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Investigado un ‘ahijado’ del pederasta de Castelldans por si le ayudó a captar niños

En las imágenes analizadas aparecen menores tutelados por la Generalitat

Casa donde vivía el detenido en Castelldans.
Casa donde vivía el detenido en Castelldans.herminia sirvent

El caso del presunto pederasta de Castelldans (Les Garrigues), David D., no ha hecho más que empezar. El hombre guardaba en su casa numerosos vídeos, en los que aparecía él con niños, a los que les hacía de “todo”, según fuentes judiciales. Ahora los Mossos d’Esquadra analizan ese material y tratan de dar con los menores de los que supuestamente abusó y agredió sexualmente. Entre las posibles víctimas, se encuentran algunos de los 14 niños a los que tuteló a través de una entidad dependiente de la Generalitat desde 1997, según fuentes judiciales.

Dos de esos menores son hoy mayores de edad y viven con él. Los Mossos investigan si uno de ellos pudo ayudar al hombre, de 51 años, a captar a niños, a los que luego fotografiaba y grababa. Según esas mismas fuentes judiciales, entre las víctimas podría incluso encontrarse un familiar suyo, aunque todavía no se ha podido confirmar, y añaden que varias personas de su entorno conocían que el detenido abusaba de niños, aunque nunca lo denunciaron.

El presunto pederasta es un hombre solitario, poco sociable y reservado, que durante 16 años ha tenido engañadas a todas las personas de su entorno y también a la Administración catalana. Ahora se encuentra en prisión como presunto autor de un delito de abusos sexuales y posesión de material pornográfico infantil. Aunque los agentes no tienen conocimiento de que haya compartido las grabaciones y fotografías.

El pasado 27 de junio, tras su detención, empezó a destaparse la verdadera personalidad de este hombre, que temporalmente trabajó como educador social en un centro de atención a la infancia de Lleida, y que tenía una gran afición por la fotografía. En 1997 empezó a acoger en su casa de Castelldans a niños procedentes de familias desestructuradas, una labor que convirtió en su modo de vida.

“Los niños iban sucios y estaban

Las sospechas que recaen sobre David por conducta repugnante hacia los menores han dejado helados a los vecinos de Castelldans y sonrojados a las instituciones que le confiaron la educación y cuidado de los niños. Sin embargo, antes de su detención en el pueblo nadie lo veía como un malvado. Para los vecinos era una persona “normal”, aunque con “cosas raras”.

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La verdad es que nadie llegó a conocer a este aficionado a los coches y a la fotografía, natural de Badalona, que se instaló a mediados de los años noventa en una casa que compraron sus padres en Castelldans. Conchi, que regenta el bar Ca L’Espardenyer, dice que sólo lo ha visto dos veces en su local y fue para encargar bocadillos que más tarde pasó a recoger uno de los niños. “No estaba integrado”, apuntó.

J., el único amigo que tenía en el pueblo, está destrozado. Él también fue un niño adoptado y tal vez por eso se sintió identificado con la causa de David, con el que le une una estrecha relación de amistad. “La cabeza está a punto de estallarme y pienso que lo que estoy viviendo es un sueño, como una pesadilla. No me creo todo lo que dicen, pero necesito saber la verdad porque de lo contrario tendré que ir a un psiquiatra”, afirma. Su hijo, de 10 años, frecuentaba la casa de David, pero está convencido de que no le hizo nada.

Pilar, una vecina que realizó recientemente tareas domésticas en la casa de David, explicó que lo único que le llamó la atención fue que su habitación estaba siempre cerrada y no podía entrar nadie. Otra de las vecinas que trabajó durante tres años, dos días a la semana, en la casa en las primeras acogidas, da una versión distinta: “Los niños, de entre 6 y 8 años, no estaban bien cuidados, iban sucios y estaban por la calle hasta altas horas de la noche. Dejé el trabajo porque habría acabado enferma. El día que iba los niños desayunaban como correspondía. Los demás días iban a la escuela sin bocadillo”.

El consejero de Justicia

Los menores iban a la escuela, los más pequeños a la de Castelldans y los mayores a Les Borges Blanques. Participaban en los juegos, tenían amigos, iban a las piscinas y hacían lo mismo que los demás niños del pueblo. Pero a veces no participaban en excursiones o salidas del colegio porque decían que no tenían dinero, por lo que las autoridades escolares llamaron la atención a David, que recibía una asignación mensual de unos 400 euros por niño.

 David D. hacía 16 años que acogía menores. En todo este tiempo ninguna alarma saltó ni se detectó nada anormal, según el Departamento de Bienestar Social. Un extremo que el consejero de Justicia, Germà Gordó, rebatió el jueves, reconociendo posibles “errores” en la selección y en los controles al presunto pederasta.

Una familia o una persona que quieran acoger un niño es evaluada por un entidad acreditada por la Generalitat. Se miran sus ingresos, se visita su hogar, se le realiza un examen psicotécnico y una entrevista con psicólogos. Si resulta apta, la familia recibe visitas periódicas de los inspectores de la entidad, que elaboran informes cada seis meses. Estos se envían a la Generalitat y a la Fiscalía de Menores.

Después de la detención de David D., Bienestar Social abrió un expediente informativo reservado “para ver si hay algún detalle que no se ha tenido en cuenta suficientemente”. Con todo, el departamento apunta como responsable a la fundación Concepció Juvanteny, encargada del expediente del detenido. La entidad no ha atendido a este diario.

Bienestar pidió personarse como acusación, pero el juzgado se lo denegó porque no había constancia de que víctimas que fueran menores tutelados por la Generalitat. Pero fuentes judiciales aseguran que en los vídeos sí aparecen algunos de estos menores y no descartan imputar a personas de la Administración.

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