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Tan pavoroso como los siniestros de los años noventa

Tres fuegos registrados en los términos de Andilla, Buñol y Dos Aguas devastaron 14.000 hectáreas de monte

Un vecino de la urbanización Altury, en Turís, señala las llamas.
Un vecino de la urbanización Altury, en Turís, señala las llamas.CARLES FRANCESC

Troncos convertidos en carbón y miles de hectáreas de terreno arrasadas por unas llamas desbocadas devolvieron ayer a la memoria de los vecinos de las comarcas del Valle de Ayora-Cofrentes y la Hoya de Buñol los siniestros de hace 20 años.

Con años hidrológicos muy secos, humedad muy baja y temperaturas altas, como las que se han registrado estos días en el interior de la provincia de Valencia, el fuego carbonizó 45.000 hectáreas de terreno en la Comunidad Valenciana en 1991, 25.000 en 1992, 26.000 un año más tarde y 138.000 hectáreas en 1994, que sigue teniendo el diente de sierra más alto de las estadísticas modernas. Entonces los recursos para luchar contra el fuego eran menores, pero también estaba decretada la alerta máxima y movilizados todos los efectivos disponibles, pero el calor de poniente impidió, hasta su retirada, que los forestales ganasen la batalla.

En 1993, tres fuegos registrados en los términos de Andilla, Buñol y Dos Aguas devastaron 14.000 hectáreas de monte. En Andilla se carbonizaron 6.000 hectáreas de pinar y monte bajo; en Buñol el fuego obligó a desalojar entonces a 500 personas y dejó yermas 1.000 hectáreas de terreno, ya quemadas en su mayoría en un incendio anterior de 1991, y en Dos Aguas se perdieron 7.000 hectáreas, en su mayor parte de matorral.

Desalojos y negligencias

En este último incendio, que apenas duró 18 horas, las llamas afectaron a seis términos municipales y se desalojó, entonces, a un millar de personas de urbanizaciones y viviendas campestres. Entonces, como ahora, los incendios que se causaron por negligencias y los intencionados fueron los que desencadenaron los mayores desastres.

Desde que se inició este año, la Consejería de Gobernación ha registrado casi 300 incendios en territorio valenciano, el 82% de los cuales han sido intencionados o por negligencia, casi a partes iguales. Y han sido los dos últimos siniestros, los registrados en Benagéber y Lloc Nou de Sant Jeroni —ambos en la provincia de Valencia— los que suponen el 88% de la superficie quemada a falta de contabilizar las consecuencias del siniestro de Cortes de Pallás.

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En los incendios de hace 20 años, un piloto de helicóptero falleció al intentar abastecerse de agua en una piscina en el interior de la provincia de Valencia y menos de un año después dos agentes forestales perdieron la vida al intentar apagar un fuego en L’Orxa.

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