_
_
_
_
_

Etcétera y sus juguetes del arte

El Parque de las Ciencias homenajea a la compañía de títeres con una gran exposición

La muestra 'Títeres: 30 años de Etcétera', en Granada.
La muestra 'Títeres: 30 años de Etcétera', en Granada.M. ZARZA

Enrique Lanz creció admirando la imaginación de su abuelo, que se plasmaba en títeres, muñecos o mecanismos casi imposibles. Aquellas figuras que ocuparon su infancia se instalaron en su vida para siempre. Hace tres décadas, Enrique Lanz fundó la compañía Etcétera. Este viernes, el Parque de las Ciencias de Granada quiso conmemorarlo con la inauguración de la exposición Títeres: 30 años de Etcétera, en la que a lo largo de 1.500 metros cuadrados se mezcla el arte, la técnica y la magia del teatro con la presencia de 300 títeres, algunos en miniatura y otros con cuerpos de 10 metros. “Es el trabajo de cerca de 90 personas que han pasado por la compañía. Se trata de un esfuerzo colectivo de artesanos, músicos, técnicos, gente del mundo del teatro… La exposición es una ventana al arte de los títeres”, explicó Enrique Lanz, quien quiso recordar a su abuelo Hermenegildo. “Todo empieza por el trabajo de mi abuelo, que fue el motivo de que yo me dedicara a esto. Él consiguió que a este arte se le tomara un poco más en serio”.

Hermenegildo Lanz fue una de las figuras más importantes del panorama cultural granadino previo a la Guerra Civil. Amigo de García Lorca y de Manuel de Falla, fue un colaborador muy estrecho del músico. En 1923, para el estreno de El retablo de maese Pedro en París, Falla contó con Lanz para el montaje que consistió en un teatrillo con marionetas.

“Pese a los esfuerzos que en los años 20 hicieron mi abuelo, Falla y Lorca, hoy en día el teatro de títeres se sigue considerando un arte marginal. Hemos intentado que la exposición sirviera como espacio educativo, de difusión de un arte muy desconocido”, concluyó Lanz.

El grupo granadino parte de las creaciones de Hermenegildo Lanz

La muestra, que permitirá al visitante indagar en la “parte oculta” del teatro y conocer los sistemas de iluminación, las poleas, las palancas, los contrapesos y las ilusiones ópticas utilizadas para dar vida a los títeres, reúne además documentación inédita del legado del abuelo del director de Etcétera.

De hecho, en el pabellón Tecnoforo la exposición comienza con parte del archivo personal de Enrique Lanz y su padre, que incluye bocetos de decorados de Hermenegildo Lanz y los seis títeres de guante que construyó para la histórica función Títeres de Cachiporra que se estrenó en Granada en 1923 y que fue una iniciativa conjunta con Lorca y Falla. También se exponen los bocetos, los dibujos y un texto manuscrito de Lanz para la representación de Cuento de brujas, otro proyecto que tenía en común con el compositor gaditano y el poeta granadino, según explicó la comisaria de la muestra, Yanisbel Martínez.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A continuación, la muestra se adentra en el trabajo de la compañía Etcétera. “El primer espectáculo que pusieron en marcha fue Sypnosis, en el que se desvelaba de alguna manera la poética que han ido desarrollando después. Fue tremendamente moderno para su época y giró por los más importantes festivales de Europa, donde se hizo muy conocido antes de llegar a España”, añade Martínez.

Sobre el oficio del teatro de títeres, la comisaria explicó que tiene “raíces muy antiguas en todas las culturas del mundo”. “También la investigación y la documentación sobre el teatro de títeres tradicional ha sido uno de los grandes proyectos de Etcétera. Hemos visto títeres en Mali, que es una de las grandes cunas de este oficio, en China, en Indonesia, en Vietnam, en India, en Bélgica… Es algo que se ha desarrollado en todo el mundo”, añadió a propósito del área expositiva que repasa también la tradición del títere. La muestra da a conocer las principales técnicas de animación en otros puntos geográficos del planeta, como el guante, la varilla, marotte, planos, sombras, bunraku, peana, o hilos.

La exposición se completa con un laboratorio y un taller didáctico, que permitirá dar a conocer las técnicas utilizadas por el titiritero, y un área de teatro con aforo para unas 150 personas donde se representará Pedro y el lobo, un espectáculo de 25 minutos dirigido a todos los públicos y que Etcétera ha llevado a escena más de 2.000 veces en diferentes países de Europa y América Latina.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_