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EL FUTURO DE LA GENERALITAT

La oposición catalana se prepara para una legislatura corta

CiU y ERC siguen negociando con la máxima discreción

Miquel Noguer
El presidente catalán, Artur mas, atiende  a la prensa el pasado sábado.
El presidente catalán, Artur mas, atiende a la prensa el pasado sábado. LLUIS GENE (AFP)

Las dificultades de última hora para que Convergència i Unió y Esquerra Republicana cierren su pacto de legislatura en Cataluña ha dado alas a la fragmentada oposición, que ya se veía condenada a la irrelevancia durante los próximos años.

El mensaje de los dos partidos nacionalistas, que negocian para garantizar la gobernabilidad con el escollo de la consulta de autodeterminación en primer término, es que el pacto está garantizado y que su consecución es cuestión de pocos días. Sin embargo, la imposibilidad de cerrar el acuerdo en el calendario previsto augura una legislatura complicada en la que CiU tendrá que buscar apoyos puntuales más allá de Esquerra Republicana. Socialistas y Partido Popular están convencidos de que la legislatura acabará antes de tiempo.

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El primer secretario del PSC, Pere Navarro, aseguró ayer que Cataluña “tendrá un Gobierno difícil y será ingobernable por la irresponsable y equivocada apuesta de Artur Mas”. El portavoz del PP de Cataluña, Enric Millo, aseguró que el acuerdo entre nacionalistas y republicanos “costará muy caro a los catalanes” e insistió en que Esquerra Republicana “humilla” a Artur Mas con sus exigencias.

De momento, ni PSC ni PP han dado paso alguno para ofrecerse como socio alternativo de Convergència i Unió si fracasa el pacto con ERC. Por ahora todos están convencidos de que el acuerdo con los republicanos se acabará concretando en los próximos días. Las diferencias llegan a la hora de hablar del alcance de los pactos. Esquerra continua siendo optimista en el sentido de que habrá acuerdo, que será de largo alcance y que incluirá concreciones sobre la consulta de autodeterminación.

Las negociaciones continuaron ayer con la máxima discreción. Los republicanos no solo piden un calendario con el horizonte de 2014, sino que CiU se comprometa a convocar el referéndum por importantes que sean las trabas del Gobierno central. Es aquí donde llegan las divisiones entre Unió y Convergència. El partido de Josep Antoni Duran i Lleida se niega tajantemente a fijar fechas, mientras que Convergència sigue siendo más permeable a fijar algún tipo de horizonte, aunque sin concretarlo. El acuerdo, que a mediados de la semana pasada se daba por hecho, ha sido imposible de cerrar por las concreciones que ERC pedía a la hora de redactarlo.

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En cualquier caso, pocos confían en una legislatura normal. Convergència teme que sufrirá en cada votación parlamentaria porque el acuerdo con ERC difícilmente podrá concretar todos los aspectos. De ahí que Artur Mas haya previsto que se pueda congelar su investidura hasta atar el pacto con los republicanos.

Ante esta potencial inestabilidad, varios dirigentes del Partit dels Socialistes de Catalunya reclamaron ayer a Pere Navarro que active el proceso para convocar unas elecciones primarias en el partido. El PSC no pudo celebrarlas antes del 25 de noviembre porque no tenía el reglamento aprobado y las bases no quieren que esto se repita.

El Partido Popular aún tiene la esperanza de que el acuerdo CiU-ERC no se consume. Su portavoz, Millo, interpeló ayer directamente a Josep Antoni Duran i Lleida para que lo frene. “Si Duran es realmente un político moderado, como él dice, debe impedir este acuerdo contra natura que llevará a Cataluña hacia el abismo”, manifestó.

La nueva dinámica política catalana tomará forma hoy en la constitución del Parlamento catalán. CiU dejará de tener la hegemonía que hasta ahora tenía en la mesa de la Cámara, como reflejo del retroceso electoral que sufrió el 25—N. Los nacionalistas han tenido que ceder la primera vicepresidencia del Parlamento a Esquerra Republicana, si bien la democristiana Núria de Gispert continuará en la presidencia. La mesa volverá a reflejar la gran pluralidad del Parlamento. De siete miembros de la mesa, tres serán de CiU, mientras que ERC, PSC, PP e ICV tendrán un representante cada uno.

El nuevo Parlamento también reflejará el retroceso del Partit dels Socialistes, que se ha convertido en tercera fuerza. Los 21 diputados del PSC serán desplazados físicamente desde el centro del Parlament hacia la parte superior del mismo. En los escaños que tradicionalmente han ocupado los diputados socialistas se sentarán los de Esquerra Republicana.

También el PP quedará ligeramente desplazado. No vuelve al rincón derecho que había ocupado en los años de hegemonía de Convergència i Unió y del tripartito de la izquierda, pero será desplazado hacia un segundo plano. De esta forma, la centralidad física del Parlamento, y por lo tanto la mayor parte de planos televisivos, los ocuparán los diputados de CiU y los de ERC. Todo un signo de los tiempos políticos que corren en Cataluña.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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