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La escuela concertada gana 10.000 alumnos a costa de la pública

Educación apuesta por ceder suelo a empresas privadas para ampliar la oferta

La consejera de Educación, Formación y Empleo, María José Català, ayer en la rueda de prensa de inicio de curso con su equipo.
La consejera de Educación, Formación y Empleo, María José Català, ayer en la rueda de prensa de inicio de curso con su equipo. CARLES FRANCESC

El tradicional equilibrio entre la enseñanza pública, que representaba el 70% de la matrícula, y la escuela privada-concertaba, que cubría el 30% restante, se ha roto por primera vez en la Comunidad Valenciana. El curso 2012-2013, que comienza el viernes 7 en todos los colegios de infantil y primaria, estrena el incremento de 10.000 alumnos en centros concertados, lo que hace que el porcentaje de estudiantes matriculados en la red pública retroceda 1,3%, reduciendo el porcentaje de representación al 67,79%. Este dato fue puesto ayer sobre la mesa por la consejera de Educación, Formación y Empleo, María José Català, que lo definió como “un trasvase de alumnos de la red pública a la concertada y, en menor procedencia desde los centros privados a la concertada”.

El curso, por primera vez desde 2002, presenta una segunda novedad. Se invierte la tendencia alcista de alumnos matriculados y pierde —en conjunto, entre la red pública, concertada y privada— un total de 11.081 estudiantes menos respecto del curso pasado. Esto da una “matrícula provisional”, en puertas que los colegios abran el viernes, de 773.110 alumnos sumando todas las etapas desde segundo ciclo de Infantil hasta las enseñanzas posobligatorias de FP y Bachillerato.

Las causas del descenso son dos, según detalló Català. Por un lado, la caída del índice de natalidad desde 2009, tras haber alcanzado exponentes máximos desde 2002. La segunda razón se encuentra en la “caída sostenida” desde hace cuatro cursos de la matrícula de estudiantes extranjeros, que pasa de los 102.260 en el curso 2008-2009 a los 87.166 de este curso.

Las cifras del curso

Alumnado total. La matrícula es de 773.100 alumnos (un 1,41% menos que el curso pasado).

Educación Infantil (3 a 5 años). Un total de 161.340 niños (un 2,40% menos que en 2011-2012)

Educación Primaria. Un total de 209.100 alumnos (un 1,44% menos que el curso pasado).

ESO y Programas de Cualificación Profesional (PCPI). Los alumnos de Secundaria y los de PCPI suman 196.697 en conjunto, lo que supone un retroceso de matrícula del 2,72%.

Bachillerato. Se produce un repunte de matrícula de 2,16% con 64.342 alumnos.

FP. La matrícula crece por cuarto curso consecutivo con 64.229 matriculados en septiembre.

Estos dos factores de retroceso de la natalidad y de la inmigración escolarizada, junto con el aumento del horario lectivo del profesorado (de 18 a 20 horas), hace que la plantilla docente se contraiga en 1.221 profesores menos respecto del curso anterior. Es decir, que el curso empieza con 50.193 profesores en la red pública y 15.004 en la red concertada.

Català insiste en rebatir “las voces alarmistas que hablaban de unos 4.500 profesores menos” y afirma que la “plantilla” no se reduce, porque a medida que se vayan cubriendo bajas por jubilación y autorizando desdobles de grupos en FP se “recuperarán entre 700 y 1.000 profesores interinos más”.

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En este contexto, Català tiene claro que priorizará la construcción de los llamados Centros de Iniciativa Social (CIS). Es decir, que la Consejería de Educación “ultima” los pliegos para conceder suelo público a empresas privadas por 75 años para construir nuevos centros concertados. Aunque no indicó el precio del canon que deberán pagar a la Administración por la concesión.

“Hay una demanda de unos 7.000 alumnos que en primera opción han pedido una plaza en un centro concertado”, sostiene la consejera que admite que la razón para ampliar la oferta de centros concertados reside básicamente en la ideología que defiende la “libertad de elección de centro”.

Esta tesis contradice el argumentario sostenido por su predecesor en el cargo y actual vicepresidente de la Generalitat, José Ciscar, que en noviembre pasado defendía la necesidad de que las empresas privadas construyeran centros concertados en poblaciones con “necesidades de escolarización”, como marca la ley de conciertos.

El planteamiento buscaba resolver de un golpe dos problemas: el de la falta de plazas en determinados núcleos de población con mayor densidad de escolar, al tiempo, que permitía eliminar los barracones crónicos que recorren el mapa valenciano, desde hace más de una década.

Este curso más de 18.000 niños y jóvenes escolarizados en el sistema educativo público valenciano estudiarán íntegramente en las más de 800 aulas prefabricadas que todavía hay. Català ya ha advertido que, en el estado actual de crisis de tesorería de la Generalitat, solo se priorizarán los proyectos de construcción de colegios públicos más necesarios. En este momento hay más de 100 proyectos redactados y aprobados del mapa escolar parados. Sólo siete están en construcción.

Los profesores darán más de una materia

La crisis obliga a racionalizar recursos. Si esto se adorna con un punto de pedagogía, el resultado es que el curso que viene los profesores de los primeros cursos de ESO tendrán que dar más de una materia por clase. Además de la reducción de grupos operada en todos los institutos públicos y del incremento de ratio ordenado por el Gobierno (que en la ESO sube de media a 26,4 alumnos por clase). “Se trata de que haya menos profesores en los primeros años de Secundaria para dar continuidad a la Primaria, en la que los niños solo tienen un maestro”, según la consejera de Educación, María José Catalá.

Esto significa que los departamentos distribuirán las diferentes materias entre los especialistas de cada área, para agrupar materias. Un profesor de ESO podrá dar Matemáticas y Ciencias Naturales o Geografía e Historia y Filosofía, como se hacía durante la Ley General de Educación de los setenta.

Otra novedad será que en los 530 centros públicos y privados que se han apuntado a los contratos-programa para combatir el fracaso escolar “los directores podrán elegir hasta un 20% de la plantilla para “darle estabilidad al proyecto educativo que diseñe el centro”. Aunque, Catalá no ha aclarado cuál será el sistema de selección, si al margen o no de las bolsas de trabajo o por comisión de servicio.

El curso 2012-2013 introduce por primera vez el inglés obligatorio desde la segunda etapa de Infantil. “Esto quiere decir que 45.032 niños hablarán dos días a la semana en inglés”, precisó la consejera María José Catalá, que aseguró que “el nuevo decreto de plurilingüismo [que introduce el inglés a los 3 años] es la apuesta más importante del Gobierno de Alberto Fabra para este curso”.

Para ello, la consejería formará este curso a 3.000 profesores de inglés y en tres años cubrirá los 11.000 que necesita para todas las etapas. Los profesores podrán formarse en las ya de por sí masificadas Escuelas Oficiales de Idiomas, que ante el incremento desbordado de solicitudes (en inglés y en alemán), tendrán que abrir grupos vespertinos en todos los institutos públicos.

El número de personas inscritas para certificar los niveles básicos, intermedio y avanzado de ingles, valenciano, francés, alemán e italiano suman, en conjunto 40.097, unos 3.000 más que el curso pasado. La consejería creará con las cámaras de comercio una comisión de expertos para que entidades externas puedan otorgar las acreditaciones de competencias en idiomas, para agilizar la contratación de profesorado.

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