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Rusalka vuelve al Liceo como prostituta

El teatro barcelonés repone la ópera de Antonin Dvorák en una producción del polémico director noruego Stefan Herheim

Un momento de los ensayos de Rusalka en el Liceo.
Un momento de los ensayos de Rusalka en el Liceo. ANTONI BOFILL

Tras casi medio siglo de ausencia, el sábado regresa al escenario de las ramblas Rusalka, la más importante de las óperas que compuso Antonin Dvorák, la trágica historia de la ondina que, por amor, quiso ser humana, con fatales consecuencias. Compuesta en 1901, esta obra que es título de referencia de la ópera checa y se representa habitualmente en los escenarios operísticos centroeuropeos, pero no se programa con frecuencia en la Europa meridional. Llegó por primera vez al Liceo en 1924 y se representó por última vez en su escenario en la temporada 1964-1965.

Rusalka llega al Liceo en una coproducción de 2008 del Théâtre de la Monnaie de Bruselas y la Ópera de Graz (Austria) y ha pasado por Dresde antes de llegar a Barcelona. La producción viene firmada por el joven director noruego, Stefan Herheim (1970) que ha obtenido importantes éxitos —no exentos de polémica— en festivales como Bayreuth y Salzburgo y que debuta en el Liceo con este título.

En la Rusalka del Liceo la acción se desplaza de los lagos, los bosques y los palacios principescos del libreto original a un sórdido “barrio caliente” de una ciudad europea en donde la prostituta Rusalka intenta abandonar su oficio. El foco dramático de la obra se desplaza, en la concepción de Herheim, de la ondina a Vodník, el espíritu de las aguas, convertido ahora en un hombre atrapado en una vida y un matrimonio asfixiantes.

La dirección musical correrá a cargo de Andrew Davis, que había dirigido en el Liceo la ópera Thaïs en versión de concierto. El papel de Rusalka correrá a cargo de la soprano finlandesa Camilla Nylund que ha interpretado con éxito este personaje en el Festival de Salzburgo y que debuta en el Liceo. Klaus Florian Vogt, conocido en el teatro de Las Ramblas por su participación en Die tote Stadt, Parsifal y Lohengrin será el príncipe, rebajado a soldado en esta producción y Günther Groissböck, también conocido en el coliseo barcelonés por su participación en Don Giovanni, Tannhäuser y Escenas de Faust, será Vodník.

Las siete representaciones del título se prolongarán hasta el 14 de enero.

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