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Feijóo despliega peones en la diáspora

Exteriores sitúa en las embajadas a cargos del PP gallego en vísperas electorales. Ex altos cargos del ‘fraguismo’ se colocan en Uruguay, Brasil y Bélgica

Feijóo (derecha), con los socios de la Peña Galega de la Casa de España en Río (Brasil).
Feijóo (derecha), con los socios de la Peña Galega de la Casa de España en Río (Brasil).

Pablo Figueroa es uno de esos funcionarios que parece nacido en la Administración. Pertenece al Cuerpo de Letrados de la Administración de la Seguridad Social y al Cuerpo Nacional de Secretarios de Cámaras Oficiales de la Propiedad Urbana. Fue jefe de la Secretaría del Ministro de la Presidencia entre 1974 y 1976 en el estertor del franquismo, jefe de la Asesoría Jurídica Provincial de la Seguridad Social hasta 1982 y a partir de ahí secretario general técnico de casi todo en la Xunta. Primero de la Consellería de Traballo, Seguridad Social y Emigración, después de la de Agricultura, siempre con Alianza Popular.

Sobrevivió incluso al tripartito presidido por el socialista González Laxe que lo designó secretario general técnico de la Consellería de Sanidade. Y ya con Fraga volvió a la de Presidencia y luego ocupó otra retahila de altos cargos. Al mismo tiempo su esposa, Esther Regueiro, se hacía cargo del departamento de Protocolo de la Xunta, puesto que ocupó hasta 2005 cuando el bipartito de Emilio Pérez Touriño desalojó a ambos de puestos de responsabilidad en la Administración.

Con el regreso del PP a la Xunta en 2009, Feijóo le procuró a Figueroa un retiro acorde a su ascendencia en el partido: director de la Escola Galega de Administración Pública, un puesto bien remunerado y sin demasiada tarea. El mes pasado, el eterno secretario general recibió nuevo destino. Fue designado consejero Laboral en la embajada española en Brasil por el Ministerio de Exteriores. Un caramelo muy disputado en todos los partidos por las condiciones económicas: entre sueldo y compensaciones por vivienda la remuneración de estos cargos dependiendo del país puede alcanzar los 10.000 euros mensuales que se suman a todas las comodidades del personal diplomático.

En vísperas de las autonómicas se encargará de todo lo relativo a la tramitación de permisos de trabajo, pensiones y prestaciones sociales para los emigrantes gallegos.

Junto a él desembarcarán en las embajadas españolas de la diápora otros pesos pesados del viejo régimen. Andrés González Murga, exsecretario general de la Consellería de Cultura con Jesús Pérez Varela durante el fraguismo, ocupará el mismo cargo en Montevideo de la mano de otra cara conocida del PP gallego, el exconselleiro Roberto Varela, ahora embajador en Uruguay.

A Bruselas viajará José Luis Mira Lema otro superviviente del PP de toda la vida. Hasta ahora ocupaba la dirección general de Educación, Formación Profesional e Innovación Educativa. Y antes ya había asumido puestos similares en el mismo departamento con la Xunta de Fraga e incluso en el último Gobierno de José María Aznar.

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A Buenos Aires Exteriores enviará con toda probabilidad a otro emisario del PP gallego, si bien el nombramiento se está ultimando y desde el entorno de Feijóo no quieren adelantar ningún nombre. Las fuentes consultadas aluden a la importante colonia gallega en los citados países para justificar los nombramientos aunque admiten que las vísperas de las elecciones gallegas —para las que oficialmente no hay fecha— juegan también un papel en las designaciones poarque Galicia vuelve a ser una prioridad para Rajoy y el PP naciona

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