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Un procesado por acoso, jefe de personal

La gestión en Canal 9 ha generado escándalos que han llegado a los tribunales

“Estoy en política para forrarme”. Esta frase, a menudo atribuida erróneamente a Eduardo Zaplana, la pronunció en realidad Vicente Sanz, expresidente provincial del PP en Valencia. Aquella expresión le obligó a abandonar la primera línea de la política; pero el PP siempre le dio cobijo. Sabía demasiado. O, al menos, de eso presumía. El hecho es que Sanz fue durante 15 años el número dosde RTVV, ejerciendo de jefe de personal. Hace dos años se conoció su condición de sátiro y acosador, tras ser denunciado por abusos sexuales por tres periodistas de la casa, y procesado.

La gestión del PP en RTVV no solo se ha caracterizado por la quiebra económica, también ha estado salpicada de escándalos que han acabado en juzgados.

Uno de los más importantes es el que afronta Vicente Sanz, exsecretario general de RTVV. Cuando llegó Zaplana a la Generalitat, a los pocos meses situó a Sanz, según los sindicatos, como un “comisario político”. En la tele diseñó una estrategia para arrinconar aún más a la antigua plantilla, a base de impulsar un nuevo sindicato Unión Sindical Obrera (USO) con trabajadores afines. Y si bien con Zaplana se creó el Comité de Redacción, muy beligerante al principio con informes que denunciaban la constante manipulación de los informativos, este organismo desapareció ante la dificultad de un consenso en la plantilla.

Sanz cayó en desgracia y dimitió en 2010 tras la denuncia de tres periodistas de RTVV. Según el relato de estas, Sanz hizo uso del poder que tenía en la empresa y en el PP y las amenazó con ponerlas en dificultades laborales a ellas y a sus familias. Con ello logró controlar sus movimientos y vidas privadas y que le enviaran fotos de sus partes íntimas y de su ropa interior. También las obligó a acudir a su despacho y practicar actos sexuales, siempre bajo amenazas. Un juez de Paterna le imputa tres delitos continuados de abusos sexuales, acoso sexual y amenazas. Pese a ello, la dirección solo le apartó temporalmente, sin abrirle expediente disciplinario, y Sanz se pudo jubilar al cumplir los 65 años. Además, se le indemnizó con 18.000 euros porque su contrato estipulaba ese pago si no se le avisaba de su cese con una antelación de tres meses

Otro de los casos más destacadatos es el que ha desembocado en la imputación de cuatro altos cargos de la radiotelevisión valenciana por el saqueo de dinero de la empresa por parte de la trama Gürtel mediante los contratos que sacó RTVV con motivo de la retransmisión de la visita del Papa en junio de 2006.

En este caso el principal imputado es Pedro García, que fue secretario autonómico de Comunicación con Zaplana. Su sucesor, Francisco Camps, le recicló como director general de RTVV.

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García, amigo íntimo de los cabecillas del caso Gürtel, entre ellos Álvaro Pérez, El Bigotes, dueño de Orange Market, cesó en el cargo en 2009 cuando salió a la luz que se gastaron 14 millones de euros en el viaje del Pontífice y que 7,4 millones fueron a parar a Teconsa, una empresa relacionado con el cabecilla de la trama Gürtel. Según la policía, García se embolsó 500.000 euros.<TB>

En el caso han acabado también imputados Ricardo Calatayud, que cesó el mes pasado como actual director económico y financiero de RTVV; Luis Sabater, exjefe del departamento técnico de la cadena, que declaró que el amaño lo diseñaron García y Calatayud; y el exdirector de Antena Antonio de la Viuda.

Otro escándalo reciente se vincula a los indicios de que la externalización de contenidos de Canal 9 se hará a favor de empresas afines al PP. Así, el director de antena nombrado en septiembre pasado, Fernando Lázaro Quintela, anterior directivo de Intereconomía TV está vinculado a la productora Triskel, que vendió en verano pasado por 600.000 euros tres reportajes de sesgo ultraconservador. Los expertos dicen que son precios 50 veces superiores a los de mercado. La dirección argumentó que se rebajó el precio y que no se ha pagado.

Los sindicatos temen que la privatización de la parrilla de la cadena favorecerá a cadenas de la TDT y periodistas ultraconservadores que ya han desembarcado en Canal 9. El ejemplo es el programa de actualidad política DBT, cuyos tertulianos primero comían en el Palau de la Generalitat y luego acudían al plató a atizar al Gobierno central socialista.

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