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Botella plantea que el camión de la basura deje de pasar los domingos

Pretende ahorrar con la medida, pero el servicio se sufraga íntegro con una sola tasa

Un camión de recogida de basuras se acerca a unos contenedores llenos en una calle de Madrid
Un camión de recogida de basuras se acerca a unos contenedores llenos en una calle de MadridSAMUEL SÁNCHEZ

“Es una decisión histórica”, presumió hace 17 años la entonces concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre (Partido Popular), para celebrar que, a partir del 28 de mayo de 1995, el camión de la basura iba a pasar por las calles de la capital también en domingos y festivos. La empresa Fomento de Construcciones y Contratas acababa de obtener el bautizado como contrato del siglo, 240,4 millones de euros por prestar ese servicio durante ocho años en 14 distritos. Un contrato que, por primera vez y merced a su suculencia, obligaba a operar los siete días de la semana.

Su puesta en marcha se retrasó seis meses por un conflicto laboral (los operarios dejaron de percibir el plus por trabajar el doble los lunes), pero el servicio se ha convertido desde entonces en algo natural para los madrileños y, en general, los españoles.

“Madrid es, probablemente, de las pocas ciudades europeas, si no la única, en la que la basura se recoge todos los días del año, excepto el 24 y el 31 de diciembre. A lo mejor disminuimos en la recogida, (…) lo estamos estudiando”, afirmó ayer la alcaldesa de Madrid, Ana Botella (PP).

La Iglesia no paga

El exconcejal de Hacienda Juan Bravo (PP) introdujo en 2011 una bonificación en el pago de la tasa de basuras para las familias con menores ingresos. Unas 35.000 personas se beneficiarán así de ayudas de hasta 60 euros. Quién no pagaba antes y seguirá sin pagar será la Iglesia católica, que al igual que otras comunidades religiosas y entidades sin ánimo de lucro está exenta. La ordenanza hace referencia a la Ley 49/2002, conocida como ley de mecenazgo, para justificar este regalo. Pero la citada norma solo exime a la Iglesia del pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles, el de Actividades Económicas y el del Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana. Es decir, legalmente el Ayuntamiento de Madrid podría cobrar la tasa de basuras a la Iglesia católica, y si no lo hace es por decisión política.

La concejal socialista Ruth Porta ha instado a la alcaldesa, Ana Botella (PP), a tratar a la Iglesia católica igual que al resto de ciudadanos.

La regidora explicó así su decisión en una entrevista en Radio Nacional de España: “Vamos a tratar que no disminuya la calidad de los servicios. Pero también le voy a decir una cosa: yo sinceramente creo que en este momento tenemos que tener todos una prioridad, que es ajustar los ingresos y los gastos. Y, desde luego, en el Ayuntamiento de Madrid haremos lo que sea necesario para cuadrar las cuentas”.

La tasa paga la recogida

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La recogida de basuras se sufraga casi íntegramente con una tasa, que podría bajar en caso de reducirse el coste del servicio. El Ayuntamiento no ha explicado cómo repercutiría la medida en sus cuentas.

La necesidad de abonar todas las facturas atrasadas (1.007 millones de euros) de la etapa de Alberto Ruiz-Gallardón al frente de la alcaldía (2003-2012), impuesta por el Gobierno central, y la cancelación de la privatización parcial del Canal de Isabel II, por la que el Ayuntamiento esperaba ingresar 245 millones este año, llevó a Botella a aprobar en abril un estricto plan de ajuste para 2012 y 2013. Este año el recorte será de 160,6 millones; el que viene ascenderá a 394,2 millones. El plan prevé recortes en servicios esenciales de la ciudad en 2013, además de un alza de impuestos y tasas.

Se revisarán los contratos públicos plurianuales; los servicios no básicos se eliminarán o se reducirán significativamente; y con los servicios básicos se establecerá “un nivel mínimo de prestación, de manera que se produzca una reducción del gasto mediante la reducción de las prestaciones no estrictamente necesarias y la mayor eficiencia”.

“Después de una serie de años de funcionamiento de esos servicios, hemos visto que hay algunas cuestiones de las que se puede prescindir. (…) Estamos dejando de hacer cosas que no son esenciales”, dijo ayer la alcaldesa.

La limpieza urbana es uno de los aspectos de la gestión municipal que mayor contestación social ha generado en los últimos tiempos, sobre todo a partir del recorte del servicio en los meses de verano iniciado en 2010. Prueba de ello es el lema que floreció el pasado otoño en la red social Twitter para denunciar la presunta desidia del Ayuntamiento: #madridestaasqueroso. A la sensación ciudadana de suciedad en las calles se une la frustración de pagar cada año una tasa que sufraga casi íntegra la recogida de basuras, una imposición que Gallardón reimplantó en 2009, tras 23 años de ausencia, cuando la merma de ingresos empezó a estrangular las cuentas municipales. Botella sugirió ayer que “probablemente disminuirá” la cantidad que se cobra al ciudadano. La tasa recauda solo lo que cuesta el servicio, con un margen de seguridad (en total, 156 de 164 millones). El concejal de Economía, Pedro Calvo, dejó sin embargo la puerta abierta a estrechar el margen, reduciendo el coste del servicio sin rebajar el recibo.

Botella ya propuso esta medida en 2010, cuando era edil de Medio Ambiente, pero no convenció a Gallardón, primordialmente por razones políticas: reducir el gasto apenas se refleja en la tasa, que hay que seguir pagando, pero empeora el servicio, lo que refuerza la sensación de agravio.

¿Por qué hacerlo entonces? El Ayuntamiento aduce que el volumen de residuos ha caído por la crisis al nivel de 1996. Pero eso no explica por qué no se reduce el servicio en vez de eliminarlo. Así se hará de nuevo en verano, pese a que el Gobierno local ha reconocido que en 2011 generó muchas quejas; se intentará en cualquier caso que la rebaja afecte a agosto, y no tanto a julio o septiembre.

La oposición y las asociaciones de vecinos rechazaron ayer la medida. Para Jaime Lissavetzky (PSM) “es un paso atrás de casi 20 años”. Ángel Pérez (IU) dijo que no respaldará “mermas” de servicios “para pagar deuda a los bancos”. David Ortega (UPyD) pidió que los recortes se apliquen a “altos cargos, aventuras olímpicas y palacios como el de Cibeles”.

La recogida en otras ciudades

  • Londres. La recogida de basuras depende de cada barrio. Lo habitual era una o dos veces por semana pero, con los últimos recortes, en muchos barrios se ha reducido. La separación de basuras es obligatoria. La orgánica se recoge habitualmente una vez por semana y el plástico, vidrio y papel, cada 15 días. El servicio se paga en el council tax, que es el impuesto municipal de vivienda, y que oscila entre 1.000 y 1.500 libras al año (entre 1.200 y 1.800 euros).
  • Berlín. La frecuencia depende de las necesidades de cada inmueble. La empresa pública BSR ofrece diversas tarifas para cinco tamaños de contenedores. Los edificios que carecen de patio y tienen que colocar sus contenedores en el sótano suelen encargar la recogida tres veces a la semana. También hay frecuencias de una, dos veces a la semana o una vez cada 15 días. La recogida de un contenedor de 60 litros (el más pequeño) una vez cada dos semanas cuesta 32 euros por trimestre. La de uno de 1.100 litros (el mayor) dos veces a la semana cuesta 618 euros al trimestre.
  • Roma. Se realiza a diario, según informa en su página web AMA, la empresa municipal encargada. En las calles principales y más pobladas, hasta dos veces al día. La tasa de basura se calcula sobre los metros cuadrados de la vivienda y el número de habitantes. Una familia de cuatro personas que vive en un piso de 100 metros cuadrados paga 370 euros anuales.
  • París. La limpieza de las calles se hace todos los días, incluso varias veces al día en determinados sectores. La recogida de la basura doméstica, puerta a puerta, se realiza todos los días. La recogida de desechos reciclables puerta a puerta se realiza dos veces a la semana.
  • Barcelona. Recogida diaria. Desde la adjudicación a la última contrata, en 2009, los barceloneses tienen que separar los residuos y llevarlos a cinco contenedores diferentes: plástico, vidrio, papel, orgánica y otro para el resto. La Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos Municipales (TMTR) viene incluida en el recibo del agua y se cobra en función de la tarifa de esta (metros cúbicos y tipo de vivienda). Un hogar con dos baños con un consumo de entre 12 y 18 metros cúbicos al mes paga al año 143,03 euros (11,9 al mes).

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