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El nuevo modelo de financiación redujo el déficit fiscal el 1,2% del PIB en 2009

El Gobierno de Mas no publicó tres cálculos de las balanzas fiscales que se emplearon años atrás Uno de los métodos arroja un superávit del 2,1% del PIB

Lluís Pellicer

El tajo que ha dado el Gobierno de Mariano Rajoy a la inversión pública en Cataluña en los Presupuestos Generales del Estado ha atizado el ya de por si apasionado debate del déficit fiscal catalán. Ese recorte, del 45%, probablemente lastrará más el saldo de las balanzas fiscales, que en 2009 registraron, según el Ejecutivo catalán, un déficit de entre el 5,8% y el 8,4% del Producto Interior Bruto (PIB) si se elimina el efecto de la crisis. El nuevo modelo de financiación autonómico, que aportó 2.421 millones de euros extra a Cataluña, permitió contener el saldo fiscal en un 1,2% del PIB, de manera que sin esa cantidad el déficit fiscal hubiera sido de entre el 7% y el 9,6%.

El Gobierno catalán ha publicado recientemente las balanzas fiscales de los ejercicios 2006-2009, no sin polémica. Estas constituyen un instrumento para medir lo que una comunidad aporta a las arcas del Estado y lo que recibe de éste a través de los ministerios, la Seguridad Social o sus empresas públicas. Hasta ahora, la Generalitat las había publicado en dos ocasiones, en 2005 y 2008, mientras que el Gobierno central lo hizo en 2008. El exconsejero Antoni Castells las encargó en ambas ocasiones a un grupo de expertos que incluyeron en su informe seis resultados: el saldo fiscal según los métodos de flujo monetario y de flujo beneficio y neutralizando luego esos resultados —es decir, eliminando el efecto del ciclo económico— por la vía de los ingresos y los gastos.

El Gobierno catalán resaltó la cifra más elevada de déficit fiscal

El informe que presentó el consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, solo publica las series de flujo monetario y flujo beneficio neutralizadas por la vía de los ingresos y la de flujo monetario sin neutralizar. De todo ese galimatías de cifras, el Gobierno catalán resaltó la más elevada, la del flujo monetario neutralizado, equivalente a 16.409 millones de euros. Ese método imputa los gastos del Estado en la comunidad donde se realizan. Una estación del AVE en Barcelona, según este método, debe computar en Cataluña porque genera una actividad en su entorno. El otro método, el de flujo beneficio, arrojaba un déficit para ese mismo año de 11.261 millones de euros, el 5,8% del PIB. Este método tiene como objetivo medir el nivel de bienestar de los ciudadanos de un territorio y, de acuerdo con él, la estación de AVE debería computar en todo el Estado porque forma parte de una red de alta velocidad que beneficia a todos los contribuyentes.

La oposición saltó enseguida y acusó al Gobierno catalán de ocultar los números del resto de balanzas y usar los resultados que más le convenían. En las dos ocasiones anteriores, se destacaron siempre los datos sin neutralizar, seguramente porque eran los más elevados porque el Gobierno llegó a registrar superávit. Esta vez, las balanzas solo recogen el saldo fiscal sin neutralizar con el método del flujo beneficio. Este arroja un déficit de 791 millones en 2009, el 0,4% del PIB. No hay más series, aunque tiene razón el Gobierno de Mas cuando dice que no se han ocultado números, ya que el resto de las series pueden calcularse con los números publicados. Así, si se toma como referencia el cálculo de flujo beneficio, el saldo fiscal fue positivo para Cataluña en 2009, con 4.015 millones de euros, el 2,1% del PIB. También se pueden reconstruir otros dos indicadores: el saldo fiscal neutralizado pero por la vía de los gastos, que arroja un déficit del 6,3% del PIB en el caso del flujo monetario y del 4,3% con el flujo beneficio.

Varios académicos coinciden en que la Generalitat debería haber  publicado todos los resultados
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El dato de 2009 no significa que Cataluña sin neutralizar haya dado un salto de gigante, puesto que hay que tener en cuenta que ese año el sector público registró un déficit público muy elevado, del 11,2% del PIB, por los planes de estímulo y el brusco descenso de ingresos. Sin embargo, neutralizar unas balanzas fiscales requiere un complejo ejercicio teórico a base de hipótesis, por lo que varios académicos, todos en privado, admiten que la Generalitat debería haber hecho públicos todos los resultados que arroja el estudio. Y más cuando esta ha decidido seguir la misma metodología que la que propuso el grupo de expertos de Castells.

El profesor de la Universidad Complutense de Madrid Javier Loscos recuerda que la publicación de las balanzas fiscales por parte del Gobierno central, con los dos métodos, ya fue “una victoria para Cataluña” y lamenta que el Ejecutivo de Mas no haya seguido la dinámica de encargar el informe a un grupo de expertos y publicar todos los saldos fiscales. “Al final parece que se hacen para barrer para casa. En 2005 y 2008 se publicaron con todos los métodos. Luego las partes podían discutir cuál era el mejor método, pero el debate partía de una posición académica limpia”, lamenta Loscos, quien recuerda que las balanzas son un instrumento, no el único, para ver los síntomas y buscar los fallos en el reparto de los recursos del Estado.

El Gobierno de CiU ha fiado la reducción de ese déficit al pacto fiscal, pero una variable fundamental es la inversión del Estado, que a pesar de lo que fija el Estatuto este año se ha repartido de forma discrecional. La profesora de Hacienda Pública de la Universidad de Barcelona, Maite Vilalta, recuerda que no solo con el modelo de financiación se puede rebajar el déficit fiscal de Cataluña. “El saldo negativo se podría reducir mejorando la relación de los municipios con el Estado. Si se mejorara su modelo de financiación, también se reduciría el déficit de Cataluña”, recuerda Vilalta.

Mas-Colell crea un grupo de expertos para analizar las relaciones entre Cataluña y el Gobierno central

El déficit fiscal, pues, no solo está relacionado con el modelo de financiación, aunque este puede reducirlo. Por ejemplo, el Gobierno un año puede realizar una infraestructura de envergadura y el déficit se reduciría. Y eso, no obstante, no le daría a Cataluña más dinero para sanidad, educación o servicios sociales. Mas-Colell es consciente de eso y, por ello, ha creado un grupo de expertos para analizar otros indicadores de las relaciones económicas entre el Gobierno catalán y central integrado por Núria Bosch (UB), Juan Francisco Corona Ramon (UB), José García-Montalvo (UPF), Lluís Torrens Mèlich (Iese), Josep Pagès, Elisenda Paluzie (UB), Clara Ponsatí (UAB), Miquel Puig y Joan Carles Rosselló (UIB). Entre esos indicadores, explican fuentes conocedoras de los documentos que se están elaborando, están las balanzas fiscales. Pero son uno más, puesto que también se estudiará, por ejemplo, la evolución de las inversiones estatales en Cataluña o la posición en la que queda la comunidad en el conjunto de España después de recibir las transferencias del Estado.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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