_
_
_
_
_

60 años de Néstor Basterretxea

'Forma y universo' recorre la fructífera trayectoria del artista vasco en los campos del dibujo, la pintura, la escultura, el cartelismo, el diseño y el cine

El artista Néstor Basterretxea, hoy en la sala del Museo de Bellas Artes que muestra la 'Serie Cosmogónica Vasca'.
El artista Néstor Basterretxea, hoy en la sala del Museo de Bellas Artes que muestra la 'Serie Cosmogónica Vasca'. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Dibujo, pintura, escultura, diseño industrial y gráfico, arquitectura y urbanismo, cartelismo, fotografía y cine. En 60 años de carrera artística Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924) ha cruzado de una disciplina a otra cultivando todas ellas con dedicación. La exposición Forma y universo lanza en el Museo de Bellas Artes de Bilbao una mirada retrospectiva a todas las facetas de una intensa trayectoria a través de 200 piezas. "Su vida es un continuo ir y venir de actividades paralelas", explica el comisario de la muestra, Peio Aguirre, "cada una de ellas girando alrededor de las otras".

Basterretxea ha reconocido que le invade la sensación de haber "abarcado mucho y apretado poco". Ante la retrospectiva, el artista prefiere hablar de su vida y que el comisario de la exposición, con cuatro años de estudio de su obra a sus espaldas, se dedique a explicar el trabajo. En cerca de una hora, revivió un largo periplo vital, lleno de anécdotas y recuerdos de amigos, que desde Bermeo le llevó al exilio en Francia, después a Buenos Aires y de regreso al País Vasco. En los años 60, Basterretxea fue fundador del grupo Equipo 57 e impulsó la renovación de la escultura vasca con su participación en el grupo Gaur, junto con Jorge Oteiza y Eduardo Chillida, entre otros.

Aguirre ha ordenado el recorrido por el trabajo de Basterrextea con el objetivo de mostrar su carácter polifacético y multidisciplinar, y la variedad de medios, centrándose en el método formal de su creación desde finales de la década de los años 40 del siglo XX, y en el "carácter utópico de su obra". 

El recorrido por la exposición arranca con los primeros pasos de Basterretxea por la pintura, con los cuadros en los que hace 60 años reconocía su admiración por artistas como Ben Nicholson y el arquitecto Le Corbusier y su vocación de alejarse de las convenciones pintando, por ejemplo, sobre madera y utilizando la arpillera y el hierro. La muestra recoge también las pinturas con las que en la siguiente década participó en la exposición fundacional del grupo Gaur en la galería Barandiarán, en San Sebastián, cuadros abstractos de pequeño formato lejos del rigor analítico de la década anterior y llenos de formas borrosas en las que se descubren referencias a las formas escultóricas.

Su vida es un continuo ir y venir de actividades paralelas" Peio Aguirre

Forma y universo recoge el paso de Basterretxea desde el plano a la tercera dimensión a través de relieves realizados en mármol y pizarra. Entraba la década de los 60 y se acercaba para el artista una fructífera etapa de más de 30 años con una gran dedicación a la escultura pública. La exposición muestra las referencias a numerosas esculturas ubicadas en el País Vasco, como los homenajes a Iztueta (1967) y Pío Baroja (1971), en San Sebastián, o el Monumento al pastor vasco (1989), en Reno. Basterretxea es también autor de la pieza que preside el Parlamento vasco.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El crítico Juan Daniel Fullaondo acuñó el término "caleidoscopio Basterretxea" para refererirse a la capacidad del artista para integrar corrientes y tendencias antagónicas, con tanto éxito que ha sido el título elegido por el comisario de la exposición para el ensayo que presenta en el catálogo de la exposición. Pero Basterretxea ha sido conocido, sobre todo, por su faceta de escultor, sin dejar de ser pintor y sin ocultar su interés por la arquitectura. La Serie Cosmogónica Vasca, donada al Museo de Bellas Artes por el autor en 2008, y sus Meridianos, muestran su trabajo en el campo de la escultura,  expuestas ahora junto a los bocetos de su trabajo para los murales de la cripta de la basílica de Aranzazu o las volumetrías, utopías arquitectónicas sobre papel, como el proyecto de reconvertir la central de Lemoniz en un parque dedicado a la ciencia.

El artista ha eligido detenerse junto a una pieza de la Serie Cosmogónica vasca, Eiztaria (1972), para posar para los fotógrafos. La mano del artista ha vuelto a acariciar con mimo la superficie bruñida de la madera de roble de Eiztaria, una de las interpretaciones que realizó sobre la mitología vasca.  "Lo vasco es muy fuerte en mi conciencia", ha dicho.

Diseño industrial y cine

El caleidoscopio Basterretxea cuenta con espacio para el cine y el diseño industrial. La exposición Forma y universo ofrecerá un ciclo con el trabajo cinematográfico de Néstor Basterretxea, desde el cortometraje experimental Operación H (1963), hasta el mítico filme Ama Lur (1968), junto a los trabajos recientes Néstor Basterretxea: una declaración de José Julián Bakedano y Conversaciones con el artista Néstor Basterretxea, de Elizabeth Pérez.

La exposición demuestra que Basterretxea fue, además, pionero en el diseño industrial en el País Vasco, con el desarrollo de mobiliario, y la fundación junto a otros socios de la empresa de muebles Biok, en Irún.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_