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Genovés desvela su obra más íntima en una muestra con fondos de la familia

El artista valenciano expone sus pinturas de multitudes en el Centre del Carme

Ferran Bono
Juan Genovés, junto a uno de sus cuadros que se exponen en el Centre del Carme.
Juan Genovés, junto a uno de sus cuadros que se exponen en el Centre del Carme. MÒNICA TORRES

En el franquismo “se prohibía casi todo”. Por ejemplo, no se dejaba entrar en las espaciosas salas que se añadieron al antiguo convento del Carmen de Valencia para albergar el Museo de Bellas Artes. Muy cerca, en las dependencias conventuales recayentes al claustro renacentista, donde estaba la Escuela de Bellas Artes, estudiaba Juan Genovés. Corrían los primeros años cuarenta. El artista valenciano siempre que podía se escapaba a esas salas, abandonadas tras la Guerra Civil, para soñar junto con sus compañeros, muchos de ellos hijos de artistas falleros, de los que aprendió “más que de los profesores”. “Bromeábamos sobre posibles exposiciones en Nueva York, y yo también con una exposición aquí... Éramos unos muertos de hambre en medio de una dictadura horrorosa”, recordaba este viernes Genovés, de 82 años.

El creador dijo sentirse “muy emocionado” por exponer, precisamente, en ese “sitio mágico” en el que soñaba de joven; en las salas Ferreres, que acogen desde ayer 55 óleos y dos esculturas del pintor de la amnistía española en su conocido cuadro de El abrazo. Hoy, cuando proliferan las voces críticas, el artista sigue defendiendo la Transición. “Fue necesaria. No se podía hacer otra cosa entonces para acabar con la dictadura, con un ejército golpista como había... Aunque hay posos de ideología franquista que aún perduran”, comentó a este diario.

La muestra se titula Crowds (Multitudes) y reúne obras desde los años sesenta hasta la actualidad nunca expuestas, porque pertenecen a la colección de su familia. “La mayoría de cuadros son aquellos que me han ido robando mis familiares, porque tienen orden mía de robarme el cuadro que les guste. Gracias a eso tienen una colección que no se puede vender. Le dará un síncope a mi galerista cuando lo vea, pero todo esto es muy emotivo, la verdad”, apuntó.

Sus cuadros están repletos de multitudes, de gente que va y viene, aunque el artista no quiso dar ningún significado. El cuadro debe acabarlos e interpretarlo el espectador, vino a decir el artista que reclama paciencia y tiempo para contemplar la pintura. Reivindicó la recuperación del detenimiento y la atención a la hora de mirar obras que pueden ser “una ventana o un espejo”, que tienen la virtud de no cambiar y de “carecer de tiempo”. Unos cuatro segundos y medio de media dedica la gente a ver un cuadro, “una aberración”, se quejó Genovés.

La consejera de Cultura, María José Català, destacó la aportación artística del creador. La muestra inaugura el ciclo La habitación de las musas, y está organizada por el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, que dirige Felipe Garín. Permanecerá abierta hasta el próximo 30 de junio.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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