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Mas denuncia una campaña del Estado contra Jordi Pujol

El presidente catalán agradece a Oriol Pujol el "gesto" de dar un paso atrás en la dirección de Convergència

Àngels Piñol

Oriol Pujol, exsecretario general de Convergència, fue aclamado este sábado tras su discurso a puerta cerrada en el consejo nacional de su partido. El hijo del expresidente Jordi Pujol está imputado por el caso de las ITV y decidió dar un paso atrás en su carrera política —en realidad, solo ha delegado funciones porque no ha dimitido— para no entorpecer el proceso soberanista. Las sospechas que se ciernen sobre la familia Pujol planearon sobre la reunión de los notables convergentes y Artur Mas le lanzó un guiño al denunciar una campaña de ciertos organismos del Estado para desprestigiar a símbolos de Cataluña como el propio Jordi Pujol.

En un larguísimo discurso, presenciado por la mayoría de consejeros de su Ejecutivo, Mas agradeció de entrada la renuncia de Oriol Pujol, a quien alabó por cumplir “al pie de la letra” lo que anunció. “Hay gente que cuando dice que va a hacer una cosa, la cumple”, dijo elogiándole por su gesto de “generosidad”. “El proceso nacional de Cataluña va por delante, por encima de los intereses de las personas”, agregó. Mas fue cauteloso y señaló que hay determinados casos que se deben investigar al señalar que la ley debe ser igual para todo el mundo, dijo parafraseando al juez Castro por la imputación de la infanta Cristina. Pese a ello, fue contundente al denunciar la “ofensiva” de organismos del Estado, “muy poderosos” que tienen, dijo, “dinero metido en un cajón” para cargarse símbolos de Cataluña. “No lo consentiremos. El presidente Pujol es un símbolo con el que mucha gente se ha identificado y lo quieren desgastar. Buscan introducir dudas sobre este símbolo y eso resquebraja la sociedad catalana”. Mas, de hecho, asumió la tesis que el propio Jordi Pujol sostuvo cuando empezaron a gotear informaciones sobre las actividades de sus hijos, al interpretar que se trataba de “un ataque a mi persona”.

No aplicaremos el déficit del 0,7%. No queremos erosionar el Estado del Bienestar y ya lo hemos tensionado", avisa Mas

La familia Pujol forma parte del ADN de Convergència casi con carácter dinástico dentro del partido. Pujol no es un expresidente al uso: continúa acudiendo a las ejecutivas —aunque ayer no estaba en Sant Cugat— y marca doctrina en su fundación. No es el mejor momento que pasa ahora su familia: Jordi Pujol Ferrusola movió 32 millones de euros en 13 países y está siendo investigado por evasión fiscal; su heredero político está imputado y a otros dos se les relaciona con declaraciones complementarias tras la amnistía fiscal.

Mas, reiteró, no se ha movido ni un ápice de su ruta soberanista pese al diálogo que ha entablado con Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE. Y avisó que ve casi imposible un acuerdo sobre la consulta porque los dos líderes la niegan y el socialista, además, tampoco quiere incluir en la Carta Magna el derecho a decidir. “Algunos creen que la Constitución es como una Biblia o una especie de versos sagrados”, señaló. Su plan es inamovible: el recién creado Consejo de Transición Nacional tiene que tener listo a final de año o a lo sumo en la primavera de 2014 una guía con 15 o 20 apartados sobre el futuro Estado catalán. “Son gente notable y seguro que ya les deben estar apuntando para buscarles las cosquillas”, dijo.

Hay cada vez más muestras de grosería y mala educación en el Parlament", dice Mas
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El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, invitó el viernes al Ejecutivo catalán a presentar ya los Presupuestos con un déficit del 0,7%, como han hecho el resto de comunidades. Pero el punto de este partido de tenis es interminable porque la respuesta de Mas fue otra vez la misma: no aplicará ese porcentaje y espera conocer la flexibilización de Bruselas. Su postura fue ratificada por Unió, su socio de Federación, que ayer también celebró su consejo nacional. “Hasta ahora hemos tensionado el Estado de bienestar pero ir más allá sería erosionarlo. Sería cargárnoslo”, dijo. Su postura es férrea e invitó a los nacionalistas a no dar ni “un paso atrás”. “Después de nosotros, vendrá otro Gobierno y espero que se encuentre un país que valga la pena y no las ruinas que nos dejaron en 1714”, dijo. Las cuentas están en un callejón sin salida: ERC se opone recortar 3.500 millones de euros y el PP se lava las manos. El socialista Antoni Balmón tildó de “drama” que no haya cuentas y vendió caro un pacto con CiU: le exigió que no recorte y olvide el soberanismo.

Mas dio un estirón de orejas a la oposición por instarle a presentar los Presupuestos cuando, a la par, les critica los ajustes. “Quieren que saltemos por el precipicio y no lo haremos”, señaló para denunciar que la mayoría de fuerzas actúan con “una falta de realismo alarmante, un empacho de populismo y un ataque de amnesia permanente”. Y deploró que el Parlament viva últimamente escenas “de grosería y sobredosis de mala educación”, avisando que se corre el peligro de que tras la violencia verbal un día se llegue a la física. No puso nombres y apellidos pero se refería a Ciutadans a quien acusó de encarnar el “nuevo lerrouxismo”. Mas aludió así a la dura reacción del diputado Jordi Cañas tras un rifirrafe con Quim Arrufat, de la CUP, por el auto sobre la inmersión que obliga a los profesores a hablar a toda la clase en castellano si un alumno lo pide. “Para atender a uno, se tiene que hundir el derecho de todos”, concluyó Mas.

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