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Vitoria examina a FCC el año ‘green’

Las denuncias de deficiencias en el servicio de limpieza unen a la oposición Algunas voces se cuestionan sobre el elevado numero de contratos que logran

Pedro Gorospe
Varios vehículos de la contrata de limpieza, de FCC, en la zona de los Arquillos, en el centro de Vitoria por la mañana.
Varios vehículos de la contrata de limpieza, de FCC, en la zona de los Arquillos, en el centro de Vitoria por la mañana.L. RICO

Los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria están poniendo la lupa en tres letras: FCC, Fomento de Construcciones y Contratas y su despliegue en la Green Capital. La multinacional, que ha logrado muchos de los contratos públicos de la capital alavesa en la ultima década, extendiéndose como una mancha de aceite por el territorio, ha llegado, sin embargo, a 2012 con numerosos frentes abiertos. Los partidos se están haciendo cada vez más preguntas sobre cómo han llegado a ganar las adjudicaciones públicas más jugosas relacionadas con el medioambiente, y, de forma paralela, han empezado a analizar las numerosas denuncias presentadas por usuarios y asociaciones ante un servicio que consideran deficiente en muchos aspectos.

Obras y subvenciones de todo tipo

Con el PP en el Ayuntamiento y en la Diputación, y Marcelino Oreja como presidente de FCC, a fines de 2003, construyó y comenzó a gestionar la planta de biometanización y compostaje de Júndiz, por más de 23 millones de euros. En 2004 se hizo con un tramo de la autopista Eibar-Vitoria por 65 millones que acabó en los tribunales y cuya ejecución y aumento de costes provocó una comisión de investigación. En septiembre de 2004, se le encargó remodelar la manzana de la plaza de toros de Vitoria y construir la nueva plaza de toros por 65 millones.

En 2006 se adjudicó el mayor contrato que depende del Ayuntamiento de Vitoria, el de la limpieza urbana, por 20 millones de euros anuales. Ya gesionaba el vertedero de Gardélegui por 1,5 millones. En 2007 gana el PSE en el Ayuntamiento y el PNV en la Diputación. FCC gana en abril 2009 el concurso de la nueva cárcel de Zaballa, Álava por 84 millones de euros. En 2010 FCC en UTE con Yarritu recibió una ayuda de 1,4 millones de euros del Departamento de Medio Ambiente de la Diputación de Álava para la planta de clasificación de residuos de envases de Júndiz. En marzo de 2011 el Gobierno vasco le da a FCC, —a instancias del PP, que apoya al PSE en el Ejecutivo vasco— 8 milones para para impulsar la planta de biomasa. La empresa Consultoría y Medio Ambiente Vitoria S.L., participada al 50% por el exconcejal del PP en Vitoria José Antonio Pizarro y por el exdirector del Observatorio municipal de Sostenibilidad, Jorge Ozcáriz, anuncian que FCC invertirá 60 millones en esa infraestructura. El Gobierno todavía no la ha adjudicado.

El pasado febrero la comisión municipal de Medio Ambiente recibió la visita de nueve miembros de FCC para responder a todas esas denuncias, entre ellos el ex delegado de toda la zona norte y hombre de peso en la organización, José Antonio Bolumburu, el actual jefe de servicio de la limpieza, José Polanco, y el director de la delegación de FCC de Álava y Bizkaia, Eladio Orive. Pero pese a sus explicaciones, los concejales decidieron abrir, inmediatamente después, una comisión de trabajo, al entender que las dudas que habían levantado sus explicaciones eran muy superiores a los asuntos aclarados. Ese grupo de estudio será el que diseñe el pliego de condiciones de la nueva contrata de limpieza y recogida de residuos, si el PP decide abrir el proceso de adjudicación y no prorrogarles los dos años de que disponen.

La investigación a la rama alavesa de FCC, no llega, sin embargo, en un buen momento, primero porque es el año de la Green Capital, en el que, pese a la crisis, la tarta verde se había hecho más grande, y, después, porque apenas si queda medio año para la renovación de la contrata del vertedero —1,5 millones— y año y medio para la renovación de la de la limpieza —25 millones— el mayor de los contratos del Ayuntamiento.

Los grupos políticos de la oposición no se quedaron conformes con el reconocimiento implícito que entonces hizo FCC de que la limpieza de Vitoria cuesta más de lo que reciben y se empezaron a cuestionar si la permanente adjudicación de nuevos servicios a la empresa de las Koplowitz no respondía a otros criterios.

Algunas voces muy críticas empiezan incluso a plantarse “si la buena relación existente entre las administraciones públicas y la empresa no sobrepasa la complicidad que debe de haber entre adjudicador y adjudicatario”. Y empiezan a hacerse preguntas sobre el papel que están jugando en todo ese asunto varias empresas especializadas en consultoría medioambiental en las que figura como administrador único o solidario el que fuera concejal de Medio Ambiente de Vitoria, José Antonio Pizarro.

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Una comisión analiza las deficiencias para la próxima contrata

Pizarro abandonó el ayuntamiento de Vitoria en 2004. Era el responsable de Medio Ambiente del consistorio con Alfonso Alonso de alcalde. Dejó la actividad pública y en enero de 2005 constituyó en Medina de Rioseco, Valladolid, la Sociedad de Estudios Asesoría Consultoria Medioambiental S. L. En 2006, FCC logró la contrata de la limpieza de Vitoria, dejando en la cuneta a la anterior adjudicataria Cespa.

Según fuentes muy cualificadas, la sociedad de Medina de Rioseco empezó a facturar a FCC por “Trabajos realizados” “de forma mensual unas cantidades que superan los 18.000 euros”. José Antonio Pizarro rechaza precisar quienes son sus clientes, pero niega de forma rotunda tener “un compromiso de exclusividad con una empresa”. “Trabajo para quien me llama, empresas y administraciones y si me parece interesante hago el trabajo”, aseguró a EL PAÍS.

La firma de Medina de Rioseco sigue operativa y facturando, según estas fuentes, a través de una cuenta de Caja Vital en Valladolid. En 2008, según datos del registro, Pizarro constituyó otra con el ya ex director del Observatorio de Sostenibilidad, Jorge Ozcariz, que se despidió del Ayuntamiento cuando Patxi Lazcoz, del PSE, era alcalde. Entre ambos crearon el 27 del 2 de 2008 la Consultoría y Medio Ambiente Vitoria S. L. , Comav. En 2011 el Ayuntamiento popular de Vitoria adjudicó por un procedimiento legal, pero a dedo, a Comav, un contrato de 60.000 euros. Recibió el encargo de “hacer seguimiento de determinadas acciones a desarrollar” durante la Green Capital.

Otro de los proyectos ligados a esas empresas está en Eskalmendi 9

Además de continuar adelante con la firma Consultoría y Medio Ambiente Vitoria Sociedad Limitada, Comav —a la que ampliaron el objeto social a principios de 2011 para dar cabida al negocio de la biomasa —el contrato estaba y sigue pendiente de adjudicarse—, Pizarro y Ozcariz crearon el 17 de mayo de 2011 una nueva aventura empresarial, Consultoría Medioambiental Asociados Vitoria Sociedad Limitada. Comparte sede social con Comav. El objeto de esta última consiste en dar “servicios a empresas, elaboración de informes, auditorías y diagnósticos ambientales, evolución de riesgos ambientales, tramitaciones administrativas, gestión de recursos, organización de procesos y procedimientos empresariales, consultoría y certificación empresarial”.

Otro de los proyectos ligados a todas estas empresas es el situado en Eskalmendi 9, y en el que se reciclan enseres. El solar que ahora está a nombre de una comunidad de bienes —no es transparente en el registro, aunque tiene un NIF con efectos fiscales— fue remodelado con cargo a FCC y el Ayuntamiento paga contrato y alquiler. La sociedad que gestiona ese programa de reciclaje ha cambiado recientemente el nombre y los contratos, pero “mantienen una vinculación directa”, aseguran.

La Diputación está a punto de hacer público otro contrato para la UTE Júndiz, —FCC-Yarritu, de la que Bolumburu es apoderado—, la de Clasificación de Envases de Júndiz. La empresa contratada por la UTE Júndiz para elaborar el informe técnico para la gestión de esa planta para diez años, ha sido Comav.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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