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Las farmacias piden con un cierre en bloque que el Consell salde su deuda

Los boticarios exigen un calendario de pagos “real y efectivo”

Los representantes de los farmacéuticos de Valencia durante la rueda de prensa del jueves.
Los representantes de los farmacéuticos de Valencia durante la rueda de prensa del jueves. JORDI VICENT

Un cartel con el mensaje “La Generalitat se ha quedado ¡otra vez! sin dinero para medicamentos” y las persianas bajadas recibieron este jueves a buena parte de los pacientes que acudieron a la farmacia a por sus medicinas. Las 2.200 boticas de la Comunidad Valenciana secundaron de forma masiva la primera jornada de cierre patronal que hoy concluye en protesta por la deuda que arrastra el Consell en el pago de los medicamentos con receta de la red sanitaria pública. La adhesión fue casi unánime, según los datos ofrecidos por los tres colegios de farmacéuticos, que ofrecieron datos que superaban el 98%, al margen del 14% de los servicios mínimos.

Es la segunda protesta de este tipo que el sector lleva adelante en menos de seis meses por el mismo motivo. Una tercera se suspendió días antes de llevarla adelante tras anunciar la Generalitat un compromiso de pago —en marzo— que se ha diluido con el paso de los meses.

Hasta ayer, los impagos correspondían a los meses de febrero, marzo y abril, y sumaban 360 millones de euros —a razón de 120 mensuales—. Pero los responsables de las entidades colegiales daban por hecho que hoy la Generalitat no cumpliría con el compromiso de pagar antes del día 10 de cada mes, por lo que ya elevaban la cifra de impagos a 480 millones de euros. De hecho, la última liquidación, la del mes de enero, se ejecutó por parte de la Consejería de Sanidad el miércoles pasado.

“Las farmacias están sustituyendo a la Administración y financiando los medicamentos de todos los valencianos”, expuso este jueves la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Valencia, María Teresa Guardiola, que solicitó a la Generalitat “un calendario real y efectivo [de pagos] que solucione los problemas de las oficinas de farmacia”. En el caso contrario, se mantendrán las “medidas” de presión, aunque no llegó a especificarlas.

"Las farmacias están sustituyendo a la Administración", expuso  la presidenta de Valencia

El consejero de Sanidad, Luis Rosado, manifestó su intención de establecer un calendario de pagos “lo antes posible”. De momento, dijo, no se pueden fijar fechas concretas ya que los plazos “dependen muchísimo de la liquidez que vaya adquiriendo el Gobierno valenciano en los próximos días”.

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Guardiola describió un escenario repleto de sombras. Unas 30 farmacias han solicitado un concurso de acreedores en Valencia y otras siete en Alicante. Además, 400 se encuentran “al límite”. La presidenta del organismo colegial advirtió de que peligra el abastecimiento de fármacos en la costa de cara al verano.

“No podemos resistir más. Estamos manteniendo el servicio a base a hipotecar nuestro patrimonio. Es necesario que en junio nos abonen la factura de febrero”, aseveró el presidente del colegio de Alicante, Jaime Carbonell. “Es urgente que el consejero Rosado nos presente un plan de pagos real y asumible”, insistió, “y si es necesario yo le ayudo a diseñarlo”, añadió.

La tesorera de la Asociación de Empresarios Farmacéuticos de la Provincia de Alicante, Carmen Canales, reclamó que la transferencia mensual que el Gobierno hace al Consell para medicamentos sea finalista. “Sanidad recibe puntualmente y cada mes 110 millones para medicamentos. El problema es que no sabemos a qué se destina [este dinero]”, dijo Canales. “Quizás vaya directamente a los bancos para hacer frente a la deuda que tiene la Generalitat”, apostilló Carbonell.

Calma y pocas colas

Esta vez, el cierre de farmacias no vino acompañado de colas y largas esperas en los establecimientos que cumplían los servicios mínimos, a diferencia de lo que sucedió en la huelga del pasado mes de diciembre.

A mediodía, la farmacia situada a mitad de la calle de Colón de Valencia presentaba una baja afluencia de clientes. Lo mismo sucedía en la situada en el número 31 de la Gran Vía del Marqués del Turia. En Alicante tampoco se registraron incidentes ni esperas.

Algo más de movimiento había en la botica situada a principios de la avenida del Cardenal Benlloch. Fuera, Carmen Vila, de 71 años, salía molesta por no haber podido comprar el aerosol para tratarse la enfermedad pulmonar obstructiva crónica que padece que le habían recetado. “No lo tenían. A ver si encuentro otra farmacia abierta y puedo comenzar el tratamiento”.

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