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El exenemigo público vuelve a ser oficial

Una sentencia obliga al Ayuntamiento de Coslada a reincorporar con el mismo rango al exjefe de policía Ginés Jiménez que fue apartado en 2008

Ginés Jiménez.
Ginés Jiménez.SCIAMMARELLA

En 2008, unos meses antes de que la operación Bloque se destapara con la detención de 26 policías locales de Coslada, un policía nacional logró su ansiado traslado a su tierra, en el norte de España. Dejaba Coslada, municipio en el que había mantenido casi “una guerra” con la policía de Jiménez. El antagonismo con el exjefe policial de la ciudad y su gente era total. De hecho, el entonces alcalde, Ángel Viveros (PSOE), tuvo que obligar a Jiménez a que acudiera a la fiesta del Patrón de la Policía Nacional.

Pese a la guerra entre los distintos cuerpos policiales, de la que dan fe periodistas y políticos de la zona, el joven policía nacional que había pedido el traslado sí reconoce un mérito a Jiménez: “Defendía a muerte a sus chicos. Ojalá mi jefe hiciera igual”.

En este punto coinciden tanto sus aduladores como sus detractores. Pero éste es el único punto en el que están de acuerdo: unos lo consideran una persona “muy difícil y muy poco disciplinada que se creía el mejor, y todo lo tenía que dirigir”. Mientras que los otros, más cercanos al exmando policial, alaban su carácter metódico: “Era policía las 24 horas, y lo sigue siendo”.

Del periodismo a la policía

- Ginés Jiménez nació en Murcia (1956), provincia en la que todavía vive su familia. Allí comenzó a trabajar en diarios locales, para posteriormente trasladarse a Madrid. En Coslada obtuvo la plaza de oficial, llegando a ser presidente de los municipales de toda España, cargo que mantiene.

Pero la personalidad de Ginés Jíménez, de origen murciano, no se entendería sin otro de sus datos biográficos. Amante del periodismo, es licenciado en Ciencias de la Información. Quizá por eso cuida con sumo esmero sus relaciones con los periodistas, consciente de la importancia informativa de un jefe de policía a la hora de orientar a los periodistas en sus investigaciones. No había intermediarios entre Ginés y la prensa, algo que no gustaba a los diferentes alcaldes, que trataban de limitar los poderes del exjefe.

Precisamente tras conocer que la prensa le había adjudicado el sobrenombre de “sheriff” de Coslada Jiménez pasó al contraataque. El sobrenombre incluía un matiz peyorativo. No le gustaba. Pero no se quedó quieto. Acudió a la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) del Ministerio de Industria y registró la frase “sheriff de Coslada” como nombre comercial, exigiendo así que se dejara de utilizar.

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Jiménez también es consciente de que, junto a la prensa, también es importante tener una buena relación con las autoridades. Por eso, según una fuente que prefiere el anonimato, llegó a acudir a actos que tenían lugar en Coslada “sin haber sido invitado”. Por ejemplo, y según esta misma fuente, en una visita del exvicepresidente del Gobierno socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, Jiménez fue al hotel en el que estaba el acutual líder del PSOE: “Y con la excusa de la seguridad le dio la mano. Pero nadie les presentó”.

Pero todo eso ocurrió hace cuatro años. Desde entonces, Jiménez insiste en su inocencia. Al igual que en el caso de la denominación de “sheriff”, Ginés Jiménez ha ido más allá, denunciado a cuatro de los mandos policiales responsables de la operación Bloque, en la que fue arrestado. Ahora están imputados, y tendrán que aclarar si indujeron a algunos testigos del caso a declarar contra la policía local. A la par que el caso Coslada pierde fuelle, tras archivarse el delito de asociación ilícita. Ya no se puede hablar de un Bloque de policías locales al mando de Ginés Jiménez.

Este verano recibió una noticia muy importante. Se reincorporaba al Ayuntamiento, después de cuatro años apartado. Para los que tengan alguna duda de cuál es su intención, su opinión es clara: “El juez ha dicho que tengo que reincorporarme como oficial de policía, y eso es lo que voy a hacer. Si no se hace así, estoy dispuesto a llegar hasta el final, que sería presentar una denuncia por prevaricación por incumplir una sentencia. Era oficial de policía y sigo siendo oficial de policía. No hay otra opción”.

La reciente sentencia de un Juzgado de lo Contencioso-Administrativo obliga al Ayuntamiento a admitir a Ginés Jiménez, con el mismo rango de oficial de la policía local. El que fuera considerado enemigo público volverá a ser oficial.

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