo rector del museo José María Lozano (que aprovechó para presentar días antes en Buenos Aires sus trabajos y los de su hija en una muestra bajo el paraguas del IVAM), el arquitecto y artista portugués Júlio Quaresma, el artista católico José Cosme o el crítico Rafael Sierra. En total, la delegación estaba compuesta por 16 personas, contando a los artistas y también a una sobrina de la directora, Violeta Iranzo, que se encargó del montaje y la producción, de acuerdo con la explicación del propio instituto, a pesar de que no está en plantilla.

Sólo en viajes, el museo pagó 42.006 euros. El billete de avión más caro fue el de la propia Ciscar, que siempre viaja en primera clase, debido a sus problemas de espalda y de tensión. Su vuelo hasta el fin del mundo costó 11.227 euros, según las facturas de los viajes al exterior de la dirección del IVAM a las que ha tenido acceso Compromís. La diputada autonómica Mònica Oltra pidió en las Cortes la documentación desde 2008.

El IVAM corre a cargo de la mayoría de los gastos y no el centro receptor

Casi medio centenar de obras del IVAM llegaron por barco hasta Ushuaia en una de las llamadas acciones exteriores del museo, que no forman parte de su programación convencional. Allí no fue Pilar Mundina, una funcionaria cedida por el Instituto Valenciano de la Juventud (IVAJ) y amiga de Ciscar. Mundina ejerció de asistente de la directora en al menos 10 viajes y en una ocasión representó sola al museo, lo que supuso un desembolso en viajes y hoteles de 33.939 euros, según la documentación facilitada; los 17 desplazamientos de Ciscar incluidos en las facturas suman 85.735 euros. Mundina desarrollaba tareas organizativas, de coordinación y relaciones externas, explica el instituto.

En las facturas se constata que el IVAM corre a cargo de la mayor parte de los viajes y desplazamientos de su delegación por organizar exposiciones fuera de España, y no los centros o museos que las acogen, como es habitual entre los museos de referencia de su entorno. La mayor parte de los viajes del IVAM fueron organizados hasta su liquidación por Sakvitur, la agencia de viajes con la que ya trabajaba Ciscar en su etapa anterior como alto cargo de la Consejería de Cultura.

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A Portugal fue una delegación con un “montador de tocados” incluido

Sorprende también que un museo de arte contemporáneo valenciano sufrague el viaje y la estancia (7.094 euros) de seis personas en 2008 a la ciudad portuguesa de Cascais con motivo de la exposición A la manière del segle XVIII, del peluquero Tono Sanmartín. Se desplazaron desde la directora hasta el propio Tono Sanmartín, pasando por Armigio Cutanda, “montador de tocados”, entre otros, según especifica el instituto.

Además, llama la atención el gasto de 39.813 euros sólo en viajes y hoteles para pasear las obras del arquitecto y artista portugués Júlio Quaresma por varios países (incluidos, 1.275 euros para sufragar un conductor a disposición de la delegación del museo encabezada por Ciscar para la Bienal de La Habana de 2009). En la bienal cubana y en la Trienal de Santo Domingo de 2010 la delegación del IVAM, encabezada por Ciscar para arropar las muestras de Quaresma, coincidió con la presentación de sendas exposiciones en los mismos enclaves del joven artista Rablaci, hijo de la directora y Rafael Blasco, exconsejero del PP ahora procesado por varios delitos en el caso Cooperación.

El IVAM no ve ninguna anomalía. “Quaresma, como artista en la colección del IVAM, asiste a algunas exposiciones en las que hay obras suyas, al igual que otros artistas de diferentes nacionalidades. El IVAM, como museo internacional no realiza discriminación alguna dependiendo de la nacionalidad. Es habitual contar con la presencia de artistas y comisarios en las inauguraciones de las muestras, como por ejemplo Miquel Navarro, José Sanleón o José Morea”, señalan fuentes del IVAM.

¿Y qué retorno tiene para la sociedad exhibir y promocionar a un artista que no es ni valenciano ni una primera figura? “La presencia del patrimonio de los valencianos en arte moderno y contemporáneo y el intercambio de obras a nivel internacional”, responden las mismas fuentes. Es la promoción internacional del IVAM, especialmente en Iberoamérica, y de su colección la que explica la presencia de las obras en la Bienal de Ushuaia o en la de Caracas. En el caso de la cita argentina, Ciscar fue comisaria general sin percibir honorarios y el museo cedió una selección de las obras de para darlas a conocer en el exterior, abundan las mismas fuentes. Insisten en que todo es de lo más normal. Al menos, en el IVAM.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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