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finanzas autonómicas

Gobierno y Junta ultiman un acuerdo sobre el techo de endeudamiento

El presidente andaluz dice que el “problema” del techo de deuda está resuelto

Lourdes Lucio
José Antonio Griñán, durante una visita a un centro de mayores el jueves.
José Antonio Griñán, durante una visita a un centro de mayores el jueves.Pérez Cabo

La reunión a finales de julio de los presidentes del Gobierno central, Mariano Rajoy, y andaluz, José Antonio Griñán, marcó un antes y un después en las tensas y desabridas relaciones políticas que —con unas elecciones por medio— mantenían ambos Ejecutivos. Desde entonces, no solo la comunicación ha mejorado sino que las soluciones van llegando. A la respuesta positiva del Ministerio de Hacienda a la extrema falta de liquidez de la comunidad —los 1.000 millones reclamados por Andalucía tienen luz verde aunque aún no está claro cómo se van a contabilizar—, el presidente andaluz avanzó ayer que también hay un acuerdo sobre el techo de endeudamiento para 2013. “El problema del endeudamiento está ya solucionado con el Ministerio de Hacienda”, dijo este jueves durante una visita a un centro de mayores.

Más que un problema era todo un problemón. En el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del 30 de julio se acordó un techo para pedir dinero en los mercados que le impedía a Andalucía elevar su tasa de endeudamiento hasta el 15,1% —a primeros de 2012 estaba en el 9,8%, una de las más bajas de toda España— y lo limitaba al 13,2%. Eso significaba perder 2.735 millones de financiación. O lo que es lo mismo, más recortes o lo que es igual, según dijo Griñán entonces: el cierre de 19 hospitales o de 2.000 colegios o el despido de uno de cada cuatro empleados públicos, hasta 60.000.

Fuentes de la Consejería de Hacienda no quisieron ayer desvelar en qué consistía el acuerdo y afirmaron que aún se está negociando. También la delegada del Gobierno central, Carmen Crespo, insistió, tras reunirse este jueves con la consejera de la Presidencia, Susana Díaz, que “se está negociando ahora mismo”. Unas conversaciones que según Díaz se encuentran en “la recta final”.La propia Aguayo admitía en una entrevista a EL PAÍS que había que adecuar el endeudamiento a los nuevos objetivos de déficit —del -0,7% para 2013 en el caso de las comunidades autónomas— pero no en dos puntos.

Este “problema solucionado” despeja bastante el horizonte presupuestario de la Junta de Andalucía para 2013, aunque no se sabe nada del proyecto de ley, salvo que será muy restrictivo y que la reforma en el sector público tendrá que acometerse sobre todo en empresas deficitarias. Ni siquiera Martínez Aguayo ha publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) la preceptiva orden con los brochazos con los que todos los departamentos de la Junta deben elaborar sus previsiones.Tanto Díaz como Crespo valoraron el “clima de entendimiento” entre ambas administraciones. Casi con las mismas palabras ambas políticas destacaron que ante la magnitud de la crisis económica todas las instituciones deben colaborar. La delegada del Gobierno destacó el papel “coherente” de Griñán en la Conferencia de Presidentes y repitió casi en media docena de ocasiones que el Ejecutivo de Rajoy “no va a dejar sola” a la Junta de Andalucía a la hora de pagar sus vencimientos de deuda.

El Gobierno central no va a dejar sola a Andalucía en sus pagos de deuda Carmen Crespo, delegada del Gobierno en Andalucía

Eso no quiere decir que PP y PSOE andaluces mantengan el tono bajo, aunque desde la marcha de Javier Arenas —tras el fracaso político de las elecciones— o, tal vez, desde la llegada de Juan Ignacio Zoido, la pegada de los populares andaluces no alcanza el mentón de los socialistas. Si para el Gobierno andaluz la situación económica es muy delicada, para el central lo es también la situación política. En Cataluña, la reclamación independentista le abre un frente no previsto; en el País Vasco, los partidos nacionalistas acarician volver al poder; y en Galicia, un papel determinante del Bloque Nacionalista Gallego para garantizar la estabilidad —el PP confía en sacar mayoría absoluta— agitaría de manera notable el debate territorial. En esa tesitura, tampoco al PP le interesa que el Gobierno PSOE e IU que dirige la comunidad más poblada, Andalucía, se sume de lleno a ese paisaje de presumible conflictividad política.

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