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FGV asume la gestión de la línea del Tram de Alicante que quería privatizar

La línea a la Universidad entrará en servicio a finales de agosto antes de iniciar el curso El servicio se autofinanciará

La consejera de Infraestructuras, Isabel Bonig, en las Cortes.
La consejera de Infraestructuras, Isabel Bonig, en las Cortes.JUAN CARLOS CÁRDENAS (EFE)

La actual crisis ha desbaratado los planes del Consell de privatizar la línea 2 del Tram en Alicante. Dos años y medio perdidos, 14 tranvías completamente nuevos y sin funcionar y una inversión superior a 150 millones de euros paralizada para que al final sea la propia empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) la que explote a partir del próximo mes de agosto. “Al final todo llega en esta vida”, admitió ayer en Alicante la consejera de Infraestructuras, Isabel Bonig, que tildó esta opción como la más “barata, rápida y eficiente” para el tranvía a Sant Vicent.

Además, sindicatos y FGV se reunirán en días para negociar a la baja el expediente de regulación de empleo (ERE) presentado en esta empresa. “No vamos a tirar a gente y luego contratarla. Rebajaremos el número de afectados del ERE lo mínimo imprescindible”, advirtió la consejera. Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿por qué no se planteó desde el principio esta opción? Bonig se escudó en que la coyuntura económica ha cambiado. Y lo que antes era factible, ahora es inviable.

El exconsejero de Infraestructuras, Mario Flores, preparó un primer pliego de condiciones que fue desestimado por la propia Generalitat al considerarlo “inviable”. En esta primera adjudicación la consejería, por déficit de explotación, se comprometía a indemnizar a la empresa privada con 17 millones anuales algo “inasumible y técnicamente imposible de comprometer en los presupuestos”, según explicaron fuentes de la consejería.

Sindicatos y Generalitat negociarán la  rebaja del número de operarios afectados por el ERE de FGV

En el segundo pliego se rebajaron estas cifras hasta los cinco millones anuales, durante 20 años, pero también se consideró desorbitada esta cantidad. “Yo no puedo firmar algo que no podré cumplir”, dijo Bonig. El director general de Transportes y Logística de la Generalitat, Carlos Eleno, explicó que con el gestor público “esos compromisos de pago desparecían”, y lo único que hay que hacer es adaptar los presupuestos de personal y mantenimiento de FGV a la nueva línea.

La consejería calcula unos ingresos de dos millones de euros procedentes de la venta de billetes de los 3,3 millones de pasajeros, y habrá otros ingresos de unos 200.000 euros por publicidad. Unas cantidades, que según Bonig, harán que la línea prácticamente se autofinancie. “Hay que adaptarse a la nueva realidad, y como en el Consell no somos sectarios buscamos lo mejor y renunciamos a la iniciativa privada”, reconoció la consejera en una rueda de prensa que celebró en Alicante. La consejera del PP no escondió su ideología y defendió los planes privatizadores de Margaret Thatcher aplicados hace décadas en el Reino Unido porque “son más eficaces y eficientes que los públicos, en algunos supuestos”, aclaró.

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Ahora, los técnicos de la consejería se encargarán de supervisar esta línea, sin usar durante estos dos últimos años, para detectar posibles deficiencias o desperfectos. A finales de junio, tras las fiestas de Fogueres, el tranvía arrancará su periodo de pruebas y su puesta en marcha definitiva está prevista para agosto, antes de que comience el nuevo curso en el campus de Alicante, donde estudian 33.000 alumnos. La tarifa media del billete será de 0,75 céntimos. Y la frecuencia de paso será de 15 minutos entre las 7 y 22 horas, entre las 6 y las 7 y las 22 y 23 horas cada media hora, y se negociará con la Universidad reforzar el servicio en horas punta con un tranvía cada ocho minutos

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