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Tras la verde y la blanca, llega la 'marea negra' de los funcionarios municipales

Más de 2.000 empleados del Ayuntamiento de Madrid acuden a una asamblea vestidos de luto Todos los sindicatos se unen para protestar contra los recortes del Plan de ajuste de Botella

Elena G. Sevillano
Trabajadores municipales en el Matadero antes de que empezara la asamblea.
Trabajadores municipales en el Matadero antes de que empezara la asamblea.ÁLVARO GARCÍA

La nave de Terneras del Matadero se quedó pequeña enseguida. Pasado el mediodía, la hora a la que los nueve sindicatos con presencia en el Ayuntamiento de Madrid habían convocado una asamblea informativa, las decenas de personas que seguían llegando optaron por concentrarse en el patio trasero. Estaba previsto: había megafonía también en el exterior. Muchos de los cerca de 2.000 trabajadores municipales que, según cálculos de EL PAÍS —dos personas por metro cuadrado (la nave tiene 830) = 1.660 más otros tres centenares fuera—, acudieron iban vestidos de luto. El movimiento de protesta contra los recortes que supone el Plan de ajuste municipal ha dado en llamarse marea negra.

Tras los encierros en la azotea del polideportivo de Chamartín, emblema de la protesta por ser el primero cuya gestión se privatiza, y en el área de Hacienda, la de ayer era la primera ocasión para demostrar la fuerza de la enésima marea. La siguiente, a la que convocaron los sindicatos, será la manifestación del 24 de mayo. Están llamados a protestar en la calle los 27.000 trabajadores del Ayuntamiento. Y, a juzgar por las intervenciones de ayer, no pararán de protestar hasta que el Consistorio retire el Plan de ajuste. “Es un hito en la historia del Ayuntamiento que vayamos todos juntos”, destacó un líder sindical.

Una trabajadora leyó el comunicado pactado entre todos los sindicatos: piden medidas alternativas al plan, que según denuncian ha supuesto un recorte de derechos sociales; que la alcaldesa Ana Botella y los concejales se rebajen el sueldo y que dejen de pagarse gastos como los alquileres de edificios, entre otras cosas. El Plan de ajuste municipal suprime algunas de las ayudas (acción social, premios por antigüedad...) que consagraba el convenio colectivo firmado hace unos meses, justo antes de la marcha de Alberto Ruiz-Gallardón. El Ayuntamiento responde a esas críticas que la situación económica ha cambiado y que ha preferido asegurar el empleo y los salarios de la plantilla.

A media asamblea, ya en el turno de intervenciones, los sindicatos anunciaron que los 11 trabajadores encerrados en el polideportivo de Chamartín desde el domingo por la noche habían salido voluntariamente. Los asistentes los recibieron con aplausos cuando llegaron a la nave. “Vamos a condecorar a Gallardón con el lazo funerario por haberse cargado los servicios públicos en la ciudad de Madrid”, intervino una de ellos. También habló el poliflauta, Javier Roca, el agente de la Policía Municipal que se hizo popular por intervenir en una asamblea del 15-M en julio pasado. Fue sancionado por ello, pese a que iba vestido de paisano y dijo hablar solo en su nombre. Ayer animó a los asistentes a acudir a la manifestación.

El coordinador de Recursos Humanos del Ayuntamiento, Fernando Bermejo, reiteró ayer que el empleo y los salarios están garantizados y animó a no hacer caso a los rumores que auguran más recortes. También respondió a las críticas por el sueldo de la alcaldesa (101.000 euros): aseguró que es lo mismo que cobran los secretarios de Estado, pero ella recibe un 15% menos por la bajada de sueldos de altos cargos decidida en 2010.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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