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Rajoy invierte en el enlace del AVE con Barajas y prevé inaugurarlo en 2014

Botella incluye el proyecto en un plan con iniciativas para “poner de moda” Madrid

La conexión ferroviaria del aeropuerto de Barajas con la red de alta velocidad (AVE) cuenta con 15,1 millones de euros en los austeros Presupuestos Generales del Estado de 2013, tal y como había solicitado, eso sí, entre algodones, la alcaldesa, Ana Botella (PP), al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP). “Lo necesitamos, pero sabemos que ahora estamos en el momento del ahorro. Lo reclamamos como prioridad para cuando vuelva a ser posible la inversión necesaria”, dijo en marzo. En las cuentas presentadas a finales de septiembre se contempla además una inversión de 4,7 millones de euros en 2014 para finalizar este proyecto, que lleva en marcha desde 2006 y costará en total 250 millones de euros.

En septiembre de 2011, el anterior ministro de Fomento, José Blanco (PSOE), inauguró junto al exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón (PP) y la expresidenta regional Esperanza Aguirre (PP) el enlace de Cercanías entre la estación de Chamartín y la Terminal 4. La obra, 8,8 kilómetros (más de la mitad bajo tierra) que habían comenzado a construirse en 2007, costó 218,3 millones de euros. Ese enlace (11 minutos de trayecto) allanó la conexión de la alta velocidad, que se completará ahora.

"Vender" la capital

El plan incide en que Madrid mejore su infraestructura de telecomunicaciones y tenga más iniciativa internacional.

  • Recoge las quejas sobre la contaminación y la falta de bicicletas, y la preocupación por el impacto en Barajas de la fusión Iberia-British Airways.
  • Alerta de la fuga de cerebros a países europeos.
  • Apuesta por publicitarse en concursos, foros y organismos internacionales, y en las redes.
  • Pide asociar la marca Madrid a otras de prestigio y buscar figuras relevantes que vendan la ciudad en el extranjero.
  • Aboga por resucitar la obra del eje Prado-Recoletos, y por sensibilizar a la población para tratar mejor a los turistas.
  • Promueve la captación de fondos europeos y privados.

Blanco prometió en noviembre de 2009 que estaría lista en 2015. En septiembre de 2011, a las puertas de las elecciones, adelantó la fecha prevista a 2012. Ahora, Rajoy la atrasa de nuevo, hasta 2014. Pero, pese a la oleada de recortes, mantiene una inversión que Botella cree clave de bóveda de su plan para mejorar la imagen de Madrid en el extranjero.“Las grandes ciudades pugnan por atraer eventos, inversiones, talento y turistas, y la competencia es cada día mayor. No es suficiente tener valores y ventajas sobre otras urbes, hay que transmitir al mundo cuáles son esos atractivos y características únicas. Las ciudades deben poder aportar algo diferente a las empresas y a las personas”. ¿Qué aporta Madrid? ¿Cuál es esa “fortaleza especial que la convierta en única”? La ciudad carece de “un icono o símbolo arquitectónico con el que asociar su imagen”; “el verdadero icono no es físico sino emocional: su estilo de vida”. Pero el resto del mundo no parece haberse dado cuenta, de forma que, lo que hace falta ahora es “poner de moda Madrid”, a poder ser con poco dinero.

“Madrid debe trabajar para reducir la brecha entre la realidad objetiva y la imagen que se tiene de ella internacionalmente”, concluye el Ayuntamiento. Para ello presentó ayer el citado plan, “austero y realista”, que llevará hasta 2015 los esfuerzos iniciados hace cinco años, cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo alertó de ese “desfase entre la realidad y la percepción de la ciudad desde otros países”, que “influía negativamente en su capacidad para seguir mejorando”. Un plan que debe además contrarrestar “la principal amenaza: el deterioro de la marca España como consecuencia de la crisis, que puede producir la pérdida de confianza en instituciones y modelo”.

El Ayuntamiento, que ha recogido la opinión de 60 instituciones, valora el fuerte crecimiento turístico de los últimos años; su “influencia política en Occidente”, equiparable a la de “cualquier capital de país de tamaño medio”, y ser sede de 24 de las 35 grandes empresas del país. Como puntos flacos reseña la “necesidad de mejorar su apuesta tecnológica”, la falta de reconocimiento internacional de sus universidades, la baja productividad e innovación, la rigidez laboral y los altos impuestos a las empresas, la falta de conexión aérea con las principales ciudades asiáticas, el escaso conocimiento del inglés de sus ciudadanos, el alto nivel de desempleo y “el mejorable posicionamiento de la marca Madrid a nivel internacional”, que atribuye en parte a la “carencia de un icono o emblema fácilmente identificable”.

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Señala además varias amenazas que podrían empeorar la situación: la crisis, el deterioro de la marca España, la austeridad de las Administraciones, la pérdida de influencia de la capital como centro financiero del país y la pujanza de otras ciudades.

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