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Un jurado popular decidirá en el caso de Ruth y José

El acusado del asesinato de sus hijos acude a la Audiencia

El acusado José Bretón, en la finca de Las Quemadillas, en Córdoba.
El acusado José Bretón, en la finca de Las Quemadillas, en Córdoba. JULIÁN ROJAS

La identificación como humanos de unos huesos hallados en la finca que la familia de José Bretón tiene en Las Quemadillas de Córdoba, no solo ha dado la vuelta al caso de la desaparición de sus dos hijos, Ruth y José. También ha obligado a cambiar el proceso judicial abierto hace 11 meses al padre de los dos niños de seis y dos años. Ya no se le acusa, como se hizo entonces, de la desaparición forzosa de sus hijos. Ahora pesa sobre él la imputación de un doble asesinato. Por tanto, Bretón ya no será juzgado por un tribunal de tres jueces, sino por un jurado popular. Todo ello es lo que el magistrado de instrucción del caso, José Luis Rodríguez Lainz, va a explicarle hoy al acusado, en la Audiencia provincial.

Bretón no tiene previsto hablar y solo escuchará al juez. No se prevén más preguntas. Ni sobre la hoguera con características de rudimentario horno crematorio, en el que presuntamente quemó los cuerpos de sus hijos para hacerlos desaparecer, ni sobre la coartada que siempre ha defendido: que perdió a sus hijos mientras paseaba por un parque de Córdoba. De todo ello ya se habló el miércoles por la tarde, en el último interrogatorio al que se sometió a Bretón por parte del magistrado, la fiscal y la abogada de la acusación particular y que representa a Ruth Ortiz, la madre de los niños.

Ante las evidencias en contra, Bretón no se quebró, no derrotó su versión, aunque aportó detalles que alteran anteriores declaraciones. Siempre había defendido que en aquella hoguera, prendida el mismo día en que desaparecieron sus hijos —mientras estos, según él, dormían horas y horas— solo quemó apuntes y ropa de su mujer. Luego añadió que también pequeños animales. El miércoles concretó que fueron “una cabeza de cordero, un perro y un gato”.

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Tampoco está previsto que hoy se hable sobre los 11 meses que ha durado una investigación judicial y policial —todavía abierta—, lastrada desde el principio por un error en el primer análisis de los huesos. Aquel informe de la policía científica catalogó los restos óseos como pertenecientes a animales. Casi un año después, varios forenses y antropólogos han constatado que son de dos niños.

Mientras, el magistrado ha librado un oficio a la Junta para que se dictamine la forma en que pudo haberse producido la combustión de la hoguera de Las Quemadillas y por qué no se constató su existencia por el Infoca hasta las 17.15 de ese día, 8 de octubre. El juez también quiere saber qué medio se empleó para hacer el fuego, el tiempo que duró el mismo y el grado de temperatura alcanzada. Además, hay un estudio encargado a una empresa para que analice con profundidad el teléfono de Bretón.

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