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Sin subvención, imaginación

La crisis y la falta de ayudas estimulan la creatividad a la hora de buscar apoyo financiero para proyectos artísticos en Euskadi

Nikolas Ocio, con los cerca de 300 libros que ha donado un particular para financiar su cortometraje.
Nikolas Ocio, con los cerca de 300 libros que ha donado un particular para financiar su cortometraje. L. RICO

Que la cultura es uno de los primeros ámbitos en los que las Administraciones recortan en épocas de vacas flacas no resulta ningún secreto. Pero tampoco lo es la sensibilidad de la sociedad hacia los proyectos artísticos que surgen económicamente desamparados y que, con un poco de apoyo, consiguen salir adelante.

A falta de ayudas para proyectos culturales en los niveles institucionales, la ciudadanía ha ocupado en los últimos años esa laguna de financiación que ha hecho un amago de ahogar proyectos, más aún aquellos que, por su carácter independiente, no son considerados prioritarios para las instituciones.

La donación de cerca 15.000 libros ha permitido pagar un cortometraje

Uno de ellos es el de Nikolas Ocio, jardinero de profesión, que reconoce: “Mientras planto flores visualizo un guión”. Ocio ha logrado financiar su cortometraje Barkatu! gracias a los libros. La pasada semana, casualmente el Día del Libro, Ocio acudía a un hogar de Vitoria en el que le esperaban en cajas casi 300 volúmenes, ya que sigue recopilándolos.

El procedimiento es sencillo: una familia decide donar los libros, se los entrega a Ocio y este los vende al peso. “Es reciclar cultura; el que dona lo agradece porque son libros que no necesita y que ocupan espacio, yo lo agradezco porque consigo financiación y el que compra lo hace de forma muy barata; nadie sale perjudicado, es difícil encontrar un negocio así”.

Una joven logra el dinero para editar su primer disco a través del ‘crowfunding’
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El resultado de esta donación de 15.000 libros ha sido un cortometraje rodado en seis días con cerca de 30 personas, una obra en blanco y negro “muy distinta, sin diálogos, con la cámara al ras del suelo; prácticamente solo se ven piernas, pero es suficiente para entender la historia”, describe el incansable autor, que acaba de finalizar su primer libro de rimas y leyendas, Me gustas porque eres como lluvia, disponible gratis en la Red.

Y de los cortometrajes, a la música, otro sector que suma a la crisis económica la suya propia. Sara Iñiguez, intérprete de Rubia, un grupo musical que defiende un estilo anglosajón y algo retro, tal y como describe esta joven bilbaína, pone la mano en el fuego por el crowfunding. "Nadie se moja en la industria discográfica a hacer la edición de un disco que no se parezca a ninguno que ya esté en el mercado, y el nuestro lo es", explica para relatar que no encontraron manera de financiar la edición de su primer disco.

La solución vino a través de la plataforma de mecenas Verkami. Los únicos requisitos: lograr la cantidad en 40 días —necesitaban 4.000 euros para la edición— y ofrecer beneficios a los mecenas.

En total, 200 personas pusieron de su bolsillo para el proyecto, que ya está en el mercado. El regalo de Rubia fue ofrecer la oportunidad de ir de cañas con todo el equipo. “Hubo gente que no nos conocía de nada y que puso 300 euros... Ahora algunos se han convertido en amigos”.

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