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Ricard Gutiérrez Martí recibió 158.000 euros al ser despedido de Sant Pau

El exdirectivo fue indemnizado pese a llevar siete años cobrando sin trabajar en el hospital El centro ocultó las remuneraciones en sus cuentas anuales auditadas La Generalitat vulneró la ley de fundaciones al nombrarle patrono de la institución

Oriol Güell

Ricard Gutiérrez Martí ha sido probablemente el trabajador más caro de la historia, cinco veces centenaria, del hospital de Sant Pau. El exgerente adjunto del centro entre 2001 y 2004 no solo siguió cobrando su sueldo íntegro —entre 80.000 y 110.000 euros anuales— durante siete años después de dejar de trabajar en el hospital, sino que al ser despedido hace un año recibió una indemnización que ascendió a 158.569,63 euros, según han confirmado fuentes cercanas al patronato de la fundación que gestiona el centro sanitario. En total, pese a haber trabajado solo tres años en Sant Pau, Gutiérrez Martí ha cobrado del centro más de un millón de euros.

EL PAÍS tampoco logró ayer, pese a llevar intentándolo desde el pasado jueves, que la dirección del hospital y el propio Gutiérrez Martí accedieran a explicar estas remuneraciones. El exdirectivo llegó al centro sanitario en el primer trimestre de 2001 de la mano del entonces gerente, Joaquim Esperalba. Ocupó el puesto de gerente adjunto hasta principios de 2004, cuando Esperalba abandonó Sant Pau. Sin embargo, por alguna razón que el hospital ahora no quiere aclarar, Gutiérrez Martí siguió cobrando la nómina durante siete años. Lo seguiría haciendo si en abril del año pasado, con motivo de unas elecciones sindicales, el censo de la plantilla no hubiera revelado que seguía percibiendo su salario. La reacción airada de trabajadores y amplios sectores del hospital hizo que la dirección procediera entonces a despedirle.

Las remuneraciones percibidas por Gutiérrez Martí no constituyen la única irregularidad de su paso por el hospital. Entre 2004 y 2010, el actual vicepresidente de la OMC compaginó su supuesto cargo directivo con el de patrono de la fundación que gestiona Sant Pau, puesto para el que fue desginado por el Departamento de Salud cuando la titular de la cartera era Marina Geli (PSC).

El patronato en Sant Pau está formado por cinco miembros, tres de los cuales son nombrados por Salud, uno por el Ayuntamiento de Barcelona y otro por la Iglesia. La función de los patronos es velar por el cumplimiento, dentro de la legalidad vigente, de los objetivos fundacionales de la institución. Por ello, la actual ley de fundaciones (vigente desde 2008) prohíbe que un patrono pueda cobrar —por relación laboral o profesional— de la misma institución que controla. En el caso de Gutiérrez Martí, el hospital y Salud vulneraron la legalidad al mantenerle entre 2008 y 2010 en el patronato.

La situación del exgerente, sin embargo, ya era motivo de tensión desde mucho antes, según fuentes del organismo. “Desde 2004 había dirigentes del hospital que veían insostenible la posición de Rodríguez Martí y querían que saliera de Sant Pau”, explican estas fuentes. Estos intentos, sin embargo, “fueron abortados por el entonces presidente del patronato, Carles Manté, que con el apoyo del Departamento de Salud impuso que siguiera en el centro”.

Para sortear la ilegalidad de la situación, la fundación que gestiona Sant Pau ocultó las remuneraciones de Gutiérrez Martí en sus cuentas anuales, auditadas por Deloitte y depositadas en el Protectorado de Fundaciones de la Generalitat. En las de 2009, se asegura en falso que ningún patrono “ha recibido ninguna retribución” por ejercer este cargo “ni por cualquier otro servicio”.

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Sant Pau es uno de los centros sanitarios catalanes que están sufriendo con mayor dureza los recortes que el Gobierno de Artur Mas ha impuesto a la sanidad pública, que ha visto reducidos sus recursos en el último año y medio más del 10%. El hospital —propiedad de una fundación formada por la Generalitat, la Iglesia y el Ayuntamiento de Barcelona— fue intervenido el pasado mes de marzo por el Departamento de Salud por problemas de gestión que le han llevaron a acumular un agujero superior a los 18 millones de euros, cifra que se eleva a 30 millones si se tienen en cuenta las provisiones que legalmente el hospital debería haber hecho por las demandas laborales interpuestas por los trabajadores en los dos últimos años contra los recortes salariales impuestos por la Generalitat.

Ricard Gutiérrez Martí ha sido en los últimos 20 años, siempre en la órbita del PSC, una figura de referencia en la gestión sanitaria. Actualmente es vicepresidente de la Organización Médica Colegial —OMC, organismo que agrupa a todos los colegios de médicos españoles— en representación del Colegio de Médicos de Barcelona. También es director de una cátedra de gestión sanitaria de la Fundación Doctor Robert, dependiente de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Anteriormente, ocupó cargos directivos en el Ministerio de Sanidad, el Ayuntamiento de Barcelona y la Cruz Roja.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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