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Los alumnos no son competentes en matemáticas e inglés al final de la ESO

Mejoran los resultados, pero todavía hay un 20% de suspensos en estas materias

La consejera de Enseñanza, Irene Rigau
La consejera de Enseñanza, Irene Rigaucarles ribas

Las matemáticas y el inglés continúan siendo las asignaturas pendientes al final de la etapa obligatoria. Pese a ello, los alumnos de cuarto de ESO mejoran en todas las materias básicas (matemáticas, inglés y las dos lenguas cooficiales) respecto al año anterior, pero no lo suficiente en las dos asignaturas citadas. Todavía uno de cada cinco estudiantes suspende estas asignaturas; el año pasado no aprobaron el 24%.

La consejera de Enseñanza, Irene Rigau, ha asegurado este jueves que la dificultad de los exámenes de evaluación, que realizaron 60.200 alumnos hace un mes, se había mantenido. En una encuesta que les hizo el Departamento, el 93% de los alumnos calificaron la prueba de “fácil o muy fácil”.

Rigau ha sacado pecho por la "mejora generalizada" en los resultados de las pruebas diagnósticas. Las notas medias más altas (un 76 sobre 100 de media) se logran en castellano y catalán, mientras que en inglés se obtiene un 70 y en matemáticas, un 68. Los resultados han subido entre 2 y 4 puntos respecto al año pasado, pero donde más mejoran los alumnos es en las temidas mates. Rigau lo justificó en el aumento de una hora semanal de esta materia implantado en el curso actual.

La consejera también destacó que esta evaluación externa —que realiza la Generalitat por segundo año— refleja una mejora en la “equidad”, porque se reduce la diferencia entre la escuela pública y la concertada, así como entre niños y niñas. No obstante, todavía continúa siendo relevante la diferencia según el perfil socioeconómico del centro, ya que los ubicados en entornos desfavorecidos obtienen, con mucho, los peores resultados.

A pesar de los duros recortes que ha recibido el sistema educativo (627 millones menos en dos años, el 12%) Rigau se ha felicitado por los buenos resultados, que atribuyó al “esfuerzo de los profesores” y al hecho que con el gris futuro laboral que ven los adolescentes “se valora más la educación y se esfuerzan más en su formación”.

4.500 millones pendientes

Irene Rigau ha sacado a relucir las facturas por pagar que dejó el tripartito por la construcción en escuelas. Son 4.537 millones de euros, que se deben irán pagando hasta 2038. Las inversiones corresponden a un total de 320 centros escolares construidos durante los siete años que no gobernó CiU. La elevada cifra, que también recoge un reciente informe de la Sindicatura de Cuentas, se explica por los costes de los intereses crediticios. “Si se hubieran hecho poco a poco, habrían costado 1.291 millones de euros”, espetó Rigau.

La pesada carga de las deudas financieras que arrastra la Generalitat (que también se reproduce en otros ámbitos, especialmente las infraestructuras) ha llevado a la consejera a reconocer que el gobierno está atado de manos y ver inviable la construcción de nuevas escuelas en aproximadamente una década.

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