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“Afrontar los conflictos requiere un trabajo más policial que represivo”

La tradición violenta ha cambiado su perfil en Euskadi, según Gurrutxaga

Una pareja de agentes soporta con paciencia los reproches de un ciudadano durante un acto en San Sebastián.
Una pareja de agentes soporta con paciencia los reproches de un ciudadano durante un acto en San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

“Hemos querido correr demasiado en poco tiempo y los cambios tienen que ser más profundos”. Lo asegura el destacado sociólogo Ander Gurrutxaga, quien percibe en el caso de Iñigo Cabacas la demostración de la “excesiva confianza” que la sociedad actual tiene en el uso de la “fuerza bruta” como forma de resolver conflictos. “La mayoría de las veces no pasa nada, pero cuando ocurre nos echamos las manos a la cabeza”, advierte. En su opinión, la solución no pasa por reformar el Código Penal para favorecer la intervención policial y endurecer sanciones, sino por una labor formativa y educativa de los agentes enfocada a la resolución de los problemas antes de que estos mismos estallen.

El catedrático de Sociología en la Universidad del País Vasco considera que “afrontar los conflictos requiere de un trabajo más policial que represivo”. Y por policial entiende la labor previa de tener identificados y controlados a los colectivos que puedan resultar problemáticos, así como el esfuerzo de ofrecer una mediación antes de recurrir al uso de la fuerza. Esta opción la contempla solo como última salida y vía excepcional para todos aquellos altercados que resulten inevitables, porque “pensar que los conflictos van a desaparecer es absurdo” y el objetivo, en algunos casos, tendrá que limitarse a “minimizar los daños en todo lo posible”.

Gurrutxaga sostiene que en Euskadi hay una tradición violenta derivada del terrorismo y su entorno, aunque recalca que las algaradas actuales tienen una motivación más social y económica que política. Según argumenta, se han producido también en otras regiones españolas y naciones europeas, con polémicas intervenciones, igualmente, por parte de los distintos cuerpos policiales. “Unas veces contra estudiantes, otras contra jóvenes del Movimiento 15-M...”.

“Una determinada acción puede poner todo patas arriba”, avisa el sociólogo

El escenario vasco, sin embargo, es más relevante que otros debido a su mayor inestabilidad. El experto considera que la Ertzaintza debería de ser un “Cuerpo especialmente sensible” a los cambios sociales, ya que “una determinada acción desmedida podría poner patas arriba” buena parte de los avances conseguidos en los últimos meses en el camino de la pacificación definitiva. Gurrutxaga deja claro, en cualquier caso, que su mira no se centra en los agentes como presuntos culpables de sucesos como el fallecimiento de Cabacas, sino en sus responsables políticos, a quienes acusa de no ser “plenamente conscientes” de la sociedad que están gobernando. “Si asumes toda la responsabilidad de lo ocurrido te tienes que marchar”, sostiene, en relación con la comparecencia parlamentaria del consejero de Interior, Rodolfo Ares.

El sociólogo se cuestiona, a nivel policial y más allá de los anuncios realizados por el propio Ares en la Cámara vasca el pasado jueves, en qué se va a traducir la muerte del joven aficionado del Athletic. “¿Qué va a quedar de esto dentro de cuatro años?”, pregunta, en referencia a si, por ejemplo, se van a impartir en la Academia de Arkaute más conferencias por parte de expertos en la resolución de conflictos. La formación es imprescindible, a su juicio, al igual que el “reciclaje” profesional, lo que no se traduce en la simple adquisición de armamento más moderno, “como se ha tratado de destacar”, o en la incorporación de nuevas técnicas de intervención. “Hay que ir a la raíz de los problemas”, defiende Gurrutxaga, no sin lamentar que ninguno de los parlamentarios se hiciera eco de esta necesidad durante sus interpelaciones al consejero.

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El único obstáculo que percibe el experto para afrontar de otra forma los conflictos es el económico, ya que la formación teórica requiere también de un mayor presupuesto y la crisis no acompaña. En su opinión, sin embargo, lo “fundamental” es aprender de los errores, algo que no se reduce, en exclusiva, a determinar quién pudo lanzar la pelota de goma que impactó contra Cabacas.

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