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Román Sanahuja confiesa un caso de corrupción por un negocio de 600 chalets

El dueño de Sacresa admite un soborno de cuatro millones a dirigentes de Unió Mallorquina

El nudo secreto con el que se ató un caso de supuesta corrupción política en Mallorca ha sido deshecho por dos protagonistas, quien pagó y quien cobró parte del cohecho. El gran patrón de la que fue una de las principales inmobiliarias españolas, Sacresa, Román Sanahuja Pons, asumió ayer por escrito ante la Audiencia de Palma que pagó un soborno de cuatro millones a dirigentes de Unió Mallorquina (UM). “El dinero fue solicitado y entregado al intermediario”, dijo el millonario, en dos lugares públicos de Mallorca. Un político de UM asumió haber cobrado 600.000 euros, Tomeu Vicens, antes, el caso y retornó una parte de la comisión, 120.000 euros.

UM que controlaba el Consell de Mallorca, ayudó a Sanahuja a lograr el que era un negocio apetitoso en 2005, en plena burbuja: la construcción en can Domenge, en Palma, de un barrio nuevo con 600 viviendas, que incluía un proyecto de Jean Nouvel. Al frente del Consell estaba la presidente de Maria Antònia Munar, con sus alfiles, Miquel Nadal y Tomeu Vicens.Sacresa abonó al Consell 30 millones por el terreno de 46.000 metros cuadrados al Consell aunque otro competidor, José Luís Núñez, ofertó el doble, 61 millones. La obra nunca se ejecutó, Sacresa entró en concurso de acreedores y el solar, hipotecado, fue embargado y vendido a muy bajo precio en 2012, por siete millones.

Unió Mallorquina saltó por los aires en 2010 por sus reiterados escándalos y detenciones, tras dominar el poder y los negocios oficiales –en especial Urbanismo y Carreteras- a lo largo de dos décadas, desde 1983, tanto en el PP como con el PSOE y el PSM.

El caso de este solar de Can Domenge está en los tribunales porque José Luís Núñez, expresidente del Barça, tras perder la partida de aquella operación (y por otras adversidades a causa de decisiones urbanísticas del UM) presentó una querella criminal contra los políticos al frente del Consell, UM y entonces el PP. Nuñez dijo que la política en Mallorca era “más o menos” como Marbella.

El inmobiliario y expresidente del Barça acusó al equipo de Munar-Nadal-Vicens y compañía de malversación de caudales públicos, prevaricación y fraude de la administración. Anticorrupción se sumó a la línea abierta por la querella e impulsó la acción penal. Los fiscales pese a sus esfuerzos con la policía, con numerosos registros, nunca pudieron obtener pistas ciertas y poder acusar por cohecho, la corrupción que ahora confiesan el el empresario y antes un político.

La dádiva de Sacresa se la repartió, en teoría, la antigua troika que dirigió por UM el Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, Miquel Nadal y Tomeu Vicens. Los tres tomaron 600.000 euros cada uno, dos millones fueron para el partido y el resto para intermediarios, según el ‘arrepentido’ Vicens, preso desde hace tres años.

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El corrupto Tomeu Vicens –con dos condenas firmes por malversación- pactó semanas atrás con la Fiscalía y desencadenó, directamente, la confesión de Román Sanahuja, que había efectuado en 2010 una confesión mínima, parcial, en la que detalló solo tráfico de información privilegiada, sin soborno. Ambos ‘arrepentidos’ lograrán los beneficios de la colaboración con la justicia, penas mínimas de estancias en la cárcel.

Aquel episodio de corrupción asumida y confesa ha reventado a las puertas del juicio ante la Audiencia de Palma cuyo inicio está previsto para este miércoles, día 5 de junio. Los principales imputados (Munar, Nadal y Miquel Angel Flaquer, otro político de UM) cargan con peticiones de seis años de cárcel por delitos de fraude a la administración , revelación de secretos y prevaricación.

El delito de cohecho ahora apuntado no consta en la primera acusación, deberá ser instruido en una pieza nueva o agregado al sumario, más adelante. Munar descolocada por la delación de su mano derecha Vicens y después de Sanahuja, maniobró cambiando de abogado dos días antes, para intentar retrasar la vista.

El dueño de Sacresa en su declaración escrita afirma desde el Consell -Miquel Nadal- le exigieron los cuatro millones para cambiar la decisión del jurado que valoró las ofertas por el solar. “Sacresa accedió a las exigencias” escribe Román Sanahuja que mandó a su hijo en avión y en un bar hizo dos entregas a un emisario comisionista de UM, Miquel Llinás, ‘Cameta’, de Campos.

Sacresa dice ignorar como se repartió la dádiva, relato que corresponde a Tomeu Vicens. Sanahuja asegura que era dinero propio de su compañía, de sus cuentas. “Reconoce el grave error cometido accediendo a pagar esa cantidad de dinero. Reitero mi arrepentimiento y deseo de cooperar con la Administración de Justicia”, concluye.

Representantes de Sacresa, Mario Sanz y el ex consejero mde Cultura de CIU, Joan Maria Pujals, en el mes de junio de 2005, ocho meses antes de anunciarse el concurso oficial para enajenar el solar se vieron con la cúpula de UM para abordar el negocio. Sacresa formó una unión temporal de empresa (UTE) con un socio insular en minoría Ferrá Tur (que cobró 200.000 euros de la dádiva, según Tomeu Vicens). El letrado de Sacresa en Palma Santiago Fiol (hermano del politico del PP, Francisco Fiol) también está imputado por revelar secretos del concurso.

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