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La presión de los preferentistas paraliza municipios de Pontevedra

Rafael Louzán denuncia una campaña para “hundir al PP como ocurrió con la catástrofe del ‘Prestige”

Víctimas de las preferentes, ayer en un pleno en As Neves.
Víctimas de las preferentes, ayer en un pleno en As Neves. SALVADOR SAS (EFE)

Dan las 10.30 y en el Ayuntamiento de O Rosal empieza el follón. Ruido de bocinas, griterío y desfile de los afectados por las preferentes que van camino de completar su tercer mes de encierro en el consistorio. La actividad administrativa es mínima y tanto el vecino que se acerca a por un impreso como el funcionario que le atiende no soportan el ruido. La descripción es del alcalde, el popular Jesús Fernández Portela, que ya no sabe cuánto tiempo más podrá seguir funcionando al ralentí la Administración local. “Es muy difícil, no sé decir si una semana, si dos, si un mes”, cuenta al teléfono el regidor de este municipio de 6.600 habitantes, epicentro de la venta descontrolada de participaciones preferentes con un millar de familias afectadas, que ha sentado un ejemplo del boicot a los Ayuntamientos gobernados por el PP que amenaza con prender en el sur de Pontevedra.

“Seguimos padeciendo a nivel máximo. Se encerraron en el puente de la Constitución en el salón de plenos y en enero se pasaron al despacho. Y ahí están, 20 o 30 todos los días”, relata Fernández Portela, que matiza que en las últimas 48 horas ha habido una tregua. “El personal no se va y solo podemos ir haciendo las cosas más urgentes", lamenta. El presupuesto está sin aprobar porque el pleno no se puede celebrar, mientras los pagos se van retrasando y además las facturas aumentan con el exceso de aforo. “Contamos con un policía durante el día, pero por la noche tengo a una empresa de seguridad”, explica.

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En el PP la cuestión se ve con preocupación desde hace meses, pero la alarma saltó el viernes, cuando, tras un pleno municipal, el alcalde de Oia, Alejandro Rodríguez, firmó junto a sus ediles ante los afectados que dimitiría si estos no recuperan sus ahorros en un tiempo prudencial. El hombre se ganó un aplauso en el momento, pero al día siguiente acudió a una reunión con el presidente del PP pontevedrés, Rafael Louzán, y el resto de alcaldes de la provincia. “Pudimos hablar, la presión que ejercieron algunos le llevó a hacer ese comentario, pero él sabe que el partido está trabajando a destajo”, dijo entonces el líder provincial.

Controlado el incendio en Oia, los afectados volvieron a la carga el lunes, en los mismos términos, en O Porriño. El pleno se celebraba por la tarde, pero la negativa del alcalde, Nelson Santos, a firmar el compromiso de renuncia enardeció los ánimos y retuvo a los presentes, que solo se fueron pasadas las cinco de la mañana. Santos tenía poco que comentar ayer al respecto. “No tengo nada que decir del pleno. Apoyamos totalmente a los afectados y si hay un culpable es el partido socialista. Yo no predigo el futuro”, comentó sobre sus perspectivas respecto al problema. En Tui la parálisis también es notable, pero la diferencia con O Rosal reside en que la población es casi el triple. “El bloqueo es máximo. Es difícil cuantificar cuánto tiempo más podremos aguantar”, señala el alcalde, Moisés Rodríguez, que convocó a la junta de portavoces para retrasar un debate plenario y “evitar males mayores”.

Cuenta atrás para la quita

Mañana empieza marzo y con él los últimos días antes de que se aplique la quita a las víctimas de los productos financieros tóxicos, cuya fecha tope marcó Bruselas para el día 31. Los afectados, tras entrevistarse con el presidente de Novagalicia Banco, José María Castellano, dan por hecho un descuento de algo más del 10% para los tenedores de obligaciones subordinadas y de en torno al 50% para los de preferentes. Como los últimos días del mes coincidirán con la Semana Santa, el tajo a las cuentas llegará antes, según explica Rocío Cambra, de la plataforma del Val Miñor, muy activa en las protestas con encierros e interrupciones en los plenos de Gondomar.

Las plataformas planean acudir hoy a la sesión plenaria en Nigrán, después de que ayer mismo volviesen a entrar en el Ayuntamiento de As Neves. La semana pasada hubo un rifirrafe cuando el alcalde, Raúl Emilio Castro, se negó a pagar el autobús para trasladar a los afectados locales a A Coruña, donde se celebraba una manifestación de todas las plataformas. Ayer se presentó sin sus concejales, pero unos 30 perjudicados se quedaron durante varias horas en el salón de plenos reclamando, de nuevo, una solución política a su problema. El furor varía según las comarcas. En Cangas, por ejemplo, la relación con el regidor, José Enrique Sotelo, no es mala, según un portavoz. Un representante de Vigo alerta, por otra parte, del efecto que pueda tener en el ánimo de los afectados comprobar en sus extractos bancarios que la quita es real.

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El aumento de la presión sobre los municipios controlados por el PP es, según Xulio Vicente, uno de los portavoces de O Rosal, consecuencia directa del “engaño” de los arbitrajes de consumo. "El PP sacó tajada electoral, prometió que con los arbitrajes se iba a devolver todo”, dice. Tras un año de mociones de apoyo sin resultados, entiende que solo los regidores populares pueden presionar a la Xunta y al Gobierno para que intercedan por ellos y que únicamente si ponen su cargo en juego están dispuestos a creerles. De los 43.000 afectados que se calcula que hay en toda Galicia han recibido un laudo favorable unos 14.000.

El PP, en cambio, apunta a la conspiración. “Algunos disfrazados de afectados por preferentes están ejerciendo métodos de presión con el objetivo de confundir a los perjudicados y de dañar al PP”, reiteró ayer Louzán por escrito a una consulta de EL PAÍS. Aunque no identificó a los presuntos farsantes, lanzó que “pretenden hacer de las preferentes otra demagogia y otra movilización, como la del Prestige, para tratar de desprestigiar y hundir al PP". También criticó lo que considera el “silencio cómplice” del PSOE y el BNG sobre el asunto y recordó que la venta masiva de preferentes comenzó cuando los socialistas estaban en el poder.

Menos tajante que Louzán, Fernández Portela apuesta por el pragmatismo. “En la medida de lo posible intentamos atenderlos. ¿Renunciando al partido, desde fuera, lo vamos a resolver mejor? Tengo mis dudas”, aduce. “A veces se hace más desde dentro que desde fuera”, explica Rodríguez, que hace cuentas: ¿”Qué le supone al PP perder dos Ayuntamientos en Galicia de los más de 200 que tiene, de los 8.000 que tiene a nivel nacional? Somos macropartidos, la pérdida de alguno no importaría".

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