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La tasa turística llega a los hoteles con muchas dudas y algunos desaires

Los hoteleros tachan de “engorroso” el tributo, que algunos establecimientos costearán

Un impreso advierte de las condiciones de la tasa de pernoctación turística en el hotel Palas Pineda de Vila-seca.
Un impreso advierte de las condiciones de la tasa de pernoctación turística en el hotel Palas Pineda de Vila-seca.JOSEP LLUÍS SELLART

Segundo día de tasa turística y aún había ayer turistas que desconocían su existencia. Muchos de ellos lo sabrán cuando se acabe el puente y deban abonar la factura de sus hoteles. Entre tanto, los empresarios intentan estos días que la implantación no genere problemas, aunque dan por hecho que “los pequeños conflictos” serán inevitables, como asegura Javier Julià, director de Diagonal Hotels. Ayer, algún turista se negó a pagarla en Tarragona, pese a que en la mayoría de los establecimientos era bien visible un cartel con la información legal sobre la norma que la ampara. Los responsables de los hoteles no saben todavía cómo responder a ese tipo de desaires.

Meses después de aprobarse la medida, las armas continúan en alto en el sector. Todavía hay muchas preguntas sin respuesta a una medida que los empresarios consideran “engorrosa”. Desde cómo cobrar únicamente la tasa a clientes que llegan con bonos a hacer entender a un turista que debe pagar entre 0,5 euros y 2,5 euros —en función del tipo de establecimiento— pese a que ya pagó por un paquete cerrado. O decirle a una persona de viaje por España que en Barcelona sí hay que pagar pero que en Sevilla no. Domènec Biosca, presidente de la asociación de expertos en turismo, asegura que esa diferencia será corregida en breve, porque “algunas comunidades autónomas, como Madrid y Comunidad Valenciana, están esperando a implantarla a que se ponga en marcha en Cataluña”.

Barcelona, que compite con otras ciudades que cuentan con una tasa por pernoctación similar, será posiblemente la que menos perderá con la nueva tasa. Nadie teme que pierda visitantes a causa del canon, pero sí consecuencias por el peligroso cóctel que se formará con la subida del IVA y de las tasas aeroportuarias.

“Los que van a sufrir son los destinos turísticos que se encuentran en un mercado muy competitivo, como algunos municipios de la Costa Daurada y la Costa Brava”, señala Bruno Hallé, de la consultora Magma Turismo. Es en esos lugares los grandes grupos de operadores turísticos manejan el negocio al euro y la tasa puede convertirse en un punto en contra a no ser que los hoteleros asuman su coste. “Y lo harán”, señala Biosca. Al menos, de momento, hasta que negocien la próxima temporada.

Xavier Roig, tesorero de la Asociación Hotelera Salou-Cambrils-La Pineda, lamenta que no se hayan tenido en cuenta las diferencias del tipo de turismo. “En la costa los contratos los realizamos con mucha anterioridad y los operadores turísticos no van a querer publicitar un impuesto con el que no ganan anda, así que la información sobre la tasa turística se convertirá en nuestra forma de dar la bienvenida”, señala.

Un turista de Tarragona
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Las empresas han tenido que modificar los sistemas informáticos para implantar la nueva tasa, que ha de servir para promocionar y financiar parte de las servidumbres de la actividad turística. Juan Antonio Serrano, presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, asegura que se tardará mucho tiempo en amortizar esa inversión, por lo que el sector pedirá ayudas a la Generalitat para subvencionar esa inversión forzada.

Serrano reconoce la existencia de mucha desinformación sobre la manera de aplicar la tasa, si bien admite que todavía es pronto para valorar sus consecuencias. Y Martí Sabrià, gerente del grupo Costa Brava Centre, destaca otra injusticia vinculada a la implantación de la tasa por pernoctación para aquellos trabajadores obligados a desplazarse y que pasan largas temporadas en hoteles: “Si cada fin de semana vuelven a sus casas, hay que volverles a cobrar la tasa la semana siguiente”, ya que el cobro de esta solo está limitada a siete días cuando la estancia es continuada.

El Hotel Colomers de Salardú (Val d’Aran), de dos estrellas, tiene este puente plena ocupación. Su propietario asegura que cobrará los 0,50 euros por noche porque le obligan, no porque esté de acuerdo. “Es un impuesto muy pequeño que no tendrá efectos sobre el turismo. Lo que haremos será compensar a los clientes con servicios. Hay clientes que encuentran normal que exista esta tasa. Otros países la tienen y no pasa nada”.

Pero es en el sector del turismo rural en el que el impuesto ha causado mayor indignación. Josep Lluís Farrero, presidente de la Asociación de Casas de Turismo Rural, se muestra contrario al cobro de la tasa porque puede frenar la entrada de clientes y hacerles perder competitividad respecto a otros territorios vecinos donde no existe. “Hemos aconsejado a nuestros socios que informen a los clientes de que se trata de una ley de la Generalitat y que nosotros solo hacemos de recaudadores”. Casa Sisquet de Montcortés, en el municipio de Baix Pallars (Pallars Sobirà), no repercutirá la tasa en la factura a sus clientes. “Tenemos precios muy ajustados y no estamos de acuerdo con que se obligue a las casas rurales a cobrar este impuesto. Que lo hagan en los grandes hoteles de Barcelona que cobran muchísimo”, señala Farrero.

Noelia Soliva, encargada de la Masia Tinet, en Deltebre (Baix Ebre), afronta el problema desde otra perspectiva: “Una casa rural es un negocio muy familiar y si ya nos lleva tiempo realizar trabajos de administración ahora se nos complica con la gestión de la tasa”.

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