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La jefa policial del Arena pasó una hora en la puerta sin enterarse de la tragedia

Según su GPS, prestó poca atención al evento y rehusó acudir al primer aviso

Interior del pabellón durante la fiesta en la que murieron cinco chicas.
Interior del pabellón durante la fiesta en la que murieron cinco chicas.alejandro garcía

Cándida Jiménez era la jefa de la Policía Municipal en la fiesta de Halloween celebrada en el pabellón Madrid Arena, en la que perdieron la vida cinco jóvenes. Sin embargo, los datos de posicionamiento GPS de su vehículo oficial indican que apenas pasó una hora detenida en el recinto municipal en las horas previas a la tragedia, pese a que era allí donde debía centrar su labor. De hecho, estuvo casi una hora y media sin localizar al principio de la noche, pasó luego dos horas encerrada en la base policial, y el resto del tiempo en otros barrios e, incluso, en distritos ajenos.

Jiménez recibió el primer aviso de que algo grave había pasado en el Madrid Arena minutos después de que el corredor se colapsara, a las 3.30, pero rehusó acudir allí porque estaba "un poco alejada", según reflejan las grabaciones policiales de aquella noche. Respondió finalmente al segundo aviso. Llegó a las 4.20. Sin embargo, no entró al recinto: se quedó en la puerta y tardó una hora en enterarse de lo que había sucedido a escasos metros de distancia. Entretanto, restaba importancia en sus conversaciones a lo que estaba pasando, lo achacaba a drogas en mal estado y alcohol, y mostraba muchas prisas por marcharse de allí.

» "Mira la orden y llamas". El área municipal de Seguridad recibió el primer aviso de la celebración de la fiesta el 26 de octubre. A Jiménez se le encargó planificar del despliegue el día 29 por la tarde, aunque ella afirmó ayer ante el juez que se enteró al día siguiente. Pensó entonces que la orden de servicio 4036/12, firmada por el jefe de subinspección de Distritos I, Emilio Rodríguez Corral, no estaba dirigida a ella, pese a que así figuraba explícitamente en el documento. Según relató al juez, Jiménez creyó que se trataba de un error, porque en otros casos habían sido unidades distintas las encargadas del despliegue policial.

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Finalmente, el día 31, Jiménez telefoneó a su superior, Rodríguez Corral, al que, según su versión, preguntó: "¿Qué me dices de esta orden?". Él respondió: "No sé de qué me hablas". "Mira la orden y me llamas", replicó ella, siempre según su versión. Rodríguez Corral la telefoneó después y le contó que "se le había pasado".

Según el inspector jefe de la Policía Municipal, Emilio Monteagudo, imputado en la causa, fue en esa conversación telefónica cuando se le comunicó a Jiménez que el nivel de riesgo pasaba de medio a alto. Ella lo negó ayer en reiteradas ocasiones, y dijo que el cambio debería haberse motivado y dejado por escrito.

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» "Búscate la vida". Las consecuencias de ese cambio de nivel de riesgo de medio a alto habrían sido dos: Jiménez no solo planificaría el despliegue, sino que además se colocaría como oficial al mando. Y, en vez de 12 policías, se enviarían 18, como finalmente sucedió. Pero Jiménez alega que fue ella la que se ofreció voluntaria para dirigir el dispositivo, y que, cuando preguntó de qué efectivos disponía, se le respondió: "Búscate la vida". Sin embargo, en su informe posterior a la tragedia, la oficial afirmó que no había visto necesario usar otras tres patrullas más que tenía a su disposición, porque "el cometido de la Policía Municipal en el evento del Madrid Arena no requería de refuerzos".

» Dos visitas al Madrid Arena. Como oficial al mando del dispositivo, Jiménez debería haberse centrado en la fiesta. No lo hizo.

Su jornada comenzaba a las 21.00 y concluía a las 6.30. Pero no hay constancia de su labor hasta las 22.20. Según los datos de posicionamiento de su vehículo, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, estuvo en la base de Moncloa-Aravaca entre las 22.24 y las 23.24; es decir, en el momento de la apertura de puertas del Madrid Arena.

Se acercó al recinto a las 23.30, y dio vueltas por los alrededores a escasa velocidad; se detuvo solo 15 minutos. A las 0.07, se fue a patrullar por otros barrios hasta la 1.04, hora en que regresó a su base; al menos 20 minutos de ese periplo los pasó en un distrito ajeno. En la base pasó otra hora, algo que fuentes policiales ven insólito por estar al mando del dispositivo del evento en el pabellón.

A las 2.01 salió al fin en dirección al Madrid Arena. Estuvo en esa zona entre las 2.08 y las 3.30; sin embargo, solo detuvo el coche durante 44 minutos. A las 3.30, volvió a marcharse de allí, en este caso a la zona de Ciudad Universitaria. Allí recibió el primer aviso de que algo pasaba en el Madrid Arena. Pero eludió acudir, según ha quedado registrado: "Estoy un poco alejada". Minutos después, recibió otro aviso, que sí atendió. Llegó al pabellón a las 4.20.

» "Ya nos enteraremos". El colapso del corredor en el que perdieron la vida las jóvenes se produjo a las 3.32. Los servicios de emergencia (SAMUR) llegaron a las 4.04. Jiménez, a las 4.20. Pero según dijo ayer al juez, no entró. Vio el trasiego de ambulancias y policías nacionales desde la puerta, y lo único que hizo fue mandar a uno de sus agentes al interior. En una grabación a las 4.46, Jiménez achaca lo que está pasando a "un corte de droga en malas condiciones" o a "alguna mezcla con sustancias alcohólicas". Y recalca: "Yo a las cinco y media sin excusa me tengo que marchar".

A las 5.15 afirma: "Por supuesto, no hay ningún fallecido". Poco después, se entera de que hay al menos dos víctimas. Enfadada porque eso contradice lo que creía, afirma: "Ya nos enteraremos de lo que ha pasado".

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