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Mas pide a Rajoy que siga el ejemplo de Portugal en su política de ajustes

El presidente catalán quiere más tiempo para poder cumplir el 1,5% de déficit

Miquel Noguer
El primer ministro portugués, Pedro Manuel Passos Coelho saluda al presidente de la Generalitat Artur Mas.
El primer ministro portugués, Pedro Manuel Passos Coelho saluda al presidente de la Generalitat Artur Mas.JORDI BEDMAR

Los hombres de negro desembarcaron en Portugal hace ya 15 meses, cuando el Gobierno luso pidió in extremis un rescate a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Ambas instituciones inyectaron 78.000 millones a las depauperadas arcas públicas de este país a cambio de un draconiano ajuste que ha implicado rebajas de sueldos de los funcionarios y grandes recortes en servicios básicos, y ha disparado el paro al máximo histórico del 15%.

Pese a la sensación de que en estos meses todo ha ido a peor, el Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho sigue presentándose como alumno aventajado de la doctrina de la austeridad y dice que nada le apartará de este camino. Es esa obstinación lo que elogió Artur Mas, de visita oficial en Portugal. El presidente de la Generalitat dejó claro que Portugal es el ejemplo para España porque tiene un Gobierno “fiable", que hace “los deberes” y que tiene un rumbo estable.

Mas se reunió en una visita relámpago a Lisboa con el primer ministro Passos Coelho; el presidente, Aníbal Cavaco Silva, y el ministro de Economía, Álvaro Santos Pereira. Ante todos dejó claro el respeto que siente hacia las políticas del Gobierno portugués salido de las urnas en 2011. Mas subrayó la valentía de haber emprendido un recorte salarial a los funcionarios, algo que recalcó que ha hecho Cataluña “y debería hacer el Gobierno central”. Los funcionarios portugueses han perdido el 20% de su salario y no cobraron la extra de Navidad. Esta última medida la ha tumbado el Tribunal Constitucional.

Mas compartió un almuerzo organizado por la Cámara de Comercio Luso-Española. En su discurso dijo que España y Portugal viajan “en el mismo barco” y que este lleva “el mismo rumbo”. Después precisó que no quería decir que España vaya camino de la intervención total. Con todo, mostró interés en saber cómo se las apaña un país bajo presión de sus prestatarios europeos. Mas reconoció que las medidas del Gobierno luso que él receta para España suponen “padecimiento”, pero dejó claro que, de no aplicarse, el resultado “acaba siendo peor”.

Pero el discurso de mano dura de Mas acabó aquí: él mismo se encargó de decir a los empresarios que las políticas de austeridad y de contención de déficit de la Unión Europea están bien encaminadas, pero se deben ralentizar, y que si España se ha beneficiado de la reunión del Eurogrupo de un alargamiento del plazo de un año para cumplir sus objetivos de déficit, esto también debe acabar favoreciendo a Cataluña.

La Generalitat debería acabar este año con un déficit del 1,5%, una cifra que el propio Gobierno de CiU ve como inalcanzable. “No pedimos más tiempo para relajar las medidas de austeridad, sino para cumplir mejor. Los ajustes se tienen que hacer con tiempo suficiente para que no se te vuelvan en contra”, alegó Mas. Recurriendo a sus metáforas marineras, alertó de que la nave puede hundirse. “Una cosa es estar en el rumbo correcto, pero si la velocidad es excesiva, el barco se puede ir a pique”. Además añadió que si no se relaja la exigencia de ajustes, la parálisis de la economía puede ser total: “¿Si la tripulación se sale del barco, ¿qué sentido tiene todo esto?”. En Portugal lo saben bien. Desde que estalló la crisis, más de 150.000 personas han abandonado el país.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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