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Y ahora, el candidato a 'lehendakari'

El fin de la renovación orgánica del PNV deja expedito el camino para luchar por su regreso al Gobierno vasco. Urkullu parte como favorito para liderar el reto

Iñigo Urkullu, momentos antes de ofrecer una rueda de prensa en Sabin Etxea, su principal tribuna pública como presidente del PNV.
Iñigo Urkullu, momentos antes de ofrecer una rueda de prensa en Sabin Etxea, su principal tribuna pública como presidente del PNV.LUIS ALBERTO GARCÍA

Todo está ya preparado en el PNV para hacer frente al último de los tres grandes retos internos que afronta cada cuatro años. Tras la reelección de Iñigo Urkullu como presidente, en enero, y la renovación de las distintas ejecutivas territoriales, ayer, la mirada está ya puesta en la elección del candidato a ser el próximo lehendakari. Aunque tercer objetivo en el calendario, encabeza el orden de relevancia para los nacionalistas, habida cuenta de que la pretensión de recuperar el Gobierno vasco ha guiado su acción política desde 2009. Por eso, el debate sobre el proceso para designar al futuro aspirante abrirá mañana el primer encuentro de la renovada dirección peneuvista en Sabin Etxea.

Bizkaia

  • Presidente. Andoni Ortuzar (Abanto, 1962). Afrontará su segundo mandato.
  • Ejecutiva. Completan el Bizkai Buru Batzar: Amaia Arregi, Arantza Aurrekoetxea, Gotzon Bilbao, Gotzon Lobera, José Pérez, Unai Rementeria, Xabier Sagredo, Naiara Zamalloa, Luis María Artiach, Eusebio Larrazabal, Itziar Sasiain e Idoia Sagastizabal. De todos ellos, solo los cuatro últimos se incorporan a una dirección territorial en la que ya estaban presentes los otros ocho miembros.

Se trata de una cuestión omnipresente en los últimos meses, pero que ha permanecido en la sombra hasta la completa renovación de la ejecutiva, finalizada ayer, ya que recae sobre esta la última palabra respecto al candidato. Por eso no se ha incidido en unas quinielas que apuntan hacia el actual presidente del partido, Iñigo Urkullu, como principal aspirante a comandar la nave electoral del PNV. Un papel que, en principio, dificultan las propias normas internas de funcionamiento, que impiden compatibilizar el liderazgo orgánico con la representación institucional. Es una norma no escrita, la bicefalia, pero fijada por la costumbre y a la que hay fundadas resistencias a renunciar.

La designación del ahora presidente no abocaría a otras elecciones internas

La designación de Urkullu como aspirante a lehendakari dejaría sin líder al partido y abocaría, en teoría, a reiniciar el proceso para elegir a su presidente. En teoría, porque no siempre ha sido así y la historia sienta precedente cuando la norma no está escrita. No hay que remontarse mucho en el tiempo. En enero de 2002, quien comandaba el partido en Álava, José María Gerenabarrena, dejó vacante un puesto para el que se encontró relevo sin necesidad de reiniciar el proceso de elección entre las bases. El sucesor, Iñaki Gerenabarrena, fue elegido entre quienes integraban entonces la ejecutiva territorial. “Si ha ocurrido una vez, puede volver a repetirse”, advierte una contrastada fuente del partido.

Gipuzkoa

  • Presidente. Joseba Egibar (Andoain, 1959). Alcanzará el cuarto de siglo en un puesto al que llegó en 1987 y que solo dejó en 2000 para regresar cuatro años más tarde.
  • Ejecutiva. Completan el Gipuzku Buru Batzar: Xabier Arruti, Mª Eugenia Arrizabalaga, Idoia Elorza, Jon Jauregi, Lourdes Jauregiberri, Bakartxo Tejeria, Idoia Yeregi, Irune Berasaluze, Jokin Bildarratz, Xabier Barandiaran, Bittor Oroz, Maite Peña, Iñaki Txueka y José Miguel Uribarren. Los siete últimos son nuevos.
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La opción de evitar la puesta en marcha de la compleja maquinaria interna ensancha el camino para la designación de Urkullu. Máxime, si su relevo orgánico sale de una ejecutiva repleta de personas de su confianza, sobre la que tiene un control casi absoluto. Solo dos de los 14 integrantes de la dirección nacional, los guipuzcoanos Joseba Egibar y Aitor Olaizola, se pueden encuadrar en el sector crítico y no se presume que gocen del apoyo suficiente como para hacerse con el mando del partido. La continuidad quedaría garantizada de puertas hacia dentro y la línea moderada de gestión sobre identidad se presentaría como reclamo electoral, en contraposición con la etapa de Juan José Ibarretxe, por quien el viernes apostó públicamente Gerenabarrena, pese a que el exlehendakari se ha autodescartado en repetidas ocasiones.

Urkullu suma peso interno y relevancia externa. Su figura no está por consolidar

Aunque no existe un perfil predefinido, ni una fecha marcada para la designación del aspirante, se da por hecho que tiene que gozar de tanta relevancia externa como poder interno, así como ostentar un destacado bagaje político. Requisitos ante los que Urkullu parece no tener rival para afrontar el que en la propia formación nacionalista definen como “principal reto a corto plazo”: recuperar el Gobierno vasco perdido en 2009. Desde Sabin Etxea, y sin necesidad de ostentar ninguna portavocía institucional, el líder peneuvista ha sabido maniobrar para minimizar cualquier atisbo de discrepancias internas y rodearse de gente afín o de su confianza.

Álava

  • Presidente. Xabier Agirre (Vitoria, 1951). Regresa a un cargo que ya ocupó entre los años 1983 y 1987.
  • Ejecutiva. Completan el Araba Buru Batzar: Iñaki Gerenabarrena, que ha ejercido en el cargo en los últimos 10 años, Monika Arbaiza, Beatriz Artolazabal, Maixabel Azpillaga, Natalia Elorza, Unai Grajales, Eugenio Jiménez, Izaskun Moyua, Miren Nanclares, Borja Ormaetxea, Iñaki Prusilla, Ana Ruiz de Alegria, José Antonio Suso, Jon Uriarte y Luiz Zarrabeitia.

Al férreo liderazgo del partido se suma una balanza política en la que su papel, con sus conversaciones en Madrid con el anterior Gobierno socialista, ha sido decisivo para el final del terrorismo, así como para avanzar en el cumplimiento del Estatuto de Gernika. A caballo entre la moderación y un discurso que no renuncia a ciertas dosis de soberanismo, aunque alejado de la izquierda abertzale, ha sabido trasladar su imagen a la de una formación que esgrime gestión como principal oferta de la cara a las elecciones autonómicas del año que viene, convencida de que es lo que reclama el ciudadano. El escaso margen de tiempo, además, juega a favor del actual presidente, cuya figura no está por consolidar.

Hay más aspirantes en la recámara, pero sin un perfil tan contrastado

Hay más candidatos en la recámara, pero sin un perfil tan contrastado. Como alternativas emergen, entre otros, el portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, cuyo protagonismo en Madrid se ha visto mermado ante la mayoría absoluta del PP; la europarlamentaria Izaskun Bilbao; el presidente del partido en Bizkaia, Andoni Ortuzar, que ha revalidado sin oposición su liderazgo interno en el bastión nacionalista; o el propio diputado general de este territorio y máximo representante institucional a día de hoy, José Luis Bilbao. Ninguno de ellos, sin embargo, cuenta con el peso de Urkullu, que ha hecho valer su palabra como la única oficial cuando la situación lo ha requerido.

Lo que parece claro es que el PNV va a hilar fino con la elección de su candidato a lehendakari. Es la cita con las urnas que esperan en el partido nacionalista desde hace cuatro años, cuando iniciaron su retroceso institucional, y la afrontan ante un incierto horizonte que obliga a no cometer errores de estrategia si el objetivo es regresar al Ejecutivo vasco. La mayoría de las encuestas, no en vano, avanzan una ligera mayoría nacionalista, pero enmarcada en un reparto generalizado de fuerzas con abertzales, socialistas y populares, que obligaría a pactar para poder gobernar. Es pronto aún para plantear siquiera posibles acuerdos, por lo que en Sabin Etxea tienen claro que el objetivo pasa por ser “la lista más votada”.

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