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Adiós al Año Nuevo chino

La comunidad china suspende sus festejos en Madrid para recibir el Año de la Serpiente La crisis y la "persecución social" que sufren tras la Operación Emperador son los detonantes

Imagen de los festejos de 2011 en la Puerta del Sol.
Imagen de los festejos de 2011 en la Puerta del Sol.CRISTÓBAL MANUEL

La comunidad china de Madrid, formada por unas 46.000 personas, no celebrará su desfile de Año Nuevo, ni el mercadillo ni la cena oficial para recibir al Año de la Serpiente que comienza el próximo 10 de febrero. Según su horóscopo, la serpiente simboliza grandes progresos y superación de situaciones y problemas difíciles. Eso parece ser lo que necesita esta comunidad ahora, ya que las razones para suspender las celebraciones han sido el impacto de la crisis y la "persecución social" de la que se declaran víctimas tras la Operación Emperador contra una red de evasión de capital,

Según ha informado en un comunicado la Asociación de Chinos de España (ACHE), en lugar de las celebraciones que venían llevando a cabo los últimos años, y que en su última edición reunieron a 3.500 personas de 26 agrupaciones distintas, cada asociación realizará actos reducidos y de carácter privado desde los días previos al Año Nuevo hasta el próximo 25 de febrero.

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Según la ACHE, los festejos servían para mostrar a la sociedad española las costumbres chinas, pero la Operación Emperador ha traído consecuencias "nefastas". "Ahora los españoles piensan que todos los chinos somos malos y se lo piensan dos veces antes de venir a comprar a nuestros establecimientos", ha explicado el presidente honorífico de ACHE, Xu Songhua.

Los comerciantes chinos de Cobo Calleja, el mayor centro chino de comercio al por mayor de Europa, han denunciado que sus ventas tras la Operación Emperador han descendido un 70% en el último trimestre. La crisis ha sido el segundo detonante. Según Songhua, se ha producido una disminución de las inversiones chinas.

"Hace cuatro años, cuando se cerraba un establecimiento de barrio regentado por ciudadanos chinos, siempre había otra familia dispuesta a recoger el testigo", ha detallado Songhua. Ahora, sostiene, tan solo uno de cada diez negocios que cierra vuelve a abrirse.

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Estos dos factores han contribuido a acrecentar el pesimismo de la comunidad china. "Nadie se encuentra con ánimo para celebraciones", ha asegurado el presidente de la ACHE. "Ahora nuestra principal preocupación es hacer remontar nuestros negocios y mejorar nuestra imagen pública", ha apostillado.

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