_
_
_
_
_

El incendio de Madremanya, en Girona, ya ha calcinado 222 hectáreas

Cinco fuegos ardieron casi simultáneamente este viernes en Cataluña

Un hidroavión lanza agua para apagar el incendio de Madremanya.
Un hidroavión lanza agua para apagar el incendio de Madremanya.PERE DURÁN

Tras las 13.000 hectáreas quemadas en el Alt Empordà y con los bosques “fritos, asados y muy secos”, en palabras del consejero Felip Puig, cualquier fuego hace temer lo peor. A las dos y media de la tarde, un incendio se declaró en la zona de Madremanya (Gironès), en la zona del Puig de les Dalmaues, y en poco rato afectó a masa forestal. El fuego había devorado en la tarde del sábado 222 hectáreas.

Las llamas se vieron azotadas durante las primeras horas por un viento de marinada, que ayudó a alejar el incendio de la zona más delicada, el macizo de Les Gavarres. Si el viento continuaba amainando, los Bomberos de la Generalitat preveían tenerlo controlado durante la noche. En él trabajan 50 vehículos terrestres y 8 aéreos.

A pesar de eso, hoy está previsto que vuelva a soplar el viento de tramontana, lo que podría complicar las labores de extinción.

Como medida preventiva, los Mossos d’Esquadra desalojaron a 20 personas de la urbanización la Vilosa y a cinco más de Mas Costa. También siete personas de una empresa situada a pie de carretera abandonaron la instalación por iniciativa propia y la Generalitat confinó en el interior de sus casas a los vecinos de Sant Joan de Mollet i Flaçà por el humo de la vegetación forestal, pero solo hasta pasadas las ocho de la tarde.

En lo que va de año, han ardido 17.200 hectáreas en todo el territorio

También por las llamas, el Servicio Catalán de Tráfico cortó la carretera C-66 en Celrà y la GiV-6701 en Sant Martí Vell, en ambos sentidos de la marcha y la circulación de trenes de Renfe entre Flaçà y Girona.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Las primeras investigaciones de los agentes forestales apuntan a que el incendio se declaró de forma fortuita, según explicó el

director de los servicios territoriales del Departamento de Interior de la Generalitat en Girona, Albert Ballesta.

A la vez que ardía el fuego en Madremanya, al menos otros cuatro incendios comenzaban en Cataluña. También en Girona, una gran humareda proveniente de la urbanización de las Teules, en Santa Cristina d’Aro (Baix Empordà), obligó a intervenir a los bomberos, que lograron controlarlo. Solo dos personas abandonaron sus casas por decisión propia.

En el Alt Empordà, en concreto en L’Escala y en La Jonquera, ardieron pequeñas zonas de vegetación. El de La Jonquera se extinguió tras quemar una superficie de unas escasas 1.000 hectáreas, pero obligó a cortar un carril de la AP-7 en sentido Francia.

En Tarragona, en Aiguamúrcia (Alt Camp), otro fuego se declaró también a las dos y media de la tarde. Las llamas se iniciaron junto a la carretera T-224, en la zona de Pla de Manlleu. Cuatro horas después, Los Bomberos de la Generalitat dieron por estabilizado el incendio, que quemó una superficie de unas 30 hectáreas. A última hora, continuaban trabajando unas 40 dotaciones terrestres y una docena de vehículos aéreos.

En lo que va de año, han ardido 17.200 hectáreas de bosque y vegetación en Cataluña, según explicó el consejero de Interior, en rueda de prensa. Puig anunció que ha acabado la ola de calor que ha asfixiado a Cataluña durante siete días.

En ese periodo, se han producido 24 incendios menores, de una hectárea aproximadamente de media cada uno. Puig, sin embargo, alertó de que a pesar de que el episodio de calor haya finalizado, continua el elevado riesgo de incendio forestal. Además, este fin de semana está previsto que sople de nuevo la tramontana, a unos 30 kilómetros por hora en algunas zonas. Y se le suma que existe el riesgo de tormentas en algunas localidades, lo que hace temer por los relámpagos.

Puig recordó que los bosques están en muy mal estado, algo que difícilmente se podrá solucionar en un año, dijo. Hacen falta medidas “imaginativas”, explicó. Y lanzó algunas propuestas, como “nuevas medidas fiscales y energéticas y más cortafuegos”, aunque no ahondó en ellas. También recordó que el 80% de los bosques catalanes son privados, pero sus propietarios tienen pocas formas de rentabilizarlos, lo que ayudaría a mantenerlos limpios. La situación es de “fragilidad extrema”, indicó.

Por otra parte, sobre los cinco episodios de calor intenso que se han vivido en Cataluña, Puig explicó que el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) ha atendido a 167 personas por diferentes patologías asociadas al calor. Y un total de 76 fueron trasladadas a centros sanitarios, aunque sin consecuencias graves.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_