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Siete años de naves enfangadas

El Ayuntamiento de Córdoba aprobará el nuevo plan especial para legalizar la infracción urbanística del inmueble de Arenal 2000 de Sandokán

El empresario y político cordobés Rafael Gómez Sandokán.
El empresario y político cordobés Rafael Gómez Sandokán. FRANCIS J. VARGAS

Podría ser el principio del fin. O no. Uno de los quistes urbanísticos y políticos con los que vive Córdoba desde hace casi una década vuelve a debatirse mañana en el Ayuntamiento. Se trata de la salida legal de las cuatro hectáreas de almacenes levantados en 2005 por el joyero y constructor Rafael Gómez, Sandokán,fuera de todo planeamiento urbanístico, muy cerca de Medina Azahara y a las faldas de la sierra. Del empresario reconvertido en político —es el líder del principal partido de la oposición municipal, Unión Cordobesa— dependerá la decisión de si derriba al menos 15.000 metros cuadrados. Solo así se regularizaría el resto. No está claro el papel que jugarán los acreedores hipotecarios de los inmuebles en este embrollo. Sandokán ha sacado pecho y ha dicho que no piensa tirar una sola piedra. El problema, por tanto, seguiría vivo.

La solución para tal desbarajuste tiene la forma de un Plan Especial urbanístico y recibe el nombre de la carretera de Palma del Río. La vía vertebra el área de expansión de la ciudad hacia el oeste, en paralelo al Guadalquivir, y es allí donde se levantaron las naves. Estas servían de almacenes para la empresa inmobiliaria que Gómez dirigía entonces, Arenal 2000. Como resultado, Sandokán fue multado con una sanción de 24,6 millones, recurrida en los tribunales.

Este nuevo intento de regularizar lo ilegal contará con el apoyo del PP, que tiene mayoría absoluta en el Pleno del Ayuntamiento. Siete años después de que las naves se levantasen, el salón ha cambiado por completo. IU y PSOE se han visto apeados del poder por la ola del PP. También han sido relegados a la tercera y cuarta fuerza política, superados por Unión Cordobesa.

Hasta ahora, el PP se ha mantenido frío ante el plan que se aprueba mañana y se ha abstenido siempre que ha podido. Y es que de hecho, en esencia fue diseñado cuando el partido estaba en la oposición municipal, mientras IU gobernaba el Ayuntamiento y al frente de la Consejería de Obras Públicas se encontraba Rosa Aguilar, exalcaldesa de Córdoba, quien acababa de mudarse de IU a la órbita del PSOE.

Retrocediendo un poco en el tiempo, llegamos a otro de los requiebros inverosímiles de esta historia. Y es que fue con Aguilar en la alcaldía, todavía bajo las siglas de IU, cuando Sandokán levantó las cuatro hectáreas de almacenes en 2005. De hecho, el constructor siempre recuerda que impulsó aquel inmenso inmueble con el permiso verbal de la regidora. En todo caso, la única oposición férrea que se encontró Sandokán fue la del PSOE y la Junta, que exigían la inmediata demolición de las naves.

El enconamiento llevó a la Junta a recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJA) la aprobación del primer Plan Especial de la Carretera de Palma que había sido redactado por la propia empresa infractora, Arenal 2000, a petición del Ayuntamiento. El documento había sido aprobado en Pleno, con los votos de IU y PP y la oposición del PSOE. El TSJA tumbó aquel documento. Y vuelta a empezar.

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El nuevo plan que se aprueba ahora se gestó bajo los auspicios de la exalcaldesa Rosa Aguilar que, como regidora, había soportado en primera persona los ataques de la Junta y el PSOE. Pero en una pirueta política, se encontraba, en 2010, en el Gobierno de José Antonio Griñán, como consejera de Obras Públicas, la misma cartera sobre la que recaía la polémica de las naves.

Así empezaron nuevos problemas. Su posición al frente de Obras Públicas, buscando un acuerdo que acercase posturas y fuese benévolo a la hora de permitir que parte de las naves siguiesen en pie, chocaba frontalmente con la de la delegación provincial de Obras Públicas y, especialmente, su delegado, Francisco García que optaba por una demolición mayor. Se abrió así una guerra dentro del PSOE provincial entre los partidarios de García y de Aguilar. Ninguno de los dos tiene ahora cargos de responsabilidad. Pero las naves de Sandokán siguen ahí.

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