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La difícil implantación de dos copagos en Cataluña

El nuevo modelo estatal coincide con la tasa de un euro

El consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, Boi Ruiz, informa sobre la implantación del euro por receta.
El consejero de Salud de la Generalitat de Cataluña, Boi Ruiz, informa sobre la implantación del euro por receta.SALVADOR FENOLL BERNABÉU

A partir del próximo día 23, los pacientes catalanes pagarán un euro por receta. Además, el 1 de julio está previsto que entre en vigor en toda España otro copago, este calculado a partir de la renta de cada paciente. De esta forma, el aumento del copago farmacéutico en toda España tendrá mayor impacto en Cataluña. Pero cuando solo faltan 12 días para la entrada en vigor del segundo copago, su implantación aún está en pañales. Ni la Administración ni las farmacias están preparadas. Boi Ruiz, consejero de Salud de la Generalitat, se quejó ayer de que el Gobierno central no había enviado la base de datos a partir de la cual se calculará el importe que cada paciente debe pagar, en función de su renta. Los datos llegaron ayer por la tarde.

Esta complicación, unida a la falta de medios técnicos específicos de las boticas catalanas, hace difícil que las farmacias de esa comunidad apliquen el Real Decreto Ley de Medidas Urgentes anunciado en en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de abril, que establece los nuevos porcentajes de copago de medicamentos. “Tecnológicamente, no podremos adecuar los sistemas para el 1 de julio”, declaró el presidente de los farmacéuticos de Cataluña, Jordi de Dalmases. “Aplicar los distintos tramos de copago con garantías para que los ciudadanos no paguen de más es casi imposible”, aseguró Dalmases.

También la implantación del euro por receta ha topado con complicaciones tecnológicas en la actualización del software de las oficinas farmacéuticas, así como de información insuficiente, según denunció la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria.

La Generalitat asume estos problemas. El consejero Boi Ruiz reconoció ayer que “durante las primeras semanas” de la aplicación de la tasa surgirán “disfunciones de carácter técnico”, aunque piensan subsanarlas a través de una nueva comisión, creada para ello.

Con los dos copagos, los catalanes están a punto de convertirse en los españoles que más paguen por adquirir medicamentos. Con la entrada en vigor de la ley que reforma del sistema sanitario el 1 de julio, la población activa de toda España tendrá que pagar entre el 40% y el 60% de las medicinas, en función de sus ingresos. Los pensionistas abonarán el 10%, con un máximo de ocho euros si se cobra una pensión anual de hasta 22.000 euros y de 18 euros para los que cobren hasta 100.000.

Además, cada catalán pagará, de media, unos 13 euros al año por la tasa del euro por receta, según la Generalitat, que prevé recaudar así unos 100 millones de euros al año (50 millones en 2012). Aunque su objetivo es racionalizar el consumo de fármacos y no tanto ahorrar en esta partida, que en 2011 fue de 1.692 millones de euros. La tasa solo se aplicará a los medicamentos que cuesten más de 1,67 euros. Se librarán de pagar el euro los perceptores de la renta mínima de inserción y de una pensión no contributiva.

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La Generalitat, en previsión de que se produzcan insumisiones similares a la del movimiento en contra de pagar peajes, apeló ayer a la “responsabilidad y conciencia social” de la población. “En el caso de que un ciudadano se niegue a pagar el euro, el farmacéutico rellenará un formulario que será tramitado por el departamento, que trabaja ya en un mecanismo sancionador por la vía administrativa”, advirtió el consejero de Sanidad. No obstante, Ruiz se comprometió a revisar cada mes la lista de las personas exentas de la tasa, que en julio serán unas 127.000.

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