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LA MUERTE DE IÑIGO CABACAS

Ares trata de convencer a la oposición en la Cámara sin irritar a la Ertzaintza

La muerte del joven por un pelotazo deja al consejero en una delicada situación

Una persona recoloca una pancarta de recuerdo a Cabacas en el mismo lugar en el que recibió el pelotazo de la Ertzaintza.
Una persona recoloca una pancarta de recuerdo a Cabacas en el mismo lugar en el que recibió el pelotazo de la Ertzaintza.TXETXU BERRUEZO

El fallecimiento el lunes del joven Iñigo Cabacas, como consecuencia de un pelotazo recibido cuatro días antes por parte de la Ertzaintza, ha colocado en una delicada situación al consejero de Interior, Rodolfo Ares, quien comparece hoy en el Parlamento para dar cuenta de la investigación interna decretada para esclarecer los hechos. Lo hace a petición propia, aunque sometido al estrecho marcaje de una oposición ávida de explicaciones para exigir responsabilidades políticas. No es esta, sin embargo, la única preocupación para el dirigente socialista, quien tendrá que hilar fino en su intervención para no ahondar en el malestar de unos agentes que reclaman un apoyo sin fisuras a su máximo responsable.

Ares explicará ante los parlamentarios los incidentes que el pasado jueves, tras el partido de fútbol que enfrentó al Athletic y al Schalke alemán, motivaron la carga policial que propició a Cabacas, de 28 años, la fuerte contusión en la cabeza que el lunes acabó finalmente con su vida, tras casi cuatro días en coma en el hospital de Basurto. El consejero aportará ante la Comisión de Interior nuevos detalles al relato básico de los hechos que dio a conocer anteayer, como el número de agentes que participaron en la contención de los altercados registrados en el callejón de María Díaz de Haro, donde se produjo el trágico suceso. Fue una pelea la que desencadenó los hechos. Interior detuvo ayer a dos jóvenes, de 22 y 26 años, como presuntos causantes.

Polémico material

La muerte de Cabacas ha sido la primera provocada en el País Vasco por el lanzamiento de una pelota de goma, pese a que la Ertzaintza utiliza el mismo método de dispersión desde su fundación, hace tres décadas. Durante los años de la kale borroka, además, se realizaron disparos a muy corta distancia que en ningún caso tuvieron consecuencias tan graves.

El sistema actual es menos contundente que el utilizado años atrás y que el de otras policías españolas. Aún así, la Comisión Europea ya aconsejó el pasado año el cambio a un nuevo método menos peligroso. Interior compró en septiembre una decena de nuevos lanzadores, pero no se han distribuido aún entre la plantilla. El sindicato mayoritario, Erne, urgió ayer al cambio.

El consejero tratará de defender la actuación de la Ertzaintza como respuesta a un recibimiento hostil por parte de decenas de violentos. Lo hará, consciente del desgaste político que le puede ocasionar un suceso inédito en Euskadi hasta la fecha, por el que los partidos abertzales solicitan incluso su dimisión. Sabedor, también, de que solo una huida hacia delante parece válida ante la presión a la que le pueden someter los vigilantes sindicatos de la Policía vasca, cuyo temor a que “se intente buscar una cabeza de turco” es patente, aunque por ahora han preferido guardar silencio para no complicar aún más la situación.

En el marco del creciente malestar que soportan los ertzainas por sus condiciones laborales y los recientes recortes, el titular de Interior contribuyó ayer a la desazón de la plantilla al apuntar, durante una entrevista en Radio Euskadi, que el fallecimiento de Cabacas pudo estar provocado por “alguna negligencia”. “Es posible que no se hayan cumplido estrictamente los protocolos que tenemos establecidos en la Ertzaintza”, manifestó el consejero, aunque sin apuntar a nadie como presunto culpable. Se remitió a la investigación interna, aún en curso. Fuentes sindicales, sin embargo, recriminaron las palabras de Ares como un anticipo de las posibles conclusiones de las pesquisas, ante lo que negaron incluso la existencia de las citadas normas.

Interior ha tomado declaración a varios ‘ertzainas’ de la comisaría de Bilbao
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Lo poco que han confirmado hasta la fecha fuentes oficiales es que fueron ertzainas de Seguridad Ciudadana quienes primero llegaron al lugar de los hechos y procedieron con el lanzamiento de pelotas de goma. Menos de una decena, según ha podido confirmar este periódico, y al mando de un suboficial de la propia comisaría de Bilbao. Eran los más próximos para atender las distintas llamadas de emergencia que durante la noche del jueves solicitaron la presencia policial en la zona, ante la existencia de algunos heridos. Fue después cuando llegaron los agentes antidisturbios.

Como parte de las pesquisas internas, Interior ha comenzado a tomar declaración a los agentes de la comisaría bilbaína que participaron en la actuación del callejón de María Díaz de Haro. Sus testimonios, sin embargo, no han permitido conformar hasta la fecha un relato coherente de lo ocurrido. Algo que fuentes cercanas a la investigación achacan a la “elevada tensión” de aquel momento.

Posible “homicidio imprudente”

El fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, apuntó ayer que la muerte del joven Iñigo Cabacas, causada por el impacto de una pelota de goma de la Ertzaintza, podría calificarse como un presunto delito de “homicidio imprudente”, si bien matizó que la investigación podría atribuirlo también a un hecho “fortuito”.

Calparsoro argumentó que sería “muy poco probable” que el disparo de la pelota que propició la muerte de Cabacas, según el resultado de la autopsia practicada el martes al cadáver, fuera intencionado. No obstante, explicó que “se entiende que las personas que usan” el citado material antidisturbios “tienen que saber disparar de forma que no causen daños” graves.

En declaraciones a Efe y Europa Press, el fiscal superior aclaró ayer que, al margen de la investigación interna decretada por la Ertzaintza, un juzgado de instrucción de Bilbao abrió diligencias de oficio al constatar que el fallecimiento de Cabacas fue una muerte violenta. En este sentido, avanzó también que, cuando se reciba el informe definitivo de la autopsia del joven, el propio Ministerio Público tratará de identificar a los agentes de la patrulla que intervino en los incidentes, a los que se citará a declarar.

La relevancia pública del caso ha sobrepasado incluso las fronteras vascas y ha llegado a nivel nacional. Hasta el punto de que ayer se pronunció sobre la muerte de Cabacas el propio ministro del Interior, Jaime Fernández Díaz, quien señaló que “incidentes, por desgracia, siempre se pueden producir” y que son “de lamentar”. “Las unidades antidisturbios de las policías autonómicas tienen un nivel técnico muy cualificado, así como una dotación de material y una formación muy adecuadas”, incidió, a preguntas de los periodistas, tras inaugurar en Madrid unas jornadas. Obvió, quizá por desconocimiento, que la carga en el callejón de María Díaz de Haro fue realizada por agentes de Seguridad Ciudadana.

Aunque sin ánimo de criticar la actuación de la Ertzaintza, el ministro sí recalcó que “siempre se está en una actitud de mejora y perfeccionamiento de los sistemas antidisturbios”.

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