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“¿Miedo al fuego? No, solo respeto”

Los alcaldes y vecinos evacuados en los incendios destacan el trabajo de los brigadistas

Ferran Bono
Miembros de la Unidad Militar de Emergencia (UME) trabajan para sofocar el incendio en Cortes de Pallás.
Miembros de la Unidad Militar de Emergencia (UME) trabajan para sofocar el incendio en Cortes de Pallás. JOSÉ JORDÁN

Se están dando un respiro. Parecen mirar por encima de las montañas humeantes que rodean Andilla. Han conseguido salvar de las llamas a la pequeña localidad valenciana. Ahora, esperan. Porque bajo la negra capa de ceniza que cubre las montañas sobreviven rescoldos que pueden avivar solo con un ligero cambio en la dirección del viento. El incendio no está sofocado, está estabilizado.

Entre los uniformes amarillos de esta brigada aerotransportada destaca uno oscuro. Es el piloto del helicóptero. Lleva gafas de espejo y su rostro dibuja un semblante muy serio. No quiere hablar. Le acaban de comunicar el hallazgo de los restos de su compañero José Agustín Nieva, muerto en un accidente en el embalse de Forata. Los demás, tampoco. Señalan “al jefe”. “Nosotros vamos donde nos dicen “, se limita a decir uno. El jefe habla con alguien a través de un walkie-talkie. No da pie al periodista e informa a sus colegas de un rebrote en un barranco cercano. Arrancan a correr calle abajo y en pocos minutos ya están todos volando.

Ellos son los primeros en atacar el fuego. Van directamente el foco. Son las brigadas de emergencia de la Generalitat valenciana. Se juegan la vida por unos 1.000 euros al mes. “¿Miedo al fuego? Entonces no sería brigadista... Miedo, no, pero respeto, sí. Asumimos un riesgo controlado. Como el de los escaladores pero con cuerda, porque nuestra seguridad prevalece sobre todo”, explica Robert Rubio, que ha estado trabajando este fin de semana en apagar las llamas. Ahora este brigadista e ingeniero técnico de Montes está junto a los vecinos evacuados de Andilla en la población de Villar del Arzobispo.

Los brigadistas se llevan la palma, pero también los bomberos, los pilotos y demás cuerpos que participan en la extinción del fuego reciben elogios unánimes. Porque si hay algo en lo que coinciden los alcaldes de diferentes partidos y los vecinos afectados por los dos incendios de Valencia es en destacar el trabajo de estos profesionales sobre el terreno. Este martes, además, falleció uno de ellos.

Las brigadas de emergencia se juegan la vida por unos 1.000 euros al mes

“Y de todos nosotros, la élite está formada por BRIF”, señala Rubio. Se refiere a las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales, del Ministerio de Medio Ambiente, creadas para apoyar a las comunidades autónomas, cuando fueron transferidas las competencias de la prevención y extinción de incendios.

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También es un cuerpo aerotransportado. “El piloto, que también se juega la vida, los puede llevar a la cumbre más agreste, allá donde está la cabeza del incendio. Bajan y de inmediato se ponen a romper la cabeza del incendio con hachas, azadones, motosierra o batifuegos [palas de goma]”, comenta el brigadista e ingeniero técnico. “Los BRIF son como los jabalíes, porque saben moverse por la montaña como los animales y eso que llevan unos 20 kilos de peso de material. Hay que tener mucha vocación”, agrega.

En los fuegos de Valencia han actuado varias brigadas de BRIF. Precisamente, los dos helicópteros accidentados en Valencia pertenecían a la unidad de Daroca (Zaragoza). Uno de ellos rescató al sargento Joan Miquel Fortea, bombero de Torrent, cuando quedó atrapado entre las llamas al intentar llevar avituallamiento a las brigadas de Cortes de Pallás. Un cambio repentino del viento le impidió regresar por donde había accedido y se quedó cercado hasta que aparecieron los BRIF.

Entre los 1.800 efectivos que se han desplegado para apagar los fuegos de Valencia, que han arrasado al menos 50.000 hectáreas, también se ha desplegado la Unidad Militar de Emergencia (UME). Algunos vecinos de Andilla recordaban cómo realizaron rápidamente un cortafuegos y aseguraban un perímetro; otros reconocían que no sabían muy bien cuál es su cometido. A la UME se le suele asignar un área y se responsabiliza de controlarla y estabilizarla.

Tan importante es atacar directamente las llamas como establecer muros de contención con cortafuegos y con la limpieza del monte y de las cunetas. A ello se dedican las brigadas rurales y también la UME.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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